El calendario de la existencia de Ruth Bader Ginsburg, deshojó su última página. Un símbolo de la justicia y la igualdad ha dejado su sitial, pero la huella indeleble de su paso por esta vida ha quedado grabada en la historia de la humanidad. Un ícono en la lucha por la igualdad de los derechos entre hombres y mujeres.

En el pasado mes de febrero, tuve el agrado de escribir en un medio de comunicación acerca de la entrega del premio “World Peace & Lliberty Award” que le fue otorgado a esta gran juzgadora. Artículo del cual tomaré algunos de sus datos biográficos, para rendirle, un sincero homenaje a través del recuerdo de su vida.

Ruth Bader Ginsburg abrió los ojos a la vida el 15 de mayo de 1933, en Brooklyn, Nueva York, en el seno de una familia judía, caracterizada por la cultura del esfuerzo. Estudió el High School en la Escuela James Madison, donde desde muy temprana edad demostró ser una extraordinaria estudiante; graduación a la que no asistió por el fallecimiento de su madre, acaecido un día antes.

Siempre tuvo presente los consejos y enseñanzas maternas, como aquella de que una mujer debía tener dos atributos principales: “ser una dama y ser independiente”. Recordó con especial melancolía la gran bonhomía de su progenitora, quien, influenciada por el pensamiento de la época, de que la educación universitaria se destinaba a los varones, a pesar de ser también una magnífica estudiante, sacrificó sus estudios, para trabajar en una fábrica y contribuir al pago de la educación profesional de su hermano.

Vivencias como estas condujeron la rectitud de su existencia. Consciente de que son las convicciones las que impulsan nuestro actuar. Ilustración que le permitió transitar por la vida de manera responsable, ecuánime, libre, firme, decidida y auténtica.

En 1954, Ruth se casó con el estudiante de derecho Martin D. Ginsburg. Martin fue reclutado en el ejército, en el que sirvió durante dos años. A su regreso, aplicó para ingresar a Harvard, donde Ruth también se inscribió a la carrera de Derecho.

Con la idea preconcebida de que las mujeres tenían el rol de esposas y madres, en una población estudiantil de más de 500 varones y solamente 8 mujeres, se dice que el Decano de la Escuela las increpaba por haber tomado el lugar que correspondía a destacados varones. Y si a esto agregamos que para entonces ya había nacido su hija Jane, Harvard significó para Ruth un gran desafío que supo dominar con gran inteligencia, organización y desde luego, con la mutua ayuda conyugal. De ahí su firme concepción de que el cuidado de los hijos corresponde tanto al padre como a la madre.

En 1956, Martin fue afectado por cáncer. Ruth tuvo que afrontar la enfermedad de su esposo y su rehabilitación, el cuidado de su hija, sus propios estudios y además acudió a las clases de su esposo para mantenerlo al corriente y evitar que truncara su carrera. Lo cual, no le representó mayor problema, pues para ella el estudio era parte esencial en su vida. A nadie sorprendió que Ruth se convirtiera en la primera mujer miembro de la prestigiada “Harvard Law Review”.

Su esposo se recuperó, se graduó en Harvard y fue aceptado en una firma de abogados en Nueva York, lo cual motivó que Ruth continuara sus estudios en la Universidad de Columbia, los que concluyó en 1959, como la primera alumna de su clase.

Después de graduarse trató de buscar empleo en diferentes firmas jurídicas, pero su condición de mujer, le significó gran dificultad.

Trabajó en un Juzgado Federal de Distrito; dio clases en la facultad de Derecho de la Universidad de Rutgers y en Columbia, en donde fue la primera profesora titular; fue Directora del Proyecto de Derechos de la Mujer de la Unión Americana de Libertades Civiles y, llevó seis casos históricos sobre igualdad de género ante la Corte Suprema de los Estados Unidos. Estaba convencida de que lograr la igualdad de Derechos beneficia tanto a hombres como a mujeres, así lo demostró con el caso que ganó respecto de la Ley de Seguridad Social que al otorgar beneficios de viudez solamente a las mujeres y no a los hombres, desconoció los derechos laborales de aquéllas y discriminó a éstos.

En 1980, el presidente Carter la nombró Juez en la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia.  En 1993, el Presidente Clinton, la propuso como Ministra de la Corte Suprema de los Estados Unidos y el Senado la confirmó con 96 votos. Fue la segunda mujer en llegar al Máximo Tribunal de los Estados Unidos.

En el año 2016 publicó un libro que se convirtió en un Best Seller del New York Times, sobre sus memorias de los años de secundaria al cual tituló “My Own Words”.

La firmeza de su temple se ha visto plasmada no solamente en sus múltiples decisiones que pronunció a lo largo de 27 años como Ministra de la Corte, sino, en actitudes como la siguiente: desde la campaña electoral del actual Presidente de los Estados Unidos, Ruth manifestó públicamente su desacuerdo. Recién iniciado su mandato, se elaboró una lista para suplir a los miembros de la Corte de mayor edad. Ruth contaba en esos momentos con 84 años, razón por la cual se sintió aludida y enérgicamente contestó: “que ella no iría a ninguna parte y que continuaría cuando menos 5 años más”.

Su opinión siempre fue defendida con vehemencia, convicción y sólidos argumentos jurídicos. En 1996, su participación cobró gran importancia en el asunto United States v. Virginia, en el que la Suprema Corte determinó que el Instituto Militar de Virginia al establecer la política de admisión solamente para varones, resultaba violatoria de la 14ª. enmienda, por discriminación de las personas en función del sexo. El Estado de Virginia propuso una solución de resarcimiento paralela, que las mujeres fueran admitidas en el Women’s Institute for Leadership. La Ministra Ruth sostuvo que esa propuesta era incorrecta, pues, en su opinión, este instituto, no ofrecia el mismo entrenamiento militar, las mismas facilidades, financiamiento, oportunidades y prestigio del primero.

Fueron resoluciones que delinearon el criterio jurídico de Ruth Bader Ginsburg calificado como liberal, al expresarse con gran determinación, entre oros temas: en la preservación de un lugar digno a los discapacitados (Olmstead v. L.C.); sobre la confidencialidad de la Ley del Mercado de Valores (E. U. v. O’Hagan); la aplicación de multas excesivas (Timbs v. Indiana); la interrupción del embarazo (Gonzales v. Carhart,); y, su acertado pronunciamiento en el voto particular del asunto que permitió el salario discriminativo en perjuicio de las mujeres: “el tribunal no comprende, o es indiferente de la forma insidiosa en que las mujeres pueden ser víctimas de discriminación salarial” (Ledbetter v. Goodyear Tire & Rubber Co.,).

Ginsburg se caracterizó por ser una juzgadora de excelencia: estudiosa, contundente, liberal, vehemente, autónoma e independiente. Sobre todo, incansable luchadora por los derechos de la mujer, la igualdad y la no discriminación: “Yo trato de enseñar a través de mis opiniones, a través de mis discursos, cuán incorrecto es juzgar a las personas sobre la base de su aspecto, color de piel, ya sean hombres o mujeres”.

Fue ampliamente reconocida, nacional e internacionalmente. El premio que recientemente le fue otorgado por por su destacada labor en defensa de la igualdad de género y los derechos civiles, fue el “World Peace & Lliberty Award”, también conocido como el “Nobel del Derecho”, conferido por La World Jurist Association y la World Law Foundation, constituye un reconocimiento de la sociedad civil “al compromiso inquebrantable con la defensa del Estado de Derecho como garante de la libertad”. Esta distinción ha sido entregada a grandes personalidades, entre otros, a Sir Winston Churchill, René Cassin, Nelson Mandela y al Rey de España Felipe VI.

Ruth Bader Ginsburg es el modelo a seguir para la juventud; el ícono en la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres; el símbolo en la impartición de justicia. Con ella se ha ido mucho más que una gran mujer, acaso una época, acaso una actitud de la mente y de la conducta, pero nos deja, el inigualable recuerdo de su ejemplar existencia. Descanse en paz.

min.mblr@gmail.com @margaritablunar

Ministra en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.