Entrevistas con Fernando Belaunzarán y Fernando Dworak, analistas

El actual partido en el poder parece tener fisuras que adelantan un posible rompimiento. No sólo ha sido el proceso para elegir a quien sería presidente de la Cámara de Diputados, cargo que recayó en Dulce María Sauri Riancho del PRI, que enfrentó a legisladores de Morena con sus correligionarios y aliados del PT –lo que provocó una pelea en redes sociales impulsando la etiqueta “traidores”–, sino que se avecina otra disputa por la dirigencia nacional del propio partido fundado por el actual presidente.

Los antecedentes indican que será una pelea dura, pues se recuerda las acusaciones de irregularidades del presidente saliente, Alfonso Ramírez Cuéllar, en contra de Yeidckol Polevnsky, quien dirigía el partido de manera interina, además de las observaciones que ha hecho quien es suplente del senador Ricardo Monreal y aspirante a dirigir el instituto político, Alejandro Rojas Díaz Durán.

Que sea a través de encuestas, anticipa distintos movimientos para que quienes buscan ser candidatos buscarán con todo recibir el apoyo de la militancia, incluso con formas que pudieran derivar en que las palabras dichas el 26 de agosto de 2019 por parte del presidente López Obrador se hagan realidad: “Si el partido que ayudé a fundar, Morena, se echara a perder, no solo renunciaría a él; me gustaría que le cambiaran de nombre porque ese nombre nos dio la oportunidad de llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país, entonces no se debe manchar ese nombre”.

Siempre entrevistó a dos conocedores de cómo se desarrollan los procesos internos en los partidos políticos mexicanos, uno, Fernando Belaunzarán, ha sido no sólo observador de este tipo de dinámicas, sino que fue parte de la dirección nacional colegiada del PRD, en tanto que Fernando Dworak es analista político que ha estudiado a los institutos políticos nacionales. Estos son sus comentarios.

Alrededor de un caudillo

“Morena no es un partido, es un conglomerado alrededor del caudillo. Hay un agravante, no es sólo la restauración de la presidencia imperial, la agravante es que antes el PRI, aunque se entregaba al presidente era un contrapeso, era un partido institucionalizado, fuerte, y Morena es un cúmulo de grupos muy desorganizados y fue el tribunal el que acabó diciendo como iban a arreglar su entuerto, por cierto, con una solución que no está siquiera en sus estatutos porque han recibido un trato preferencial, porque el presidente sabe que si establece cualquier mecanismo democrático en Morena se desbarata”, consideró Fernando Belaunzarán.

“Veo a Morena como el PRD 2.0” apunta Fernando Dworak para agregar, “es decir, un partido de corrientes, de grupos, que lo único que los cohesionó fueron las ambiciones presidenciales de una persona y esta vez el sistema entró en tal desgaste que resultó que ganó. El reto es que significa Morena sin el líder, creo que las elecciones van en ese sentido, que va a pasar si un grupo –como pasaba con el PRD– repartía candidaturas, el reto es quien va a ser esa persona que designe candidaturas, quien va a tener mano”.

Otro aspecto que refirió nuestro entrevistado, fue el relativo a la vida institucional de Morena.

“Si Morena no va a tener una vida institucional clara, más allá del líder visible y los diversos grupos que están detrás de él, entonces que va a representar en cuanto a sus estatutos y lineamientos. Cierto, todo el discurso de la 4T es muy atractivo, pero no es más que la reedición de la historiografía priísta con una persona extra que es López Obrador. Creo que Morena va a encontrar su propia institucionalidad interna a partir de la próxima elección, a qué me refiero, si llega a haber un núcleo de legisladores y ediles que logran reelegirse de manera inmediata, van a tener bases y eso va a provocar que tengan fuerza propia y si la dirigencia de Morena sabe leer eso puede empezar a tener una vida propia autónoma del caudillo”.

En este punto, viene el tema de si se respetarán los acuerdos al interior del partido, algo que, por lo sucedido recientemente, como recuerda Fernando Belauzarán, no es muy común que se dé.

“Hay tremendas contradicciones, lo vimos en la Cámara de Diputados en donde ellos reventaron el acuerdo para cumplir la ley en el asunto de la presidencia, en un hecho verdaderamente grotesco con un tráfico de diputados”.

Asimismo, considera Fernando Dworak, un aspecto a revisar es la manera en que se procesarán las candidaturas en los próximos comicios.

“En estos momentos, la lucha es si López Obrador todavía es fuerte, si no va a tener tanto poder para designar candidatos como era en el priismo antes, el reto es quien va a tener mano en la selección de esos candidatos para el futuro y, otra cosa importante, tenemos muchos grupos que no tienen nada en común, los viejos priístas, los bolivarianos –como les han puesto el mote–, es decir, cercanos a una izquierda rancia populista, y otros grupos que aún no sabemos que significan o quienes son, obviamente el reto es quien va a comenzar a consolidarse en la dirigencia a partir de 2021”.

Así, Morena irá a un proceso para elegir a un presidente nacional a partir de encuestas que organizará el INE, sin conocer si alguno de los aspirantes derrotados respetará el resultado y sin saber si aprendieron la lección que se ha dado recientemente en partidos como el del sol azteca.

“Es un buen contraste, mientras el PRD sacó esto con una amplia mayoría, a pesar de que se desperdició la oportunidad de transformarse, en Morena la verdad es que sus contradicciones internas son pronunciadas y se van a incrementar con el tiempo, sobre todo cuando se acerque las elecciones y la determinación de los candidatos”, refiere Fernando Belaunzarán quien apunta, además que se debe tomar en cuenta la opinión ciudadana expresada en la pasada elección presidencial.

“El remedio salió peor que la enfermedad, pero eso no nos hace anhelar la enfermedad, tenemos que retomar el cambio pluralista, pero sin regresar a los errores o vicios que se tenían en el pasado y que fueron castigados por la sociedad”.

Los radicales

Otro punto que causa interés acerca de Morena, es el papel que jugarán los llamados radicales al interior del partido. Para Fernando Belaunzarán, éstos seguirán porque su principal promotor vive en Palacio Nacional.

“El principal promotor del radicalismo se llama Andrés Manuel López Obrador, es quien da de comer todo el tiempo a los radicales, cómo, lo que hace al estigmatizar a los opositores, cuando se manipula a la justicia con fines electorales como lo está haciendo en el caso Lozoya, si ves sus spots de su segundo año de campaña, no está hablando de logros, no está dando cuenta de los retos, está contrastando con la oposición, con sus fantasmas, con el pasado, quiere recordarnos lo mal que estábamos en el pasado para que no nos demos cuenta de lo mal que estamos en el presente, por eso tanta importancia por tratar de distraernos con circos mediáticos”.

En tanto, Fernando Dworak esto se refleja en la lucha entre facciones al interior del instituto político.

“Estamos hablando de una lucha entre estas dos facciones. Si tenemos a Morena controlado por radicales, en el 2021, vamos a tener estructuras de propaganda y educación política mucho más cercanas a discursos radicales, polarizantes, que un grupo de moderados con un discurso más cercano, digamos, a un PRI de los años 70, un poco rancio. Su futuro va a depender de esta elección y dependerá de que tanto van a seguir dependiendo de López Obrador o tener una institucionalidad interna propia que les permita tener una personalidad distintiva aún y cuando se presente un entorno en el que el caudillo vaya a fallar, que es algo que va a suceder”.

Dworak explicó que el futuro de partidos como Morena dependerá de varios factores, como es la sensibilidad ante las demandas de los electores.

“En un entorno en el que no había reelección inmediata, los partidos eran fuertes, eran leales a un líder. Los partidos eran poco responsables a las demandas ciudadanas, con poco arraigo, preocupados por controlar el dinero y el acceso a candidaturas que lo hizo más insensibles, eso hizo que ganara un populista como López Obrador. Si todavía está la expectativa de un hombre fuerte que legitime el resultado, se van a cuadrar. Eso pasó siempre en el PRD, cuando había un candidato con expectativas. Esta será la última vez que veamos a un caudillo poniendo orden, porque aún tiene la mitad de su mandato, pero en 2024 podría ser grave si Morena no aprende en 2023 que debe tener una vida interna más estable”.

Fernando Belaunzarán

Y el PRD…

En contraste con lo que sucede en Morena, en el PRD se renovó la dirigencia nacional y si bien, como comenta nuestro entrevistado, se dejó fuera a una parte de la pluralidad el partido, se alcanzó una mayoría en esta elección.

“Debo reconocer que la presidencia de Jesús Zambrano se sacó con una amplia mayoría en el partido, pero también hay que decir que se desperdició una gran oportunidad que teníamos para relanzar al partido, para reinventarlo, para renovarlo, digamos que después de un proceso en el que nos habíamos planteado hacer transformaciones importantes, regresamos al punto de partida”.

Esta es la opinión de Fernando Belaunzarán, quien comentó, además, a este medio que “en lugar de renovación hubo reciclamiento, esto hasta cierto punto es decepcionante”.

Belaunzarán señaló que, a pesar de lo anterior, debe enfatizar que lo importante ahora es el país y no el partido, “por la emergencia en la que estamos”, y que no es momento de avivar la lucha interna, “al contrario, lo que debemos hacer es construir un frente opositor importante, porque este país necesita contrapesos ante la intención clara de regresión autoritaria”.

Y sobre el futuro que vendrá, comentó: “El PRD puede jugar un papel importante en el futuro, el tema no es oponerse sino ser una alternativa creíble al régimen de López Obrador. El presidente quiere hacernos creer que es una lucha entre su transformación y el pasado corrupto, no tenemos que servir a eso y construir una alternativa. Ojalá tengamos la altura de miras para abrirnos a candidaturas ciudadanas, a quienes tengan la posibilidad de derrotar el partido de Estado que es Morena”, concluyó Belaunzarán.

“El PRD era lo que hoy es Morena, una colección de tribus que no tenían nada en común, salvo las ambiciones de una persona, lo que le pasó al PRD es que perdió a estos grupos y se está reagrupando. Si no hay una visión de tener acceso a cargos gracias a un caudillo, y si Zambrano es un eje articulador y logra atraer cuadros nuevos que es lo que les urge, puede ser una decisión correcta”, señaló Fernando Dworak.

@AReyesVigueras