El reciente atentado al Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch y las amenazas de muerte a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, son una razón más para enfatizar la necesidad de crear una nueva institución especializada en la protección de altos ejecutivos de carácter civil, adscrita al Centro Nacional de Inteligencia, la cual y tomando como base valores como la prevención y la discreción, sepa cómo atender oportunamente estos y otros tantos peligros que van en aumento en una sociedad moderna cada vez más agitada.

Así lo dio a conocer a Siempre!, Iván Ivanovich, mexicano de origen serbio, experto en seguridad y responsable de la protección de jefes de estado, funcionarios de primer nivel en Estados Unidos y Europa, quien considera que este es el momento de reforzar la seguridad de nuestros altos funcionarios contra estas y otras amenazas.

Afirma que “debido a los cambios en la sociedad, ahora los ejecutivos no quieren ser vistos con un dispositivo de seguridad numeroso para no afectar su imagen pública; sin embargo, la Protección Ejecutiva moderna no implica rodearse de ‘trajes negros y lentes obscuros’, sino en desarrollar actividades preventivas y discretas que sean capaces de intervenir las amenazas, mucho antes de que se cumplan. Todo esto lo explica y detalla con amplitud en su libro de reciente aparición: Protección Ejecutiva en el siglo XXI: La Nueva Doctrina. Esta es la entrevista:

¿De qué trata su libro?, ¿que lo motiva a escribirlo?

Lo que me impulsó a escribir este libro, fue el observar los cambios que se están dando en la sociedad y cómo estos han afectado el desempeño de la protección ejecutiva.

La revolución digital es factor que impacta la manera de cómo trabajamos, por qué cambia nuestra sociedad en el sentido de que pasa de ser vertical a horizontal y más participativa. Esto llevó al primer punto en el cual los ejecutivos rechazan la manera tradicional de protegerse, que antes era un símbolo inclusive de status y ahora se está convirtiendo más bien como uno de mal gusto.

¿Por qué? Porque todos los errores que cometían los escoltas terminaban siendo evidenciados en las redes sociales y esto ha afectado mucho la imagen que tienen ante la sociedad.

En su libro se refieres a la nueva doctrina. ¿En qué consiste?

La nueva doctrina es la nueva forma de practicar la protección ejecutiva, en la cuál en lugar de favorecer el esquema de armas, de reacción, esperar un ataque, es cambiar y no esperar, sino intervenir con anticipación en las fases de la preparación de este. No defendernos enfrente del portero, hablando en términos de futbol, sino realmente hacer todo lo necesario para que el enemigo no llegue a la portería.

Esa es la esencia de la nueva doctrina que pone en un lugar destacado la imagen y la discreción. Esto es algo muy importante para los ejecutivos y nos podemos dar cuenta que muchos, comenzando por el presidente y muchos otros ejecutivos, han llegado a rechazar esa forma tradicional de hacer protección por el tema de la imagen.

Lo que hace la nueva doctrina es proponer un sistema discreto de protección que no implique un enfrentamiento. Esa es la parte esencial, porque se consideraba que la protección ejecutiva es un enfrentamiento. Se consideraba que todo se iba a resolver con una pistola y esperar a que ellos llegarán a disparar primero.

La nueva doctrina está enfocada a través de inteligencia, de medidas como la contra vigilancia y alerta temprana para anticiparse y no llegar a una situación en la cual va a ser agredido el ejecutivo y en la que también hasta la propia ciudadanía, por estar presente, pueda estar en peligro, como ha sucedido últimamente.

El atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch y las amenazas de muerte contra la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, qué lectura le dejan, como experto en protección ejecutiva.

En primer lugar, destaca que en el caso del atentando a Omar García lo que pudimos ver es la gran cantidad de armas a las que pueden tener acceso los delincuentes por poco dinero, es decir que no podemos estar combatiendo fuego contra fuego. Ese es el primer punto, que si ese ataque no se previene es prácticamente imposible que se detenga, porque el poder de fuego y el factor sorpresa son arrolladores en este caso.

La actuación del Centro Nacional de Inteligencia fue muy importante porque alertó que existía un peligro para los altos ejecutivos de entre los cuales estuvo Omar García. Si además de este centro hubiera una institución que forme parte de él y que permita, o en su momento, pueda intervenir oportunamente con la tecnología y el conocimiento necesario se podrían prevenir ese tipo de acciones.

Esta misma organización tendría también que dar solución a las amenazas como las que hubo, por ejemplo, a la jefa de gobierno. Si bien es cierto es un tipo de amenaza totalmente diferente, porque aquí se trató de una persona que está denunciando y que tiene un perfil que puede ser de cierta peligrosidad. Esto, de acuerdo a un estudio que se llama Exceptional Case Study Project, que desarrolló el servicio secreto de los Estados Unidos y que muestra cuáles son las características de las personas que han atentado contra los protegidos de este, donde se requiere de un análisis, un estudio y un método muy especializado para detener ese tipo de acciones.

Esto nos muestra diferentes tipos de amenazas que requieren una respuesta organizada por parte de profesionales especializados y por eso se necesita una organización, una institución que pueda hacer frente a toda esta clase de amenazas, que, en un momento dado, son hasta un asunto de seguridad nacional.

Como experto en protección ejecutiva qué opina sobre la seguridad del presidente de la República.

De la protección que se le está otorga al presidente no puedo decir si está bien o está mal, porque no tengo la visión de todas las cosas y todas las medidas que se están tomando exactamente para su protección. ¿Por qué? Porque las personas que rodean a un ejecutivo, o a un alto funcionario representan solamente un 5 por ciento del total de las acciones que se implementan. El 95 por ciento restante, de todo lo que es la protección a un presidente o un alto funcionario, son medidas de inteligencia, de contra inteligencia y una serie de cosas y métodos de las personas dispersas en diferentes grupos o bien dentro de la propia multitud, que tienen que realizar una serie de actividades.

No sabemos si las tiene o no, el hecho de querer tener una seguridad mucho más discreta no quiere decir que sea perfecta o que sea una buena seguridad. No tenemos elementos, parámetros, para analizarlo, pero la idea de disolver el cuerpo de guardias presidenciales y optar por algo mucho más discreto, no necesariamente implica una seguridad más débil.  Es una tendencia que está ahora en la protección ejecutiva a nivel mundial como respuesta a los cambios sociales.