No los vemos, pero en estos momentos hay una gran cantidad de héroes anónimos en México: el personal médico que está luchando día con día para hacer frente a la pandemia que ya nos ha dejado más de 80,000 muertos (cifras oficiales). Sin embargo, con datos de Amnistía Internacional, de los casi 7,000 profesionales de la salud que han perdido la vida por COVID-19 en el mundo, al menos 1,320 se registraron en nuestro país.

Las causas son varias, pero muchas de ellas conciernen a la falta de protección que se le brinda al personal de salud, la sobresaturación de los hospitales, y las duras condiciones de trabajo del personal médico y de enfermería que, pese a que se han naturalizado desde hace mucho tiempo, es ahora cuando se hacen evidentes.

Ello se relaciona con el hecho de que el sistema de salud de México se ha venido precarizando en las últimas décadas, y se le otorga presupuestos limitados. De tal manera que dotar de material o equipos de protección adecuados pasan a segundo plano, por ejemplo, frente a la pandemia, se ha señalado que una gran mayoría de los insumos para la protección del personal médico como caretas, guantes, cubrebocas y lentes se han conseguido a través de donaciones, o bien, que ha sido el propio personal quienes han tenido que comprarlos para poder realizar su trabajo.

En este sentido, el personal médico ha tenido que gastar una parte de su salario para adquirir el equipo necesario, dinero que, por cierto, no es proporcional al extenuante trabajo que han estado realizando. De acuerdo a un estudio sobre las remuneraciones del personal de la salud en México elaborado por el Instituto Belisario Domínguez, el salario promedio de un médico es de 16 mil pesos mensuales, mientras que el personal de enfermería se enfrenta en la primera línea del virus con un salario aproximado de 9 mil pesos al mes.

No es un salario que pueda ser envidiado, especialmente tomando en cuenta los años de estudio y preparación que se requieren para realizar estos trabajos, mismos que en promedio rondan los 18 años, de acuerdo al mismo Instituto. De hecho, el personal médico en México gana casi 3 veces menos de lo que ganan en España o Brasil, y casi 14 veces menos que en Estados Unidos.

A eso hay que sumar que la mayoría de los hospitales tienen un problema de abastecimiento de insumos, lo cual representa un riesgo para todas las personas que laboran dentro de sus instalaciones, por lo tanto, si los médicos, enfermeras, camilleros, y auxiliares de limpieza, se contagian, ¿quién cuidará de la sociedad?

Esto debe ser un llamado de atención para actuar, para que el Gobierno no se voltee e ignore esta situación, no es justo que haya dinero destinado a otros sectores y que se olviden de la salud y del personal que hace hasta lo imposible por cuidar de la salud de los mexicanos. Es momento de que todos los actores políticos y sociales puedan asegurar que los trabajadores de la salud tengan protección y puedan desempeñar sus tareas, y así lograr la atención de las personas afectadas por la enfermedad y para salvar vidas.

Por eso, hoy lo más importante es presionar para que estos temas se reconozcan, y así se puedan perfilar políticas públicas con visión a largo plazo, que busquen crear reformas que mejoren al sector salud en beneficio de todos.