Entrevista con Fernando Dworak, analista político

El proceso para renovar la dirigencia nacional de Morena continúa mostrando más enfrentamientos que acuerdos. Las acusaciones entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado han mostrado que se trata de un partido que repite vicios que se conocieron en otros institutos políticos, como ha sido el caso del PRD, organismo del que proviene buena parte de los actuales militantes del movimiento que triunfó en 2018.

Pero hay que considerar que, si gana cualquiera de los dos aspirantes que hoy se acusan mutuamente, el partido recorrerá un camino en particular por los grupos que apoyan a ambos aspirantes.

Se trata de escenarios posibles que se darán con el triunfo en la tercera encuesta que está por llevarse a cabo. Para analizar esto, Siempre entrevistó al analista político Fernando Dworak Camargo, así como el papel que podría jugar el presidente López Obrador.

Fernando Dworak.

Los antecedentes

En ediciones anteriores, se ha abordado lo que ocurre al interior de Morena. En la actual coyuntura de enfrentamiento entre los dos principales aspirantes cabe recordar lo dicho a este medio por Telésforo Nava.

“(López Obrador) es el dueño del partido, y si él quiere dará unos manotazos en la mesa —que los va a dar— y se va a imponer. Cuando dijeron que había, como dicen los estatutos de Morena, que hacer una elección para definir la presidencia, él salió a decir que lo mejor serían las encuestas, porque ya las había usado. Cuando dirigió al PRD y como jefe de gobierno —cuando tomó el control pleno del PRD—, ¿qué hacía? Encuestas, porque las encuestas daban los resultados que él quería, eso yo lo vi directamente y seguí casos de que se hacían elecciones y ponían a los candidatos que quería Andrés Manuel en su mayor parte, entonces, cuando él dijo que lo más indicado sería hacer encuestas de inmediato todo mundo dijo ‘sí vamos por encuestas’, porque el gran jefe ya lo dijo, claro que hay otros que ven ese peligro, ya conocen a Andrés Manuel, lo maniobrero que es y saben lo que va a hacer con las encuestas, entonces hay un sector que se está resistiendo, pero Andrés Manuel va a poner el control, a imponer lo que él quiera. Eso de que tomo mis tiliches, me voy y me llevo el nombre de Morena, no hay que creerle para nada, tiene el control de Morena, va a poner a la gente que sean sus operadores”.

Para Fernando Belaunzarán, quien conoce a buena parte de los líderes morenistas que antes pasaron por el PRD, lo que hay que esperar es la intervención del fundador de Morena.

“Andrés no quiere intervenir de manera franca, para no desgastarse y enemistarse con nadie, eso está dejando un vacío, pero a final de cuentas si esto se sigue deteriorando López Obrador va a intervenir abiertamente, porque es falso que vaya a abandonar Morena, esa es una amenaza que no tiene racionalidad porque Morena es su instrumento para mantener una hegemonía estructural en el país, en eso está trabajando y ese instrumento que no es partido, aunque sea un conglomerado, un membrete de personas y agrupamientos a su alrededor, no va a renunciar a él, porque lo necesita para tener esa hegemonía estructural –en eso está trabajando–. La gran preocupación de Andrés Manuel es el control político, en eso sí está avanzando, en todo lo demás el país no tiene rumbo, va a la deriva, pero en el control político sí avanza, y lo que está buscando, lo que es su principal obsesión es garantizar la hegemonía estructural de su proyecto y para eso necesita a Morena, por eso está amenazando con el petate del muerto, no se va a separar, claro lo que busca es que no lo manchen, pero si esto se complica hará más explícita su intervención”.

Los escenarios

Fernando Dworak analizó los dos escenarios que se podrían presentar en caso de que gane la presidencia nacional de Morena Porfirio Muñoz Ledo o Mario Delgado, así como el impacto de cualquiera de estos resultados en el 2021.

“Con todas las expectativas que se están haciendo respecto a lo que pudiera hacer Muñoz Ledo, él no está pensando en lo que va a hacer en el partido, sino en su legado político. Algo que siempre ha orientado a Porfirio es esa narrativa de reforma del Estado, que es un prócer viviente y le funcionó muy bien en su carrera política desde la creación del Frente Democrático Nacional. El problema es que una vez que logró lo que quería hacer, especialmente en el Congreso Constituyente de la Ciudad de México, creo que no está pensando en ser independiente o autónomo, sino en como se le va a recordar en un tiempo que no va a ser muy lejano cuando, hay que decirlo, deje este mundo. Entonces, en este sentido, él no está pensando en administrar el poder, sino en tener un final digno de acuerdo a lo que cree es su estatura histórica.

“Si queda Muñoz Ledo en la presidencia y Citlali Hernández en la secretaría general, vamos a tener un manejo orientado a los radicales de Morena, va a tener mano un cierto grupo de vieja izquierda perredista, digamos vieja priísta, y una coalición de radicales de Morena muy afines con el discurso populista del cono sur. Esa sería la primera gran coalición. Estamos hablando de una escasa rotación generacional, naturalmente muchos de los cuadros que representaría Mario Delgado o son de nuevo ingreso o millenials que se han unido a la lucha.

“Porfirio Muñoz Ledo representaría la lucha de un proyecto generacional en todo caso bajo esta premisa.

“Mario Delgado con Citlali en la secretaria general puede significar más tensiones en la selección de candidatos, tendríamos una división muy clara entre la presidencia y la secretaría general, pero habría que ver que grupos apoyarían más a Delgado y que tanta promoción podrían tener esos grupos a través de él para controlar los procesos de selección.

“Podría darse la posibilidad de que entren nuevas generaciones a Morena, pero sería muy difícil la gobernabilidad interna con las dos cabezas en otra parte.

“Una cosa que me llama la atención es que mucha gente habla de la muerte anticipada de Morena, que va a desaparecer en el futuro cercano, porque no se están poniendo de acuerdo y no saben gobernar, lo cual es una premisa completamente falsa si comenzamos a ver la historia moderna de la izquierda mexicana desde el 89. El PRD fue una unión de tribus que sobrevivió cuando había dos caudillos que podían dar cierta cohesión; esa cohesión era fundamentalmente por la posibilidad de llegar a la presidencia algún día, estamos hablando de Cuauhtémoc Cárdenas y de López Obrador. Mientras esos caudillos eran creíbles y representaban una posibilidad real de llegar al poder, el PRD fue unido, estable y, más o menos, cohesivo en temas importantes. Qué le pasó al PRD, simplemente López Obrador se salió de la ecuación, dejó de ser candidato presidencial y se fue a formar su partido, el PRD se deshizo en luchas internas.

“Ahora que pasa en el poder, naturalmente Morena tiene la ambición de seguir en el poder durante cierto tiempo, saben muy bien que López Obrador es la única forma que tienen ellos de mantenerse ante la ausencia de una estructura partidista clara o sólida, mientras Morena siga siendo una colección de grupos no va a tener una vida autónoma del líder, entonces mientras se tenga una expectativa clara en el partido de que López Obrador va a ser determinante para mantener la posibilidad de ganar elecciones, Morena va a seguir siendo cohesivo aunque se maten entre ellos o por más que se peleen en los medios.

“Al final de cuentas, la diferencia entre Muñoz Ledo y Mario Delgado es que tanta posibilidad va a haber de presentar candidatos más aceptables a un público que sea más amplio que el tradicional de Morena o grupos más radicalizados con el lopezobradorismo, o que tanto relevo generacional va a haber o que tan plural va a ser la composición. Creo que esas van a ser las diferencias, pero creo que quienes están infiriendo que a partir de aquí Morena va a entrar en un conflicto y desaparecerá en el corto plazo, es una exageración. Podría Morena entrar en una crisis grave si se dan dos condiciones: en 2021 es muy competitivo, lo cual tampoco veo razones para inferirlo en este momento o dos, López Obrador desaparece y hay una pugna entre grupos, reales, no solamente por la dirigencia del partido, sino para ocupar la silla presidencial, pero cualquier de esos dos escenarios no los veo muy factibles de aquí a 2024”.

¿Qué hará López Obrador?

Una cuestión que se debate aún, es que hará el presidente, considerando que ya advirtió que si Morena se echa a perder él renunciaría.

“López Obrador es el fiel de la balanza, tiene una posición muy cómoda, sabe que el triunfo electoral de Morena depende más de su figura y de las tretas que pueda hacer para meterse en la boleta, llámalo consulta o la revocación de mandato, sabe que el triunfo depende en buena medida de su persona y de su marrullería y esa en una posición muy cómoda en este momento; no hay elementos para decir que hay una gran fuerza activa dentro de Morena, pero en la izquierda están muy acostumbrados a tener líderes morales –sea lo que esto significa–, y creo que en los partidos de izquierda tradicionales le pueden perdonar cualquier cosa a todo mundo menos a esos líderes morales. Es una visión patrimonialista, cierto, pero también realista, es el gran elector, de él va a depender el piso y el techo de Morena rumbo a 2021”.

 

¿Castigará el ciudadano el conflicto interno?

Finalmente, como ha sucedido con otros institutos políticos en el pasado reciente, el votante castiga los conflictos internos.

“Tradicionalmente, a lo largo de los últimos dos años hemos visto que el manejo de crisis de López Obrador ha sido un desastre, hemos visto que tiene grandes apoyos aún y cuando su administración también ha sido un caos y hemos visto a lo largo de estos años que los supuestos de lo que debería ser un buen gobierno, el manejo de crisis o la administración caen uno a uno y aquí el tema es López Obrador su habilidad y su retórica como un hombre fuerte, providencial están pesando más que cualquier supuesto de operación política, también hay otro elemento muy importante: donde están las alternativas, sin partidos políticos que despunten, Morena se está peleando por el ‘porque no vota por nosotros’, qué representan los otros partidos, sólo están reaccionando a partir de Morena y no están presentando una opción. Mientras la oposición está pensando en cómo repartirse un 20 por ciento del electorado a partir de un frente amplio opositor, y mientras López Obrador siga moviendo las emociones públicas, creo que Morena –a final de cuentas– va a terminar adaptándose a López Obrador como una maquinaria unida por eso, ¿cuándo comenzaría el partido a desgajarse? Cuando sea una buena apuesta estar en la oposición, eso le pasó al PRI en los años ochenta”.

@AReyesVigueras