El dinosaurio y el bebé. Diálogo en ocho partes entre Fritz Lang y Jean-Luc Godard (Le dinosaure et le bébé. Dialogue en huit parties entre Fritz Lang et Jean-Luc Godard, (Francia, TV, 1967) de André S. Labarthe y Janine Bazin, para la serie Cinéastes de nostre temps.
-1-
Jean-Luc Godard: “Eres Fritz Lang y yo Jean-Luc Godard. Has hecho más películas que yo. ¿Sabes cuántas?” Fritz Lang: “No sé. Pero sé que tú sabes más sobre mis películas que yo”. JLG: “Has hecho 42”. FL: “Dios mío. Demasiadas”. JLG: “En 42 películas has visto muchas cosas, muchos cambios en la historia de Europa y América. Si hoy te preguntara alguien que no conoce el cine, si le preguntaran a Fritz Lang que definiera al hombre, a un hombre concreto, ¿qué es un director de cine, dirías que es un trabajador, un artista? ¿Qué particularidad tiene un hombre que es director de cine?”. FL: “No me gusta el término artista. Alguien que trabaja mucho y que conoce su trabajo. Un cirujano, para mí, es un artista. Yo trabajo mucho. Me gusta mi trabajo. Debo decir que mucho. Eso es todo”. JLG: “Yo tengo una opinión diferente. Van Gogh era más importante que el carpintero que fabricaba el caballete donde pintaba, aunque fuera más bello”. FL: “Tienes toda la razón. Es un ejemplo excelente. ¡Tal vez me equivoque! No, escucha. ¿Sabes?” JLG: “Prefiero verte como carpintero”. FL: “Como carpintero no, como trabajador”. JLG: “La gente cree que no hacemos nada, pero trabajamos mucho”. FL: “El público piensa que hacemos películas por placer. No sabe el trabajo que hay detrás. Ambos tenemos algo… juntos. ¿Se puede decir así? JLG: “En común”. FL: “Tú eres un romántico y yo también. No sé si ser romántico es algo bueno en estos tiempos”. JLG: “Hoy es algo malo”.
-2-
FL: “Por qué”. JLG: “Porque ser romántico es ser sentimental”. FL: “No se trata de ser sentimental. Cuando es duro, como es la parte técnica, no podemos decir nada”. JLG: “La parte técnica no es romántica”. FL: “No me considero una máquina. Un autómata. Otra cosa en respuesta a lo que yo creo que es un director. Creo que debe ser un psicoanalista (en alemán o inglés)”. JLG: “Psicoanalista” (en francés). FL: “Tiene que meterse en la piel de sus actores. Debe saber por qué la gente del guion hace lo que hace. Por tanto, tiene que ser psicoanalista. Esto me lo preguntaron un día y se me ocurrió una idea que desde entonces tengo presente. Alguien me dijo: Veo muy bien lo que quieres hacer, lo que estás pensando. Dije: ¿Cómo lo puedes saber? Me dijo todo y lo otro. Empecé a pensar. Tal vez en todas nuestras películas pongamos nuestro corazón, nuestros deseos, lo que amamos o lo que nos ha traicionado. Creo que un día, si hubiera alguien que pudiera analizarnos, a ti o a mí, tal vez él lo sepa. Yo no sé por qué he hecho más películas. ¿Y tú?”. JLG. “No”. FL: “Esta persona descubrirá por qué sabemos hacer las cosas de uno u otro modo. Un director tiene que ser psicoanalista”. JLG: “Hay una cosa que siempre me choca. Si me lo permites”. FL: “¿Qué?” JLG: “Un director mayor”. FL: “¿Qué?” JLG: “Un viejo director. Un dinosaurio.
-3-
Lo que me choca de Abel Gance o de Renoir, a quienes conocemos, es el sentido de la juventud: Siempre interesados en las cosas en el momento de su nacimiento, como si pasara por primera vez. Siempre interesados en temas nuevos. ¿Crees?” FL: “Yo creo que nuestra profesión, el arte del cine, no pertenece a este siglo. Es un arte para gente joven”. JLG: “Es un arte para gente joven. Yo también lo creo”. FL: “Te diré una cosa. He estado pensando mucho. Escribí una película que no llegué a hacer. Se titulaba. No lo sé. Se me ha olvidado. Intentaba… ¿Cómo se dice remember? … recordar mi juventud, pero no lo lograba. Quería comparar la juventud actual a la mía. Encuentro… Creo que ahora nuestras vidas son mucho más rápidas. Piensa en el cine mudo: Son mucho más lentas. Las películas de 30 años después… Ahora habla el dinosaurio. Cuando yo empecé en 1918, 1919, hace 45 0 46 años, las películas era mucho más lentas. A medida que nuestro estilo de vida empezaba a ir más deprisa, nuestras películas eran cada vez más rápidas”. JLG: “¿Más rápidas?” FL: “La vida de los jóvenes va más deprisa que cuando nosotros éramos jóvenes”. JLG: “Te diré una cosa. Ya te he dicho, entre nosotros apenas queda nadie, los que empezaron entonces, trabajando en el nuevo arte. Quedan Dreyer, Abel Gance y tú”. FL: “No podríamos hablar como podríamos hacerlo ahora. No podríamos pronunciarnos. Era más difícil para nosotros que para vosotros. Porque nosotros somos exploradores. En aquella época los financieros exigían que termináramos una película en cuatro semanas o algo así. Se ganaba mucho dinero con aquellas películas. En ese sentido, las películas son como los panes. Son buenas. Están hechas para consumirse hoy, dentro de una semana, seis meses o un año. Ahora no sé cómo es”. JLG: “Una película que pervive no es como un pan”. FL: “Sólo tiene el tiempo y el público lo dirá. Cuando una película perdura como Napoleon de Abel Gance”. JLG: “Napoleon de Abel Gance perdurará” FL: “Es una obra de arte. Pero, ¿cuántas películas hay así? ¿Cuántas de esas películas les gustaría hoy al público?” JLG: “Tal vez no haya. Citábamos a Abel Gance, Dreyer y tú. En caso de Dreyer tal vez La pasión de Juana de Arco”. FL: “Y puede que Vampyr”. JLG: “Tuyas, en mi opinión, creo que M. JLG: “¿Es tuya también?” FL: “Eso creo”. JLG: “Naturalmente. La película M es un documental”. FL: ¿Tú eres un bebé?” JLG: “Las mamás azotan a los bebés. A los niños los castigan”. FL: “No. ¿Por qué?”
-4-
JLG. “Porque el cine es…” FL: “Romántico” JLG: “…un arte para los jóvenes, es un arte joven, Tal vez por eso, porque es joven se le pierde el respeto. ¿Cómo podría explicarlo?” FL: “No lo sé”. JLG: “Somos más estrictos con él. Me gustaría preguntarte cómo deberíamos reaccionar con relación a no a la censura, sino a algo más grave, a la tiranía. ¿Hacemos como los niños y damos una pataleta o, por el contrario, tratamos de burlarla?” FL: “No sé nada sobre los niños”. JLG: “No. La tiranía”. FL: “Debemos luchar contra la tiranía siempre. Cuando hablabas de censura me interesa una cosa. No sé si es cierto. Dime. Siempre he sido un enemigo de la censura. Hice una película que se titulaba La mujer del cuadro”. JLG: “La femme au portrail”. FL: “En una escena. Era un sueño. Una mujer intenta envenenar a un hombre. La escena se eliminó. No en toda América. Se cortó en Oregón porque se dio el caso de que una mujer quiso envenenar a un hombre. Hay censura. Hasta cierto punto, pero dicen que en Francia hay mucha censura. Tú sabes que me encanta Francia. ¿Es cierto que en Francia no puedes filmar a un político o a un policía aceptando un soborno?” JLG: “No. Creo que no. Es extraño. En Francia, por ejemplo, tres cuartas partes de las películas que hago, no podrías hacerlas en Rusia ni en América. Hay películas que no puedo hacer en Francia, pero si en América o en Rusia. Una película bélica no se puede hacer en Francia”. FL: ¿“Por qué no? ¿Los generales tienen siempre la razón?” CONTINUARÁ.


