Entrevistas con Aurora Espina, coordinadora de estudios políticos de la FRPH, Rodrigo Iván Cortés, especialista en temas internacionales

La reunión cumbre de la Celac en México sigue dando mucho de que hablar. No sólo por los resultados que se obtuvieron o los enfrentamientos verbales entre algunos mandatarios asistentes al evento, sino por todo lo que hay detrás de la junta y lo que podría venir en el futuro cercano, tanto en materia de relaciones exteriores para México como para la relación con Estados Unidos.

Siempre consultó a un par de especialistas en el tema quienes coinciden en que hay otras lecturas del encuentro, mismas que comparten con nuestros lectores.

Aurora Espina

Liderazgo internacional

Para la autora del estudio “La Construcción del Orden Político Mundial”, Aurora Espina, quien también es coordinadora de estudios políticos de la Fundación Rafael Preciado Hernández (FRPH) la reciente reunión de la Celac puede tener varias lecturas, como una muestra de la radicalización del actual gobierno mexicano.

“Podría entenderse desde esa perspectiva, sobre todo viendo la alineación que se ha dado de la visión de la política exterior mexicana con países como Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela, pero también es cierto que dentro del concierto internacional –y es una lectura que no se ha dado mucho sobre el papel que ha asumido México–, si bien es cierto que nuestro país había tenido, desde el sexenio de Peña Nieto, una actividad internacional bastante fuerte, en sexenios anteriores como en el de Felipe Calderón había tenido un liderazgo regional que se perdió, justamente, en el sexenio pasado y que asumió Brasil, hoy vemos a Jair Bolsonaro aferrado a un aislamiento en lo internacional que deja un hueco, en este caso la VI Reunión de la Celac representa un medio por el cual México con su política exterior inicia un proceso para empezar a asumir un papel de liderazgo internacional que otros países tampoco se han visto interesados en asumir”.

En la evaluación que hace de la reunión, resalta algunas contradicciones que se presentaron en la realización de la misma.

“Hay una serie de contradicciones, porque si bien es cierto que en la narrativa hay un discurso de confrontación con Estados Unidos, sobre todo por las declaraciones y posturas que se dieron previo a la reunión y en la propia Celac, reclamando el final del embargo a Cuba y, precisamente, la narrativa que se dio en la reunión es una que sale de un discurso antiimperialista que acusa a Estados Unidos de todas la penurias y deficiencias de varios de los países de la región, por ese lado es contradictorio porque al mismo tiempo, en el marco de la propuesta de integración regional, no están aislando a Estados Unidos u otros organismos como la Unión Europea de un proceso de integración regional a nivel económico, lo cual llama la atención por la disparidad entre el discurso y la propuesta como tal, pero al mismo tiempo se ha tenido una relación cercana en materia de intercambio de vacunas, de la cuestión migratoria y esa cuestión de la denuncia de México contra empresas de armamentos, por eso se lee esta propuesta de manera incongruente porque por otro lado se exalta la relación con Cuba y se habla que la prioridad de esa reunión era iniciar el proceso para un relevo de la OEA e iniciar un proceso de integración de América Latina y el Caribe, al estilo de la Unión Europea, que a final de cuentas es muy parecido al planteamiento de la actual OEA”.

Acerca de la propuesta de cambiar a la OEA por otro organismo que no responda exclusivamente a los dictados de Estados Unidos, Aurora Espina consideró que no es necesario la creación de otra entidad para los mismos fines que actualmente ya se tienen dentro de la Organización.

“Existen organismos a nivel latinoamericano, existe la propia Celac como mecanismo multilateral regional, que al final de cuentas tiene dentro de sus objetivos lograr una integración de los países de la región, algo que es muy importante y no le vería sentido a generar otro organismo; por otro lado, es cierto que se puede tener una perspectiva distinta, favorable o no favorable, a como se está llevando a cabo el liderazgo dentro de la Organización de Estados Americanos y eso completamente se puede dar desde la perspectiva de los jefes de Estado que no coincidan con la forma en que se está liderando. El tipo de liderazgo que puede tener un organismo como la OEA no demerita la capacidad que puede tener este organismo para contribuir a la integración del hemisferio, que es una diferencia con la Celac”.

Legitimidad democrática

“La impresión que se da es que en aras de lograr una actuación conjunta a nivel regional se termina aceptando sacrificar las condiciones de la democracia en América Latina, precisamente al darle un reconocimiento en la mesa de discusiones a actores como Miguel Díaz Canel o Nicolás Maduro; a pesar –también hay que mencionarlo– de que existan jefes de Estado que son tiranos y dictadores, lo que hay que reconocer es que no dejan de mantener su estatus de jefes de Estado y de gobierno y por eso se les invita a reuniones internacionales como la Celac”.

Lo anterior, en opinión de nuestra entrevistada, refleja una falta de postura definida acerca de lo que sucede en países como Cuba o Venezuela, por lo que se espera que en el futuro cercano el gobierno mexicano refuerce su relación países con gobiernos de izquierda.

“Llama la atención que en el marco de la Celac se hace una invitación al mandatario de China y no a Biden, porqué a uno y no a ambos, no se debe depender únicamente a las relaciones con Estados Unidos, pero sí debe haber una apertura. Lo que es interesante es ver el alineamiento en su política exterior de México con países como Cuba, Bolivia, Nicaragua, Venezuela y los acercamientos que he tenido con China, eso llama la atención y habrá que ver como prospera porque para los fines que tenía la Celac no se vieron los acuerdos, tampoco fueron significativos los alcanzados, aunque algo positivo fue la búsqueda de la autosuficiencia en salud, la cuestión migratoria es el gran ausente de estos acuerdos y hay que ver el papel de México en esta política exterior, se irá decantando por un liderazgo regional, esperando los acuerdo que se logran como Estado con naciones que se identifican como de izquierda”.

Rodrigo Iván Cortés

Fuera máscaras

Rodrigo Iván Cortés Jiménez, especialista en relaciones internacionales, percibió la reunión de la Celac en México como una muestra más de que el actual presidente mexicano se ha quitado la máscara y muestra su verdadero talante, esto por la invitación y recibimiento del mandatario cubano.

“Lo que estamos viendo es que se quitan la careta, porque a diferencia de los que pensaban que López Obrador no tenía nada que ver con el régimen cubano o el venezolano, lo que estamos viendo es que cae la careta por su propio peso, cuando un mandatario pide que se declare al régimen cubano como patrimonio de la humanidad, obviamente hay que tomarlo en serio no para apoyarlo, sino en el sentido de que lo que realmente admira y, por lo tanto, ve conveniente en un régimen es uno que ha puesto un terrible embargo a las libertades fundamentales de su población, porque la Constitución cubana pone con pena corporal, es decir cárcel, la disidencia política y resulta que la disidencia política es cualquier expresión que esté fuera del Partido Comunista Cubano, partido único, porque acorde a la Constitución cubana sólo puede haber un solo partido, obvio, es un régimen que penaliza cualquier tipo de libertad política, que obliga a su población a sólo tener expresión si coincide y se subordina al Partido Comunista, que no tiene libertad de prensa, cuando vemos que López Obrador ha establecido un tribunal de la verdad en sus mañaneras y dice lo que es la verdad pública y arremete contra cualquier crítica, estamos viendo porque pide que se declare patrimonio de la humanidad a Cuba”.

El también exdiputado federal consideró que hay que tomar en cuenta que no es coincidencia la cercanía se ha mostrado entre el gobierno mexicano y el cubano, ni la propuesta de desaparecer a la OEA por otro tipo de organismo internacional.

“La propuesta podría pertenecer más al género del teatro del absurdo, tratar con la deferencia con la que trata López Obrador a Cuba, Venezuela y Nicaragua y pretender que esos regímenes que están arruinados económicamente y someten a su población a una terrible pobreza y que no respetan la libertad ni propician un bienestar básico, pretender hacer una comunidad con ellos como lo fue en sus inicios la Comunidad Europea es un chiste, es algo propio de una tragicomedia y lo que al parecer es que quiere quedar bien con los dos mundos, hacerle el juego a los sátrapas y dictadores de Sudamérica y al mismo tiempo a Estados Unidos”.

En la evaluación que hace de la política exterior mexicana, Cortés Jiménez refiere que se trata de algo que sólo demuestra que no se tiene rumbo claro.

“La política exterior mexicana ha dado tumbos del tamaña de las sendas cartas al rey de España para que pida disculpas por la conquista, con la barbaridad de 500 años de resistencia, al Papa Francisco para que pida perdón por la evangelización, al mismo tiempo de querer quedar bien con los sátrapas y con el poder norteamericano, algo que nos demuestra que no hay rumbo en lo exterior, ni pies ni cabeza, y por eso se ven contradicciones como el sometimiento al gobierno estadounidense al grado de cometer lo que todo mundo ha visto con los migrantes”.

Asimismo, agregó que también se ha aprovechado situaciones como la reciente carta que firmaron senadores mexicanos con el partido Vox de España”.

“Lo de Vox y España fue una caja china y cortina de humo, de tal manera que no tuviera impacto lo que significó invitar a Maduro a la reunión de la Celac, vimos como se dio un contraste impresionante, pues la Carta de Madrid pide defender cuestiones básicas y fundamentales democrática como el Estado de derecho, la libertad de prensa y económica, la división de poderes, cuestiones básicas y fundamentales que implica la Carta que suscribió el coordinador de la bancada del PAN en el Senado, cuando uno se pregunta si se debe firmar eso por parte del órgano que ve la política exterior, la respuesta es sí”.

@AReyesVigueras