Les platico:

México está entre los últimos cuatro países de todo el mundo en las listas de corrupción, atención de la pandemia y aplicación del estado de derecho. Sin embargo, López Obrador se siente merecedor de la máxima tribuna internacional, la ONU, para ir a preconizar lo que él llama “modelo exitoso de gobierno”.

Nuestro país es objeto de burla y escarnio en muchas partes del mundo, debido al gobierno fallido de Andrés Manuel.

Es cierto, los mexicanos somos corresponsables del desastre económico, educativo, de salud y seguridad que sumen a México en uno de los momentos más vergonzosos de su historia moderna.

Lo somos porque elegimos a un inútil que ha vivido de prebendas políticas toda su vida.

Incapaz que es para ganarse la vida dignamente, ha recurrido a la política en su peor expresión, para ser un consumado vivales encumbrado a la presidencia por 30 millones de ilusos que creyeron en sus promesas y que hoy sucumben ante la más desastrosa realidad, que tiene a México sumido en el oscurantismo.

 

Reforma eléctrica de AMLO, una usurpación

El gobierno mexicano ya no sabe qué hacer con todo el combustóleo que queda como residuo de la refinación del petróleo. La alucinada solución que se le ocurrió a la 4T es quemarlo para generar electricidad, aunque con ello ensucie el aire que todos respiramos.

Así, México va contra la tendencia mundial de sustituir el combustóleo y el carbón como alimentadores de las turbinas que generan electricidad. Cada vez más países revierten sus procesos hacia las energías limpias, la solar y la eólica. Si la reforma eléctrica es aprobada por los legisladores, pagaremos mucho más cara la energía que alimenta a hogares, industrias y comercios.

Además, se desatarán y masificarán los apagones porque la CFE es incapaz de atender eficientemente a los usuarios y la reforma busca cancelar contratos vigentes a empresas privadas que proveen más del 50% de la energía que consume el País.

México tendría que pagar $80,000 millones de dólares para cubrir las indemnizaciones sobre contratos vigentes que serían cancelados en detrimento de inversionistas extranjeros y nacionales.

Entonces, en la reforma eléctrica; en el presupuesto y en la miscelánea fiscal; en todo, los legisladores de Morena y rémoras que la acompañan, obedecen a su amo AMLO, liderados por el patán Gerardo Fernández Noroña.

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Qué podredumbre de legisladores tenemos, consumadas acémilas, que no entienden el desastre económico que representa para México la “confiscación eléctrica”, porque es más allá de una reforma e incluso pasa por encima de una expropiación.

En consecuencia, la contra reforma eléctrica viola los protocolos de París que buscan evitar el uso de materiales fósiles para generar energía eléctrica. ¿Qué nos espera a los mexicanos? Pagos crecientes en los recibos de luz; más contaminación por el uso desmedido de carbón y combustóleo, los dos elementos más contaminantes del mundo, pago de sumas multimillonarias por violar contratos VIGENTES Y TOTALMENTE LEGALES CON GENERADORES DE ENERGÍAS LIMPIAS.

Y ante esto, senadores morenistas de la calaña de Armando Guadiana y Napito Gómez Urrutia, se frotan las manos ante los negocios que se abren a sus garras con motivo del uso generalizado de fósiles como el carbón, cuyo cacique nacional es el sombrerudo bigotón coahuilense y en el caso del ciudadano canadiense, por su rol de agitador laboral a través del sindicato minero que le heredó su papá, y del Frankenstein que creó hace dos años, la CIT.

 

AMLO es un loser

Sergio Arturo Vela, asociado de DETONA, acaba de estar en Washington. Fue invitado por el Departamento de Estado para participar como observador en las reuniones preliminares que dieron como resultado, la aprobación por escasísimo margen de la iniciativa del Partido Demócrata por aumentar el techo de la deuda de Estados Unidos.

Los Republicanos votaron en bloque en contra, a la más pura usanza de lo que ocurre en México y en otros países. Fue inevitable que Sergio Arturo preguntara cuál fue el tono del reporte que entregó la delegación del gobierno de Joe Biden que visitó este martes México y que se entrevistaron con Ebrard y AMLO. “El presidente mexicano es un loser”, fue la respuesta.

 

Cajón de Sastre

“Y como colofón de estos temas, Napito se sigue haciendo güey y no ha respondido al reto que le lanzó Javier Lozano para debatir sobre lo que el senador canadiense morenista plurinominal llama “persecución de Estado”, que lo orilló a esconderse en el país de la hoja de maple durante 12 años, para no entregarle a los mineros y deudos de la mina Pasta de Conchos, los 54 millones de dólares que los dueños de Cananea entregaron como parte de la liquidación del personal”, remata la irreverente de mi Gaby.