Gonzalo Monroy, especialista en temas de energía

El Parlamento Abierto en el que se discute la reforma eléctrica dio inicio la tercera semana de enero. Por lo visto al momento de redactar esta nota, lo que se ha dado ha sido un intercambio desigual, muy cargado de aspectos ideológicos, pues en redes sociales fustigan a los denominados enviados de la “derecha”, en tanto que Morena mandó a buena parte de sus gobernadores a apoyar la iniciativa.

Pero de los datos, de los beneficios o perjuicios que tendría esta reforma de ser aprobada hay muy poco.

Siempre platicó con Gonzalo Monroy, especialista en temas de energía, para conocer su visión de lo que implica estas mesas de discusión y lo que se puede esperar como resultado de las mismas.

Gonzalo Monroy

¿Qué opinión le merece lo que se ha visto hasta el momento en el Parlamento Abierto con motivo de la Reforma Eléctrica?

Lo que vamos a ver, en general, es un circo y lo digo con toda responsabilidad. Porque hay un elemento fundamental que tienen Morena y sus aliados, que como tienen mayoría en la Junta de Coordinación Política establecieron dos cosas, uno, que lo que se discuta en el Parlamento Abierto no es vinculante, así que en esto los legisladores honran con su presencia el Parlamento Abierto, pero no están obligados a atender lo que está discutiendo ahí; el segundo tiene que ver precisamente con que eso es parte de una negociación que está ocurriendo, no tanto en la esfera pública en donde estamos viendo una parte de política e ideología, muy pocos datos y mucha ideología del lado oficial, mientras que en el otro lado está puesta lo que llamo la segunda trampa de Morena que tiene que ver con la agenda que se ha puesto en estas mesas de diálogo en el Parlamento Abierto.

Si nos damos cuenta y los vemos con detalle, esas mesas están diseñadas para que, prácticamente, quien se oponga a la reforma del presidente tenga que defender la reforma de 2013, la reforma de Enrique Peña Nieto, en realidad lo que está ocurriendo es que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no sale a explicar muchas de las preguntas que todo mundo hace respecto a su reforma, principalmente cuales van a ser los costos, la afectación de salud, cuales son los efectos con las relaciones comerciales, el gran problema que hemos visto en estos días y que se augura seguirá ocurriendo en el resto de las mesas, es que vamos a tener datos por el lado de los expertos que se oponen a este planteamiento del presidente y del otro lado descalificaciones, muchísima ideología, tal y como lo vimos cuando salieron los gobernadores y otros dirigentes de Morena.

Así que por desgracia, parece ser que este es el destino de esta parte.

En las mesas daba la impresión de que era una lucha entre energías limpias y energías fósiles, ¿este debate lo entiende la gente, tiene sentido entrar en este debate en estos términos?

Creo que ahí no está ocurriendo eso y hay un elemento fundamental, explicar en que consiste y las implicaciones de la reforma que está planteando el presidente, un elemento que se ha planteado es el de las energías renovables, que es un elemento, la parte del despacho, y justamente en la reforma de López Obrador es poner las plantas de carbón y demás contaminantes antes que las energías renovable, cuál es el gran problema, que mucho del esquema actual que tenemos es que esas plantas que son caras e ineficientes simplemente las vamos a poner a trabajar por la simple virtud de que son las plantas de CFE, más allá de eso no tienen ningún mérito, no importa si la tecnología fuera privada, no se despacharía porque no es de CFE.

Obviamente, eso es algo que CFE y el gobierno desde la presidencia de la república intencionalmente han olvidado o no han querido, y han aventado la discusión a otra cancha, son elementos claros de salud que la gente debería de tener.

Hay un segundo punto y aquí es donde entra un poco de mi pesimismo, y es que a la gente realmente no le importa quien le da la electricidad o de donde viene, esto juega a favor del presidente, pero también en contra; por un lado, a la gente no le importa salvar a CFE porque –lo voy a poner de una manera muy sencilla, no es que lo esté inventando– es la segunda empresa, después de Telmex, que tiene más quejas ante la Profeco, la gente no está contenta con el servicio que le está dando, pedirle que ahora salgan a darle un voto de confianza a la empresa que tiene el segundo lugar de quejas del país no suena muy congruente y, por otro lado, a la gente no le importa si viene de energías limpias o renovables porque a final de cuentas lo que la gente quiere ver son recibos más baratos, todo mundo quiere electricidad más barata y el gran problema es que esto lo podemos hacer en forma muy sencilla, el presidente –y ahí entramos en las muchas cosas que no se están hablando, principalmente uno de los punto de batalla del oficialismo– podría bajar las tarifas mañana mismo con un decreto de la Secretaría de Hacienda en coordinación con la Comisión Reguladora de Energía, no tienen que cambiar la Constitución para ello, sin embargo el problema es que bajarían las tarifas, pero con un costo más elevado de producción –lo que platicaba de las plantas termoeléctricas y de carbón–, lo que nos llevaría a mayores subsidios eléctricos y la gente no está familiarizada con este tipo de discusiones técnicas, por desgracia, y un elemento fundamental que ha estado ausente en esta discusión tiene que ver que tampoco CFE ha explicado cuales son los daños o las afectaciones a la salud de los mexicanos por este tipo de reformas.

Mientras no se pongan todos los elementos sobre la mesa, difícilmente vamos a tener una ciudadanía mucho más educada, mucho más consciente de las implicaciones que está teniendo todo esto.

Da la impresión que esto es una batalla entre el oficialismo, de un lado, pero del otro tenemos a una serie de expertos, pero parece que no hay una oposición organizada que pueda dar una batalla más exitosa, ¿comparte esta impresión?

De nuevo, estamos viendo mucho circo, vamos a tener mucho ruido, mucha estridencia, pero hay un punto fundamental, el presidente no tiene los números, puede decir misa pero sigue sin tener los números y como no es vinculante, poco importa lo que aparezca en el Parlamento Abierto. Esta no es una discusión de la opinión pública, literalmente al ser un tema de naturaleza estrictamente técnica, justamente poco o nada tiene que ver la opinión pública, ayuda, da legitimidad a la toma de decisiones, pero no va a afectar sustancialmente lo que se está discutiendo o los términos de lo que se está debatiendo, obviamente los políticos –y hay un elemento importante de lo que ellos quisieran ver y lo que pueden traer a la mesa– no traen tanto, vemos justamente que los partidos, y es el caso del PAN, dijo tajantemente que es una reforma que no podían aprobar y gran parte de la opinión pública se quedo justamente con una mala opinión de dicho partido pensando que se estaba negando a un diálogo, cuando en realidad es una cosas que en los propios términos del debate indica que es juego arreglado.

 

¿Qué podemos esperar del Parlamento Abierto, realmente puede ser un elemento que haga que algún legislador de Morena diga, tienen razón, vamos a modificarla?

Ese es el elemento fundamental, lo dijo muy bien en el postdebate Rubén Moreira del PRI, en esta versión que tiene el gobierno esto no se puede aprobar, esto es importante porque el presidente no tiene los números, si Morena sigue casado a la idea del presidente, esta reforma está muerta, no va a ser aprobada, no puede inventar números aunque que la intención la tienen, pero no les alcanza, así que el presidente tiene que ceder, debería justamente convencer y por lo que hemos visto no lo están haciendo, están gritando muy fuerte, apelando a la ideología, al nacionalismo, a los sentimientos de la nación, pero por desgracia eso no va a resolver un problema técnico, porque en muchas canchas ya la tiene perdida el presidente, incluso en la más importante que es el terreno judicial.

 

¿Qué se puede esperar en el próximo periodo ordinarios de sesiones, sobre todo por cómo se ve la negociación?

Justamente después de la discusión el Canal del Congreso hizo un Space en Twitter con el coordinador Moreira, quien decía que como estaba no se iba a aprobar, quizá hasta después de las elecciones a gobernador y ahí vamos a ver la negociación política entre los diferentes partidos o bien si el presidente lo utiliza como una llamarada de petate, es decir, si no da algo a cambio de sus votos esta reforma simplemente no verá la luz del día.