Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI:

Muchos ciudadanos sabemos que esta usted hoy en la mira de la venganza política del presidente de la república.

Sabemos que  hoy paga las consecuencias de haber llevado a su partido a votar en contra de la reforma eléctrica de López Obrador. Una peligrosa iniciativa que amenazaba con poner al país en la antesala del totalitarismo económico.

Tenemos claro que el presidente es un experto en desfondar partidos. Que así como secuestró y vació al PRD hoy quiere desmantelar al PRI. Hemos sido testigos de cómo compra, chantajea y persigue  priistas, de cómo   los obliga a entregar la plaza a cambio de no iniciarles una investigación.

Estamos conscientes de que –el inquilino de Palacio– lleva ocho días golpeando a los partidos de la Alianza Va Por México por haber presentado la moratoria constitucional que tiene como objetivo impedir la destrucción del INE y la militarización de la seguridad en el país.

Tenemos información sobre los vínculos que tiene Morena con el crimen organizado para ganar elecciones y la táctica mercenaria que aplica para comprar el voto de los más pobres.

Entendemos la presión brutal que ejerce el autócrata sobre quienes estamos en contra de un  régimen que constituye una seria amenaza para el  Estado de derecho y a las libertades.

También tenemos conocimiento del uso ilegal y político que hace la gobernadora de Campeche de los audios donde se le escucha a usted, como gobernador del estado, tomar decisiones que han llevado a la Fiscalía local a acusarlo de lavado de dinero, defraudación fiscal y enriquecimiento ilícito.

Una investigación que –dicho por la ex presidenta del PRI, Dulce María Sauri– puede derivar en un juicio de procedencia para quitarle el fuero como diputado.

Coerción, amenazas, pero al fin denuncias que obligaron a 11 ex presidentes del PRI y a un senador a tener un encuentro con usted para pedirle –entre otras cosas– que renunciara a la presidencia de su partido.

Su respuesta –la de siempre– fue: “No me voy”… “Me quedo hasta agosto del 2023”.

Una respuesta que –debo decirle– dejó un amargo sabor de boca al país. Una respuesta equivocada, en un momento equivocado. Lamentable para una sociedad que lucha como nunca por defender la democracia. Y es que, bastante tenemos con un autócrata que sueña con perpetuarse en el poder. Para decirlo de otra manera: no son tiempos de “amarrarse a la silla”.

Cierto o falso, venganza o no, está usted obligado a separarse del cargo para defenderse. Esta en su derecho de poder demostrar su inocencia, y su partido está obligado a impedir que no sea víctima de un gobierno arbitrario y abusivo.

Pero antes que nada o que nadie, antes que la preservación de un cargo, es imprescindible proteger la integridad de la República.

Vamos a ponerlo así: No es el futuro político de una persona lo que hoy importa. Lo que está en juego es el destino de una nación, la sobrevivencia de sus instituciones, de sus leyes  y hoy el PRI forma parte de una alianza estratégica que nació para impedir la consolidación de una dictadura.

La coalición Va por México es una conquista inédita de los partidos de oposición.  No es como algunos aseguran una mera suma de siglas. Ha servido como equilibrio de poderes y se ha erigido como bastión para impedir lo que estaba en la mira del régimen: derogar la Constitución e imponer otra que permitiera satisfacer  las ambiciones reeleccionistas del Presidente de la República.

El país necesita que la alianza Va Por México tenga los “pies ligeros” para preservarse y caminar sin lastres. No puede darse el lujo de tener liderazgos vulnerables. Necesita de partidos fuertes y  lideres creíbles para ganar elecciones. No caiga en la tentación de imitar a ese populista autoritario que cree ser dueño de la nación.

Viene –como usted sabe– una disputa salvaje por el poder. Salvaje porque López Obrador está decidido a todo con tal de impedir que Morena pierda la presidencia en el 24. Incluso a no reconocer los resultados electorales.

Podemos  perder al país si no hay una oposición fuerte para impedirlo. Por eso, el llamado es a contar con estadistas. No con políticos de coyuntura. Dicen, los que saben, que en política el epílogo es lo más importante. Hay que saber salir a tiempo y con dignidad, de ser posible.

@PagesBeatriz

 

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