Entrevista con Gustavo López Montiel, investigador del Tec de Monterrey

Luego de los resultados de la elección del pasado 5 de junio donde el PRI perdió las gubernaturas de Hidalgo y Oaxaca —considerados bastiones de ese partido— bajo la presidencia de Alejandro Moreno, que en tres años perdió 10 gubernaturas, se incrementan las protestas, la demanda de explicaciones sobre los resultados y que “Alito” deje la dirigencia, antes de que termine de extinguir al PRI.

El PRI, un  partido que en opinión del doctor en ciencia política, Gustavo López Montiel, a pesar de los últimos resultados no puede considerarse acabado, aunque si resulta fundamental el cambio de dirigencia, que le de una especial atención a los comicios en el Estado de México — la joya de la corona— y Coahuila.

¿Qué futuro tiene el PRI luego de ser el gran perdedor en estos comicios?

Es incierto, pero al PRI le ha ocurrido lo que a otros partidos que son dominantes en el mundo. Lo vemos  —con la proporción guardada porque son sistemas parlamentarios—, con los viejos partidos Liberal japonés o Demócrata Cristiano en Italia. Fueron partidos que dominaron durante 50 años a sus sistemas electorales y entraron en un sistema de descomposición que los llevó a la conformación de otros partidos. Se dividieron y formaron otros partidos, se reagruparon y han vuelto a dividirse.

La experiencia si la traemos al caso de México es lo que vemos en el PRI, que ya se había dividido. Las decisiones más importantes que dieron origen a la mayor parte de los partidos en el país, han sido del PRI.  Ha habido divisiones importantes como la que dieron lugar al PARM en su momento o al PPS y posteriormente el Frente Democrático Nacional. Más actual el mismo Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza. 

El PRI siempre ha estado en un proceso de escisión, que si bien lo han hecho más pequeño, no lo han desaparecido; en algunos estados ha perdido presencia, pero tiene que ver más con la conformación de las alianzas que se han dado en los grupos políticos donde buena parte de estos priistas se han movido hacia Morena, lo cual no quiere decir que permanezcan en ese partido en el mediano o largo plazo. Se movieron a Morena porque encontraron en ese partido un espacio de mayor interacción, obtención de recursos y triunfos electorales que no encontraban en el PRI. 

Veamos la geografía electoral, la elección presidencial de 2018 o la elección de diputados de 2021 o en estas mismos comicios en los estados en donde se dieron o las del año pasado donde se eligieron más ayuntamientos. Hay grandes tendencias que se dan en el contexto de las elecciones por ejemplo del gobernador y no vemos esas mismas tendencias en las elecciones de ayuntamientos, donde ocurren cosas distintas.

Un ejemplo, el año pasado que se eligieron más de ayuntamientos se vio  el dominio de Morena, pero en el caso de los ayuntamientos del PRI, permanecieron muchos de ellos y eso se explica en función de ciertos grupos que apoyan a una tendencia, a una candidata, un candidato o un partido pero mantienen un pie en otra opción política, o cruzan puentes en la misma elección porque sus grupos políticos están presentes en candidaturas similares o en candidaturas dentro del mismo estado pero en distintas elecciones.

Las candidatas y los candidatos en Morena en ésta y en la pasada elección casi todos ellos provenían del PRI. Observamos una reducción importante del electorado y éste se fue a Morena, pero eso no implica la muerte del PRI en este momento. Ese partido tiene todavía participación local en muchos espacios de acción, mantiene algunos gobiernos y en buen a medida es posible que los siga manteniendo en el año entrante en los estados en los que van a competir.

Resultaría muy complicado que estos grupos políticos decidieran perder dos entidades que tendrán comicios a gobernador el próximo año, tal vez Coahuila pero si pierden en el Estado de México, ahí si podríamos plantear una recomposición del sistema de partidos pero insisto que en los estados y en muchos espacios, el PRI sigue teniendo una presencia importante.

No es el partido que fue en algún momento, tampoco es una organización política  que tenga una capacidad electoral infalible en los estados pero sí tiene un potencial legislativo que está presente e incluso se disputa entre ellos. Hay todavía muchos espacios y no dudaría que muchos de los grupos que se fueron a Morena comiencen a desplazarse y salgan de esa opción una vez que AMLO deje de ser el líder formal, porque va a dejar de ser presidente y no va a tener todos los recursos que hoy tiene para mantener alianzas leales a él.

Sin embargo , la falta de financiamientos locales le va a pegar, como es el caso de Quintana Roo donde incluso se habló de la pérdida del registro…

El PRI no perdió su registro porque es un partido nacional, pierde las prerrogativas porque se computan respecto a la elección de diputados, hay que ver que sucede porque está en 2.9%, veremos que sucede porque seguramente lo van a llevar al Tribunal. Hay que esperar a ver qué pasa. 

El PRI logró el 4.9%de la votación en la elección de diputados y aunque obtuvo el 2.9 en la elección para gobernador, la legislación estatal establece que se tomará en cuenta el porcentaje de sufragios en la renovación del Congreso local. La votación alcanza para que mantenga la acreditación local y reciban financiamiento.

¿Papel que han jugado los gobernadores del PRI que le han tendido el tapete a Morena?

Aquellos gobernadores que no se han plegado a Morena han mantenido estados competitivos como pasó con Tamaulipas pero en estados donde los gobernadores se plegaron, pasó en Sonora y en Sinaloa el año pasado, donde los mandatarios estatales no hicieron nada y varios operaron a favor de Morena porque algunos de sus grupos ya se habían pasado a Morena y sus candidatos eran de Morena, así que transitaron del PRI a Morena de uno a tres años a lo mucho.

Es el caso de Hidalgo, donde el candidato de Morena Julio Menchaca, salió de las filas del PRI hacía poco tiempo, lo mismo pasa con la clase política de diversos estados que aspiran a subir la capacidad electoral que tiene Morena por eso se mueven, pero no quiere decir que se van a quedar ahí.

Si Morena comienza a dejar de ser una opción, se van a mover o incluso muchos no se han movido, siguen teniendo control de algunos espacios del PRI, PRD o el PAN incluso y generan candidaturas a través de sus partidos.

¿Se debe ir Alejandro Moreno de la presidencia del PRI?, ¿que riesgo corre el partido si continua al frente el campechano?…

Hay un riesgo importante para los mismos priistas en muchos sentidos. El hecho que se haya ido mucha gente del PRI a Morena tiene que ver con ese liderazgo, lo mismo pasó con el PAN, hace dos años o tres, la imposición del liderazgo de Marko Cortés en ese entonces. Fue una imposición de Ricardo Anaya, que provocó que algunos panistas se fueran a Movimiento Ciudadano e incluso a Morena.

Uno de los factores de debilidad del PRI fue el liderazgo de Alejandro Moreno, que no tendría las capacidades de poder negociar una posición importante para ese partido en el contexto de las alianzas para la elección presidencial. Si el PRI quiere tener un desempeño regular en la elección presidencial tendrían que cambiar el liderazgo.      

La elección en el Estado de México, donde se mueven muchas posiciones en lo político, lo económico. ¿Cómo ve el panorama para el PRI?

El estado de México es un tema relevante, es un espacio complejo. De hecho en la elección pasada de gobernador, mucha gente, donde me incluyo, teníamos duda de si realmente Morena quería ganar el estado o no. Creo que no, hubo la decisión de dejarlo perder y no lo pelearon como normalmente lo hacen en un conflicto post electoral. 

Y es que el procesamiento de quien será candidata o candidato, implica posibilidades de fractura en Morena. Hoy a pesar de que se trata del mismo grupo, está el senador Higinio Martínez, Horacio Duarte y Delfina Gómez. Higinio considera que sí debe ser el candidato pero el presidente impulsa a Delfina. Horacio Duarte no creo que tenga los méritos para serlo. El senador si está impulsando su candidatura, no para vender ese espacio y no lo cedería ahora por ser líder del grupo, ya que en los últimos dos periodos él se ha replegado.

Si el presidente cede y es Higinio, Horacio Duarte se alinearía y Delfina se tardaría un poco más pero eso podría implicar debilidad. En cambio, si el presidente obliga a la candidatura de Delfina, considero habría una escisión profunda en ese grupo.

Por otro lado, está lo sucedido en la elección de 2021, donde se vio la capacidad electoral de la alianza no únicamente del PRI o el PAN sino de la alianza en su conjunto, que recuperaron parte del corredor del estado de México. El PRI recuperó una parte importante del Valle de Toluca y los morenistas que habían ganado la elección de 2018, casi todos ellos, con la salvedad del oriente habían sido o ex priistas o ex panistas, la parte de Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapán, Metepec, todos ellos, que fueron gobernantes de Morena habían sido ex panistas o ex priistas.

El que le hayan quitado la mayoría absoluta a Morena en el Congreso, incide en las capacidades del Movimiento, que es lo que ha empezado a pasar. Muchos grupos que están en el contexto de Morena ven las capacidades electorales del PRI o del PAN, dependiendo de donde estén y se están moviendo en esos contextos. 

El Estado de México es una entidad donde si el gobernador no cede y creo que no va a ceder,  por la presión que van a ejercer los grupos de priistas del estado, incluyendo el mismo Peña Nieto. Perder esa entidad es como perder la joya de la corona, significa perder las capacidades electorales que se pueden generar en el futuro, es perder un espacio de negociación. Ahí sí, el PRI estaría prácticamente perdido. Hay muchos intereses empresariales, extranjeros, políticos de todo tipo y si bien el gobernador mantiene una buena relación con el presidente pero en la elección de 2021, demostró que no está pegado de lo contrario hubiera ganado Morena y es lo que permite al gobernador tener esa relación con el presidente. sino éste ya lo hubiera tratado de la misma manera en que trata a otros gobernadores. 

Resultaría muy complicado que pierdan. Habrá que ver qué pasa, quiénes van a ser los candidatos. Quien se perfila para ser candidato es el secretario de gobierno Ernesto Nemer, que ha operado para los últimos gobiernos, pero también está la posibilidad de que sea una mujer y con el tema de la paridad de las candidaturas tendrían que decidir si va un hombre o una mujer en la gubernatura de Coahuila.