¿Habrá entendido López Obrador a qué vinieron Biden y Trudeau a México?

Todo indica que no. Más que un traductor, el presidente necesitaba un intérprete de la realidad. Alguien que le dijera: “Los mandatarios de Estados Unidos y Canadá vienen a proponerle a México construir el bloque económico trilateral más poderoso del mundo”.

Se lo dijo un Biden suave pero directo: “El objetivo es mantener a América del Norte como la región económica más próspera y fuerte del mundo” Y se lo recalcó un Trudeau franco y más aguerrido: El PIB de Estados Unidos, Canadá y México es superior al de la Unión Europea. No perdamos esa oportunidad.

Mientras el norteamericano y el estadounidense tenían puesta la mirada en el futuro, el mexicano tenía la cabeza sumergida en el pasado. Mientras Biden y Trudeau trataban de hacerle entender a López que hay una extraordinaria oportunidad para que México se convierta en una potencia económica, el tabasqueño estaba más preocupado por presumir su siembra de árboles.

No, el mandatario mexicano no entendió los alcances de la X Cumbre de Lideres de América del Norte. Siguió hablando de una soberanía chabacana, de conservadores y liberales, de hegemonías trasnochadas. O tal vez, le hizo al Tío Lolo” para que sus cómplices, los tiranos de Centro y Sudamérica e incluso los rusos, no lo acusaran de entregarse en los brazos del imperialismo.

Mientras los socios comerciales más importantes del país proponían fortalecer la cooperación con México para crear empleos mejor remunerados, él salía en defensa de Brasil, de Honduras y El Salvador. Pretendió asumir ante Estados Unidos el papel de líder de América Latina sin que nadie se lo pidiera o reconozca y sin que tenga los méritos o la estatura para serlo. Biden le puso un alto cuando le dijo elegantemente que estaba desinformado.

No. López Obrador no entendió el mensaje de Trudeau sobre la necesidad de apoyar a las clases medias. En su retorcida mente López debe haberse preguntado: “¿Invertir para que haya más “aspiracionistas” cuando lo que necesito son más pobres para que sigan votando por Morena?

Tampoco le interesó el tema del cambio climático. Ante su indiferencia, Biden le pidió al embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, exigirle públicamente a López Obrador que abandone el carbón, “olvídese del pasado y abrace las energías del futuro”.

Biden y Trudeau tienen muy estudiado al tirano populista que gobierna México. Tratan de no provocar las pulsiones primitivas de quien ansía tener pretextos para llevar a México a la órbita de Cuba y Venezuela. El canadiense, sin embargo, le lanzó una indirecta: “El mundo actual enfrenta un alto grado de incertidumbre con el surgimiento de líderes autoritarios…” Sólo faltó decirle: como usted.

Biden y Trudeau saben perfectamente que López Obrador quiere ser un Hugo Chávez, un Maduro o a un Daniel Ortega. Saben que al déspota le interesa un comino la cooperación internacional, que no quiere jueces ni leyes que le impidan gobernar a México como si fuera su rancho, conocen sus vínculos con el crimen organizado, el intento de apropiarse del Poder Judicial a través de  una ministra plagiaria, están al tanto de que busca desparecer al INE para controlar las elecciones, están conscientes del peligro de tener como vecino a un dictador en ciernes  y por eso llegaron a proponerle formar parte del lado correcto de la historia.

¿Le interesó la propuesta a López Obrador? Evidentemente no. Terminó dando un portazo a sus socios. Al final ya no los dejó hablar. México fue sede de una Cumbre de primera con un presidente de quinta.

@PagesBeatriz

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