Doña Hillary Clinton visitó México por tercera ocasión desde que es secretaria de Estado en el gabinete del  Presidente norteamericano Bárak Obama.

Pero la todavía guapa señora nos había honrado previamente con su presencia. Alguna vez se dijo que disfrutó junto con Bill su luna de miel en Acapulco y ella se prometió regresar después a conocer el puerto. El no, por aquello de que el que conoce a una recamarera acapulqueña ya conoce a todas.

Como Primera Dama acompañó al entonces Presidente en sendas visitas a Zacatecas y a Mérida. En la capital yucateca, aparte de poner en marcha la famosa iniciativa que de Mérida ha quedado en Cuautitlán, a ella le cantaron “Peregrina, de ojos claros y divinos” y a su marido le dedicaron otra joya de la trova peninsular: “Boca loca”. Vaya usted a saber por qué.

Esta vez la señora Clinton se reunió con nuestra canciller, doña Patricia Espinosa, en Guanajuato. Como es su costumbre, doña Hillary de negro y la funcionaria mexicana de gris (De vestuarios hablamos, conste)

No fue a conocer el Callejón del Beso, quizá por temor de encontrarse a su marido con otra. Ni el Museo de las Momias, esta vez por temor de la parte mexicana a que las confundiera con víctimas del narcotráfico.

Platicaron en la Alhóndiga- Hillary pensaría que era la Hamburguesa- de Granaditas-. Ahí acordaron varios puntos de colaboración. Desarticulación de los grupos delictivos, de los grupos mexicanos, pues cuándo ha escuchado usted que caiga un narco gringo. Combate al tráfico de armas, de allá para acá; reducción del consumo de drogas, acá no allá. Combate al lavado de dinero acá , pero no al planchado allá.

  • Tras la plática e Guanajuato, doña Hillary viajó a México para entrevistarse con el Presidente Calderón.
  • Y como el mismo día tuvieron difusión en Wikileaks nuevos cables de su embajada, sobre cuestiones de México, quizá aprovechó.
  • La señora Clinton para aclararle a don Felipe que ella nunca tuvo la menor sospecha de que sufre estrés.

Que hubo una confusión, pues lo que le informaron fue que Calderón padece Esther y muy Gordillo.