Moisés Castillo

Nadie imaginó que el asunto de Florence Cassez terminaría con efectos colaterales. Nadie pensó que la decisión del Séptimo Tribunal Colegiado Penal del Distrito Federal, de negar el amparo a la ciudadana francesa en contra de la sentencia de 60 años de prisión por el delito de secuestro, provocaría una crisis bilateral entre México y Francia.

Para su abogado defensor, Agustín Acosta, la resolución tomada por el Tribunal Colegiado exhibe las graves carencias del sistema judicial y lamenta que los magistrados consideraran “infundados” los 17 argumentos presentados.

“En el caso Cassez —dice— perdemos todos: pierde Florence, pierden las garantías individuales en México, pierde la lucha contra el secuestro, pierden las organizaciones que buscan mejorar la calidad de investigación policial en nuestro país y pierden las relaciones diplomáticas de dos países que tienen una historia y cultura extraordinarias”.

Excesivo formalismo

¿Cuál es su postura ante esta resolución judicial?

No conozco a fondo la sentencia porque tardan un tiempo en redactarla. Conozco los argumentos que se presentaron en un comunicado del Consejo de la Judicatura Federal. Lo primero que tengo que decir es que responden cinco puntos y nuestro amparo tenía 17 conceptos de violaciones legales. Por ejemplo, no contestan el tema de las incongruencias de los testigos. Respeto la decisión del tribunal, creo en el amparo en México, pero no comparto su resolución. La defensa de Cassez no reposa exclusivamente en el tema del montaje como lo difunden los medios, sería una defensa trunca.

¿Qué argumento clave presentó usted en el recurso de amparo?

La mayor fortaleza que tenemos para defender a Florence son las grandes contradicciones en que incurrieron los testigos y eso fue una parte muy importante. Dos testigos originalmente ni siquiera la reconocen, ni la pueden ubicar por la voz y ni siquiera la han visto. Mi impresión es que la sentencia contiene un excesivo formalismo y no se quiso entrar a fondo del debate jurídico al que estábamos convocando. La defensa no se basa exclusivamente en el montaje mediático. Lo que estamos diciendo es que el montaje debe ser estudiado como una prueba que evidencia la mala fe en el actuar de la policía y del ministerio público. Esto es fundamental y eso no lo están contestando.

¿Cuál es el camino jurídico que tomará la defensa?

Lo que nos queda es revisar las opciones para impugnar la sentencia, que son en términos de derecho mexicano limitadas. Buscaremos elevar el debate en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Espero que se pueda estudiar en Washington con más distancia y con más argumentos de razón, porque estamos en el tono emocional que es el terrible fantasma del secuestro que pesa sobre la sociedad mexicana. Es inocultable que se ejerció una presión social que pidió al tribunal condenar a Florence Cassez. Quizá también podríamos interponer un recurso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Luego de casi tres años de ser el abogado defensor, ¿cuál es su sensación tras la negativa del amparo?

Estoy frustrado y preocupado por como se ha demonizado y se ha utilizado a Florence como un emblema de la lucha contra el secuestro en México, cuando me parece que es un emblema equivocado, porque es un asunto lleno de vicios y dudas. Florence ha puesto su expediente en manos de instituciones de derechos humanos que la han apoyado, del ex procurador general de la República Ignacio Morales Lechuga, y no hemos encontrado una respuesta racional en los tribunales. Esto me genera frustración y preocupación por ella, pero también me genera preocupación porque a cualquiera le puede pasar que lo involucren en un montaje mediático y que entonces ahí se genere una percepción generalizada de que una persona es culpable. Es muy difícil superar el peso de la opinión pública.

Testigos cambian su versión

¿Por qué asegura que Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí malgastan su prestigio?

Han sido los primeros en exigir que la policía actúe con eficacia y con profesionalismo y este es un caso donde la policía no actuó con eficacia ni con certeza ni con legalidad. No tienen una mirada crítica sobre el tema del montaje, que explica muchas cosas de la manipulación de pruebas. Han dicho que es una cosa moralmente reprensible, pero un acto que debe tener consecuencias legales.

¿A qué se refiere cuando habla de un montaje jurídico?

En una manipulación de pruebas, porque cómo se explica uno que justo después de que se conozca el montaje los testigos empiezan a cambiar de versión y eso es un dato ineludible e inocultable en el expediente. Simplemente hay que realizar una cronología de los hechos. Hay manipulación de pruebas y la toma de pruebas ilícitas.

¿Tiene usted  el respaldo de Florence para que la siga defendiendo?

No he recibido ninguna indicación en el sentido de que quisiera cambiar de abogado.

¿Ha tenido algún contacto con autoridades francesas para estudiar la ruta legal a tomar?

No he tenido oportunidad de reunirme con ellas. Lamentablemente este asunto ha generado un problema diplomático y no he podido platicar con ellas.

Nos vamos a la CIDH

La crisis diplomática México-Francia, ¿es un obstáculo real para seguir con la defensa de Florence en instancias internacionales?

El caso se ha politizado y le da un matiz distinto al tema. A mí lo que me queda es preparar un recurso y llevarlo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El que exista un conflicto diplomático ni impide mi labor y no me afecta.

¿Ya habló con Florence? ¿Cómo se encuentra?

Está decepcionada y devastada porque su escenario real es permanecer en la cárcel en México cumpliendo una condena de 60 años.

Por oro lado, tiene una sensación ambigua porque ve el apoyo de su país que cree en su inocencia, en el apoyo del gobierno francés y cada vez más tiene la certeza de que en México no hay justicia. Florence espera que la escuchen con mayor serenidad.