Gustavo Madero, Jesús Ortega

Nora Rodríguez Aceves

A la memoria de mi padre, Mauricio Rodríguez, siempre amado.

No irán en coalición PAN y PRD. Aun cuando existen acercamientos entre los dirigentes del PAN, Gustavo Madero, y del PRD, Jesús Ortega, para construir una alianza entre ambos partidos para competir en el proceso electoral del 3 de julio en el Estado de México. Lo cierto es que no hay todavía nada claro. No existe aún la pieza más importante: un candidato que sea reconocido y aceptado por ambos partidos; tampoco tienen una propuesta, una plataforma, un programa de gobierno necesarios para registrar una coalición; las posiciones y conflictos interpartidistas oponentes a la alianza en el PAN, pero sobre todo, en el PRD con el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, que realiza una gira por los municipios del Estado de México en el marco de una campaña contra la alianza con el PAN que la dirigencia estatal y nacional perredista pretende imponer al partido; alejan cada vez más la posibilidad de que panistas y perredistas enfrenten juntos al PRI en la jornada electoral mexiquense.

Dificultades en el Sol Azteca

Frente a este escenario político electoral que hasta el momento se deja ver muy claramente en la entidad, Manuel Quijano Torres, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en entrevista con Siempre! afirma: el PAN y el PRD “no irán en algún tipo de coalición por los problemas que está enfrentando el PRD internos que son: su asamblea de marzo, donde se renovará su dirigencia nacional; su bifurcación entre el grupo de López Obrador y un grupo significativo de seguidores que no quieren ni la alianza ni las coaliciones; y, por otro lado, el presidente del CEN del PRD, Jesús Ortega, que sí está dispuesto a ir en alianza y coalición, lo cual para el PRD implica también una reorganización y renegociación con sus aliados provisionales que son el Partido del Trabajo y Convergencia. Convergencia no ha fijado todavía una posición abierta o franca contra la coalición o a favor de la misma, en tanto que el PT en el Estado de México se ha pronunciado por seguir la línea de Andrés Manuel”.

También está el problema de quién podría ser el candidato que abandere dicha coalición. Hasta este momento el aspirante del PRD mejor posicionado para la gubernatura del Estado de México es Alejandro Encinas, personaje muy cercano a López Obrador, motivo principal para que los panistas digan no a la alianza, y Luis Felipe Bravo Mena, por parte del PAN, y a quien los perredistas rechazan. Entonces, no hay candidato todavía reconocido ni aceptado que sume consensos para llevarlo como abanderado de una coalición PAN-PRD.

En lo que corresponde al PRD “muy probablemente Encinas sería el candidato, pero no sólo sería el candidato sino que él tendría que rechazar por la corriente que representan dentro del PRD la coalición; es decir, si se van a la interna y gana Encinas, ya por definición éste no se irá en coalición con ningún panista”.

Aunque también hay que tomar en cuenta que los panistas no lo quieren “y no lo quieren por muchos motivos. Es decir, no sólo apoyó el plantón de Reforma, no sólo apoyo desde el gobierno del Distrito Federal la candidatura de Andrés Manuel, sino porque la amistad de Encinas y de Andrés Manuel es más sólida que la que tiene Encinas con Camacho y con Ebrard. Alejandro les invita a mostrar —y lo ha logrado en buena medida, eso lo tiene ganado— una mayor congruencia ideológica. El perteneció a las juventudes comunistas, después al Partido Comunista, después al Partido Socialista Unificado de México, tiene una línea de izquierda tradicional, por eso no lo quieren los panistas y eso es histórico. El gran opositor es su currículum, porque el PAN nace como una medida para oponerse al anarquismo cardenista y a las decisiones que acusaban de socialista y comunista a Lázaro Cárdenas, por esos los colores de Acciona Nacional son los colores marianos, azul y blanco. Entonces, ahí sí hay congruencia en Acción Nacional, claro que puede y habrá panistas que reconozcan y se entiendan bien en términos de negociación política con Encinas; pero en sí Encinas ha sido tradicionalmente lo contrario a la ideología panista; y aunque en la política mexicana no existe lo inconcebible sí sería incongruente”.

Además de que, agrega el analista político, “Acción Nacional, por su cuadrángulo de panistas ortodoxos y tradicionales entre los que está Luis Felipe Bravo Mena, que a su vez tienen algunas diferencias marcadas con neopanistas, con yunquistas, y con los jóvenes panistas que son quienes integran el cuadrángulo, no han dado tampoco visos de estar muy convencidos de irse a una alianza con Encinas; pero tampoco han dado una muestra fehaciente de verdadera voluntad política de apoyar al candidato que más ha sonado”.

Rencillas

A esto hay que agregarle que “hay una rencilla, porque ya fueron contrincantes políticos Encinas y Bravo Mena. Ya fueron contendientes, y que uno ceda ahora en nombre del otro es difícil. Por eso dudo que la intención de Camacho de llegar en una coalición PRD, Convergencia, Partido del Trabajo, PAN sólo por sacar al PRI se vaya a dar; porque a su vez los órdenes estatales y municipales tanto del PRD como del PAN son comités directivos estatales y seccionales fuertes, autónomos y no se sienten en el ánimo por la historia de lo que fue el corredor azul y la historia de lo que fue el corredor amarillo; es decir, estamos hablando de municipios y estamos hablando de neopanistas industriales y comerciantes, que se vayan a una alianza”.

Por lo tanto, dice Quijano Torres, “la visión de la federación en una necesaria alianza para vencer al PRI está chocando no sólo intrapartidos-federación, sino está chocando intrapartidos en los estados y municipios. No estoy muy convencido a la vez de que se pueda hacer una alianza, porque queda claro que ahora en el Estado de México tendrá que ser una coalición y eso implicará una plataforma ideológica, un ideario y un programa y hacer una plataforma ideológica, un ideario y un programa en una sociedad de 22 millones de habitantes, donde el PAN y el PRD tienen abiertas confrontaciones, por ejemplo, con la libertad de la mujer o respecto al matrimonio entre homosexuales o respecto a la eutanasia, harían algún tipo de programa bastante epidérmico, por decirlo de alguna manera. Entonces, no encuentro todavía un candidato que pudiera sumar esfuerzos. Si ese candidato existe debe ser un hombre mayor de 60 años, ex priísta, que pudiera hacer algún tipo de alianza con las fuerzas vivas mexiquenses y municipales que lograran un significativo número de votos”.

Sin embargo, ante esta posibilidades de que en el Estado de México se aplique nuevamente la fórmula que ha dado triunfos a las alianzas PAN-PRD, de llevar como candidato a un ex priísta, Quijano advierte que “ya no pueden hacer alianza por la llamada ley Peña Nieto, las reformas al código electoral del Estado de México que prohíbe ir en alianza, tendrían que irse en coalición. Entonces, no sería la apilación de recursos, sino la restructuración ante el Instituto Estatal Electoral donde tendrían que registrar su plataforma ideológica, su programa. Están contra reloj, es decir, no pueden hacer una alianza. Simplemente tienen que hacer una coalición, y una coalición es lo contrario a una alianza. Esta apila recursos, suma linealmente. La coalición obliga a una reestructuración de recursos en tiempo aire para televisión para radio y para los recursos de la campaña, porque si se apilan se rompe el principio de equidad. Una alianza sería la suma de dos partidos con todo y los recursos contra un partido y eso no va con el espíritu de los códigos de los procesos electorales ni del federal ni de los estatales”.

“De hecho, los primeros en oponerse a las alianzas fueron los panistas en Guanajuato y propusieron las coaliciones. Por eso hoy por hoy suena incongruente, se ve incongruente que digan: para Guanajuato sí, para el Estado de México no. Yo creo que si queremos seguir transitando a una democracia, ese principio de equidad es el que debe prevalecer y no la coyuntura política de conveniencia partidista”.

Mientras esto sucede con el PAN y el PRD, “el PRI tiene muy claro que ellos están marcando la pauta; y, por lo tanto, ellos tienen, como diríamos en el dominó, ellos llevan la mano. El PRI no está tan preocupado por dar a conocer a su candidato, la primera semana de marzo como se ha dicho, porque lo que ellos han estado afinando no es a un candidato, sino la maquinaria estatal que es la que tienen todos los gobernadores para definir a su sucesor. Lo vimos en Puebla y en Oaxaca: tanto el gobernador Mario Marín como el gobernador Ulises Ruiz prepararon sus maquinarias aunque no sirvió de nada; pero las maquinarias de los gobernadores y Guerrero es una prueba clara de que Zeferino Torreblanca sí apoyó abiertamente a Angel Aguirre o que otros gobernadores como en Nuevo León apoyan abiertamente a candidatos de su partido. Aquí en el Estado de México sucede lo mismo, porque está proyectando la elección del 3 de julio de 2011 al primer domingo de julio del 2012. Es decir, el PRI sabe que va a liberar la madre de todas las batallas. Por eso está perfeccionando y está aceitando su maquinaria para que independientemente de quién sea el candidato, ese candidato gane”.

Espejo para el 2012

De acuerdo al análisis del profesor-investigador de la UNAM, efectivamente la elección en Estado de México es un espejo para el 2012, de ahí que exista una fractura entre Ebrard y Andrés Manuel, un doble discurso entre ambos, pero sobre una diferencia de posiciones muy notoria. Uno a favor de las alianzas y otro rotundamente en contra. “Este doble discurso es también una cortina de humo. Ellos quieren tratar de mantener una relación por lo menos no friccionada, en la medida de lo posible cordial, porque no sólo tienen diferencias políticas, sino porque me queda claro que Ebrard que está en términos de la empatía y simpatía de los perredistas, seis puntos porcentuales por debajo de la simpatía de los perredistas por Andrés Manuel. Entonces, si ahorita esa fractura empieza a ensancharse o empieza a marcarse, el ganador indiscutible seguramente sería Andrés Manuel y lo que necesita Marcelo es tiempo”.

“Además del doble discurso queda clara la necesidad de Marcelo de evitar una fractura en estos tiempos, esperar a lo que suceda en marzo, con la nueva dirigencia, y a partir de ahí tendrá que definir también una nueva estrategia. Creo que no irán en alianza y que habrá un triunfo de la posición política de Andrés Manuel. Eso le va a fortalecer y Marcelo se verá obligado a cambiar en su doble discurso y de estrategia para ser el candidato del PRD”.

Andrés Manuel “tiene todas las probabilidades de ganar y un gran triunfo político para él será si llega al Estado de México sin alianza sin coalición, porque no importa si pierde, pero mantiene la congruencia ideológica y esa congruencia ideológica le da más votos. En la relación costo-beneficio Andrés Manuel pierde en el Estado de México, pero no pierde más, pierde el PRD, pierde el PRD de Los Chuchos, pierde el PRD del ingeniero, pero no pierde él, él gana, gana para él”.

Renovar dirigencia

Sin embargo, en estos momentos el PRD lo que tiene que solucionar primero es la renovación de su dirigencia, aunque ya Lázaro Cadenas dijo que no la buscará “a un político no hay que creerle mucho, el darlo por muerto no es precisamente un imperativo categórico kantiano. Su padre, el ingeniero Cuauhtémoc, tal parece que está muy interesado en que sea Lázaro quién dirija al PRD. Entonces, sería su padre el que dirigiría al partido. “Si es el ingeniero tendrá que iniciar una operación cicatriz en el seno del PRD que no creo que le dé tiempo de aquí al primero de julio, porque la llegada del ingeniero no es para la elección del Estado de México es para llegar fortalecido a la presidencial. Nadie toma en marzo un partido político para que se le exija un triunfo en julio. Esa es la curva de aprendizaje. No quiero decir que el ingeniero no conozca al PRD, pero ya es otro PRD al que él formó. Y, claro, él no está pensando en llegar a sacar adelante una elección en marzo y triunfar en julio y mucho menos hacer una alianza, porque sería un distanciamiento entre Cárdenas y López Obrador. Entonces, si el ingeniero toma el poder del PRD en marzo y dice: no voy a una coalición, se manifestará ya abiertamente a favor de López Obrador y se empezará a unir al PRD a favor de un sólo candidato. Es decir, el fiel de la balanza lo decidirá el ingeniero. Tiene todo para hacerlo en términos de unidad, de partido. Cárdenas lo que tiene que ver es su intención de fortalecer al PRD y no de quedar bien con los panistas”.