Antonio Cerda Ardura

Oaxaca fue escenario esta semana de la misma violencia que ensombreció la gestión del gobernador priísta Ulises Ruiz, en el 2006. En el gobierno del aliancista Gabino Cué, quien llegó al poder postulado por el PAN, el PRD, el PT y Convergencia, el martes 15 se recurrió a los disparos de armas de fuego, a los escudos, los gases lacrimógenos y los toletes para reprimir, con una brutalidad indignante, a integrantes de la sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Policías estatales y federales lucharon durante varias horas, con un saldo de al menos 20 heridos, con profesores que reclamaban al presidente Felipe Calderón, durante su visita de ese día a Oaxaca, su política fiscal selectiva, que pretende beneficiar sólo a las escuelas privadas con la deducción de impuestos a familias que pagan colegiaturas.

En este sentido, en entrevista con Siempre!, el diputado local del PRI, José Javier Villacaña Jiménez, presidente de la Comisión Permanente de Atención a Movimientos Sociales en el Congreso de ese estado, dice que Oaxaca ha sido rehén y víctima, nuevamente, de una deficiente operación política.

También indica que su partido hará lo que esté a su alcance para evitar que en la entidad se rompa, otra vez, la paz social.

Zozobra


Resulta paradójico que en los momentos en que el Presidente de la República anunciaba, durante su visita, una nueva era en Oaxaca, de nuevo hubo disturbios violentos. ¿Qué fue lo que realmente ocurrió?

Desgraciadamente esta semana la sociedad oaxaqueña se estremeció por los enfrentamientos entre el magisterio y policías federales y estatales en el centro de la ciudad. Y utilizo la frase se estremeció, no tanto por los problemas que se suscitaron, particularmente el martes, sino porque, sin duda, vinieron a la mente de todos los oaxaqueños los hechos que nos pusieron en jaque en el 2006 y que, además de las pérdidas materiales, casi provocaron que nos quedáramos sin lo más valioso que tenemos, que es la paz social. Creo que esta situación nos debe obligar ahora a revisar a fondo qué es lo que se tiene que hacer en el estado para evitar que se sigan repitiendo los actos violentos. Por desgracia, quien pierde en este caso es quien no está participando de manera activa en el conflicto, que es la sociedad oaxaqueña.

El día de hoy (miércoles 16) tenemos bloqueos en 37 puntos carreteros, una megamarcha, hay zozobra en la sociedad oaxaqueña y quiero decir, a nombre propio y en nombre de la bancada del PRI, que a nosotros nos preocupa mucho esta situación y que los diputados priístas estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para que no se vuelvan a gestar este tipo de situaciones; que, repito, nos pusieron en jaque y estuvieron a punto de descarrilar nuestra paz.

¿Cuál es el reclamo de los maestros?

Se ha reiterado en el discurso que en Oaxaca prevalece la operación o gestión política pacífica, pero finalmente se llegó a la confrontación entre la policía y una parte o grupo del magisterio oaxaqueño. Tengo fotos, aquí, frente a mí, que muestran que en la protesta del martes participó el dirigente de la sección XXII del SNTE, Azael Santiago Chepi. Los de SNTE sostienen que estaban realizando una manifestación pacífica contra la declaración oficial de que se iba a apoyar a la sociedad haciendo deducibles de impuestos las colegiaturas. El planteamiento central del magisterio es que cómo es posible que se ayude a las escuelas privadas y se cierre los ojos ante las necesidades tan urgentes que tienen los centros educativos públicos. Esos son los argumentos que se esgrimen en el estado, pero lo grave es que se volvió a generar violencia, se volvió a ver humo en el centro de la ciudad, se volvieron a ver lluvias de pedradas y todo tipo de actos violentos. Tenemos fotos de gente lastimada, como el señor Marcelino Coache Verano (activista de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO), que aparece tirado, con la cabeza ensangrentada. A nivel nacional se difundió la golpiza que le propinaron a una mujer, integrante de la Policía Federal Preventiva. En fin… Hay muchas informaciones encontradas, pero desde mi punto de vista lo que faltó fue operación política y diálogo. Y creo que al margen de todo eso lo que verdaderamente hay que hacer es aprender de los errores y hacer lo que se tenga que hacer para que no volvamos a tener ese tipo de escenarios.

Gran represión


En la ocasión anterior se culpó al ex gobernador Ulises Ruiz de todos los hechos violentos. Ahora está Gabino Cué, pero sigue el estado revuelto.

Las partes tienen que poner su mayor empeño en tratar de resolver las diferencias. En el seno del Congreso, el 1 de diciembre del año pasado, el señor gobernador se comprometió a no volver a ocupar nunca más a las policías para reprimir y, bueno, lo que vimos esta semana fue una gran represión. Lo de menos es decir que fue la Policía Federal Preventiva o que fue el Estado Mayor Presidencial. El mayor problema es que si la gente se tiene que manifestar es porque no ha habido respuestas a sus planteamientos. Por eso es importante revisar a fondo qué es lo que está pendiente. Uno de los postulados que manejó Gabino Cué desde su propia campaña, fue precisamente eso, que no iba a volver a suceder lo que desgraciadamente ocurrió esta semana. Y si está sucediendo, si la gente está saliendo a la calle a manifestarse, es porque, reitero, algo no está bien y ya no se le puede echar la culpa al que se fue. Desde el 1 de diciembre, garantizar la convivencia social es responsabilidad de Gabino Cué y a mí me queda caro que hace falta una operación política que realmente siente las bases para finiquitar este tipo de escenarios.

¿El gobernador fue tomado fuera de base?

No. Insistiría en que le faltó operación política. El tiene en su equipo gente que no hizo su talacha, su trabajo. La prueba es que ocurrió lo que anunciaron que nunca más iba a pasar: se desató la violencia. Hoy estamos viendo la interrupción de la circulación en varios puntos carreteros y la bancada del PRI, que es la que aprende más de sus errores, es la que está más decidida a ayudar para que no se ponga de nuevo en jaque a la sociedad.

¿Qué es lo que va a hacer el PRI?

De entrada, nosotros vamos a hacer un exhorto para que se sienten y ocupen las mesas de diálogo, las vías de diálogo para ver qué es lo que se tiene que resolver.

¿Habla usted de una mediación del PRI?

No tanto, no tenemos la facultad, es una problemática que, incluso, implica al gobierno federal; pero sí, como representantes populares, debemos decirles: “Oigan, señores, la sociedad ya no quiere más conflictos ni más violencia”. ¿Qué tenemos que hacer? La bancada del PRI está dispuesta a hacer todo lo posible para evitar que se enfrenten oaxaqueños contra oaxaqueños.

¿La actuación de la Policía Federal fue fortuita, sólo por la presencia del Presidente, o será una tónica en adelante para resolver a garrotazos las cosas?

El marco del conflicto fue una visita presidencial por la molestia de un segmento del magisterio nacional, que es la sección XXII, contra algunas determinaciones del propio Presidente, pero el tema de la Policía Federal, del resguardo presidencial, eso ha estado siempre en debate no nada más en Oaxaca: a donde vaya el Presidente, siempre hay un cerco de seguridad a su alrededor. No hubo más que lo de siempre. Yo creo que el conflicto en Oaxaca es en el sentido de que se tuvo que llegar al enfrentamiento, cuando el Presidente o el gobernador pudieron haber recibido una comisión o se pudieron haber abierto canales para que no se llegara a la violencia. El movimiento magisterial no es de hace un año, sino que desde hace más de 25 o 30 años mantiene una consigna democratizadora. En anteriores gobiernos se han buscado mecanismos para que a los maestros se les escuche y se les atienda, aun cuando muchas de sus demandas no tienen nada que ver con Oaxaca. Por eso es que queda claro y es obvio que faltó operación política. ¿Por qué? Porque simple y sencillamente, en lugar de recibir una comisión, se tuvo que recurrir a los golpes. Por donde se vea, eso denota falta de operación y de interlocución.

¿Esperamos otro episodio como las batallas que protagonizó la APPO hace cuatro años o aún peor?

Yo espero que no, es un deseo que comparte la sociedad oaxaqueña: no queremos que se reedite el 2006.

Rehenes otra vez

¿Hasta dónde se están polarizando las cosas?

Hasta ahora se han limitado al bloqueo de puntos carreteros, pero, reitero, esto está afectando a gente que no tiene nada que ver con el conflicto. Se está tomando nuevamente de rehén a la sociedad oaxaqueña y esa sociedad es la que ya está cansada de estas cosas. Por eso los priístas exhortamos a todos los actores políticos para que aprovechen la vía del diálogo, se sienten y construyamos lo que se tenga que construir para evitar que se sigan generando conflictos en los que lo más fácil es buscar culpables. Lo que tenemos que hacer es revisar qué es lo que se está haciendo mal y resolverlo, antes de que los actos violentos pongan en zozobra la paz social y se pierdan muchísimos millones de pesos al ser afectada la economía, el comercio, el turismo, etcétera.