Infecciones y alergias primaverales

René Anaya

Ahora resulta que un antiguo refrán (“De limpios y tragones están llenos los panteones”) podría tener algo de cierto: que los limpios podrían llenar los panteones, en un sentido metafórico, pues con excepción de algunos padecimientos alérgicos que sí se pueden complicar y causar el fallecimiento, en términos generales las alergias sólo causan molestias –en ocasiones enormes– a quienes las sufren.
Según recientes investigaciones, en las últimas décadas han aumentado los casos de alergias en el mundo, en especial en la primavera. Por esa razón, cada vez es más frecuente ver en esta época a parientes, amigos y compañeros de trabajo con algunos de los signos de las alergias.

La alergia por la limpieza

De acuerdo con datos de la Red Global de Alergia y Asma, en 1980 el diez por ciento de la población sufría de alergias; en tanto que en 2010 eran más de 30 por ciento las personas que las padecían. Si esta tendencia de incremento continúa, como lo indican las estimaciones estadísticas, en 2015 la mitad de la población mundial tendrá un tipo de alergia.
El aumento de pacientes alérgicos ha preocupado a médicos e investigadores científicos, quienes han conformado grupos que se dedican a estudiar este fenómeno de salud pública en diferentes partes del mundo. Todos los equipos de trabajo confirman que en las naciones ricas y en las zonas urbanas es mayor el número de casos.
También coinciden con Guy Delespesse, director del Laboratorio para la Investigación de las Alergias, de la Universidad de Montreal, quien ha asegurado que “toda la evidencia epidemiológica señala que la rápida modificación del ambiente en los países industrializados tiene una cuota de responsabilidad en el drástico incremento de las alergias”.
En lo que se difiere es en las hipótesis sobre la causa de este incremento. Algunos investigadores han planteado que ahora es mayor la exposición a elementos desencadenantes de alergias, que se pueden encontrar en las alfombras de las casas, en los alimentos industrializados y en otros productos que han procurado el bienestar en las ciudades, pero han aumentado la incomodidad en los alérgicos.
Sin embargo, la hipótesis que tiene más credibilidad es la formulada en 1989 por David Strachan, del Hospital Universitario San Jorge, de Londres, la hipótesis de la higiene o teoría de la exposición microbiana, la cual plantea que los sistemas inmunológicos de quienes viven en las ciudades modernas no están preparados para combatir los agentes extraños, porque ha habido una reducción de infecciones graves en la niñez.

Los riesgos de un hogar higiénico

Se considera que si una persona no sufrió infecciones graves durante la infancia, que causaran la producción de células TH1, responsables de la respuesta inmune celular contra bacterias y virus, entonces se puede producir un desequilibrio entre esas células y las TH2, responsables de la respuesta inmune humoral que ataca a agentes extraños, las cuales se reproducen sin control cuando disminuye el número de células TH1.
En esas condiciones, se puede decir que la higiene ─tan apreciada por la medicina preventiva─ es uno de los factores responsables del aumento de la alergia, ya que el descubrimiento en 1995 de las células T reguladoras, que protegen contra la autoinmunidad y las alergias, produjo un nuevo planteamiento sobre los mecanismos de defensa del organismo.
“El sistema inmunológico se mantiene constantemente frenado por las células T reguladoras, que asumen el control del sistema inmunológico. Lo que realmente está pasando con las alergias es que se trata de un problema de inmunorregulación”, ha referido el doctor Graham Rook, profesor de Microbiología Médica, del Colegio Universitario de Londres.
El especialista ha explicado esta situación: “Los microorganismos con los que evolucionamos, mucho tiempo antes de que comenzáramos con este moderno estilo de vida, se convirtieron en parte crucial de nuestra fisiología. En este estado de dependencia evolutiva, los microbios asumieron el papel de conectar las vías reguladoras que permiten que nuestro sistema inmunológico funcione como debiera. Sin el contacto con esos microbios, nuestro sistema inmunológico ataca moléculas inocuas”.
Por tanto, si bien es cierto que el descubrimiento de vacunas y antibióticos que protegen de graves enfermedades permitió disminuir la mortalidad infantil, también lo es que ha causado un desequilibrio del sistema inmunológico, el cual se ha agravado en las últimas décadas por el uso indiscriminado de jabones y desinfectantes para el hogar.
Ante esa situación, sería conveniente que las autoridades sanitarias desarrollaran campañas de educación para la salud, en las que se informara de los riesgos de vivir en un ambiente antiséptico, libre de virus y bacterias, pero amenazado por agentes externos (polvo, polen, productos sintéticos) que pueden causar graves procesos alérgicos.

reneanayas@yahoo.com.mx