Francisco Paoli Bolio/Investigador del IIJ de la UNAM

Con o sin alianzas, Peña Nieto imbatible

 

Antonio Cerda Ardura

Con sus puestos principales ahora ocupados por Jesús Zambrano (presidente) y Dolores Padierna (secretario general), el PRD realizará este domingo su consulta para definir si va en coalición con el PAN en busca de la gubernatura del Estado de México y, de paso, intentar con ello asestar un golpe estratégico al priísta Enrique Peña Nieto, rumbo a la elección presidencial del 2012.

En entrevista con Siempre!, el destacado analista político, Francisco Paoli Bolio, doctor en ciencias sociales e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM), asegura que aún con la alianza de esos partidos, Peña Nieto está posicionado, de calle, no sólo para que el PRI (que competirá en coalición con el PVEM y el Panal) no pierda la elección del 3 de julio en el Estado de México, sino para llegar a Los Pinos el año que viene.

Semilla de confrontación

El PRD cuenta con un nuevo presidente. Más que el perfil de su dirigente, ¿qué atributos debe mostrar ese partido para que represente una buena opción o una alternativa de izquierda para el ciudadano?

Para que un partido de izquierda goce de la confianza de un buen número de ciudadanos, de electores que lo puedan llevar a posiciones importantes, necesita ser muy serio y predecible. Me explico: el votante necesita saber qué va a hacer ese partido. Y la confianza y la certeza de una persona que vota sólo nace cuando sabe que una organización política, al llegar a una posición de poder en el Ejecutivo o el Legislativo, etcétera, va a comportarse de una cierta manera; va a apoyar ciertas políticas públicas; va a sostenerse en ciertos principios, y va a buscar la igualdad de oportunidades para todos en materias básicas, como alimentación, salud, vivienda y trabajo. Si esto se logra, sólo así se tiene una izquierda seria y competitiva no sólo ante los ojos de los grupitos más o menos radicales, sino de un sector amplio de la sociedad. Esto que es válido, creo, para todos los partidos de izquierda del mundo, es especialmente exigible o solicitable al mayor partido de la izquierda en México, que es el Partido de la Revolución Democrática.

Hemos de recordar que allá en 1987-88, cuando Cuauhtémoc Cárdenas convocó a la conformación de una gran fuerza de izquierda, ésta se integró a partir de una especie de federación de tribus, así les llaman un tanto coloquialmente, o de corrientes, como les dicen formalmente, de muchos tipos, incluso religiosas, que venían confrontándose en la arena política nacional. Fue así como trotskistas, maoístas, marxistas, socialistas no marxistas, nacionalistas y un sinnúmero de grupos de izquierda confluyeron en 88 y luego fundaron, conjuntamente, el PRD. Por tanto, el PRD, de nacencia, no es una fuerza sólida, o un grupo perfectamente identificado, o un partido de clase, como lo intentaron ser el Partido Comunista o el Popular Socialista, sino que es un conjunto, una miriada de organizaciones, o un partido multiclasista, con empresarios, no de los mayores, pero los tiene; con intelectuales, estudiantes, trabajadores y gente del campo y de las ciudades, en fin… Es un partido muy plural, pero con una semilla de confrontación sembrada muy profundamente. Por este motivo la integración del PRD no se ha podido dar hasta la fecha. Es más, en este momento hay una escisión muy clara que se refleja en el resultado de la elección de su dirigencia.

La presidencia y la secretaría general del partido apuntan en direcciones distintas. ¿Son corrientes o tribus diferentes?

El estatuto del PRD establece que cuando la dirigencia está a votación si nadie obtiene dos tercios o una mayoría suficientemente amplia, quien saca más votos ocupa la presidencia y el que le sigue ocupa la secretaría general. Así se hizo aquí y es por ello que quedaron dos fuerzas principales que congregan a las distintas tribus. Esto es parecido a la fórmula que se utilizó en México para la Constitución de 1824: el candidato que obtuviera el primer lugar de la votación ocupaba la Presidencia de la República y el segundo lugar la Vicepresidencia. Este mecanismo es algo que puede integrar, pero también puede derivar en lo que sucedía con la Vicepresidencia. El vicepresidente conspiraba todo el tiempo para derrocar al presidente y ocupar su lugar.

Esto le pasó al PRI cuando Roberto Madrazo era su presidente y Elba Esther Gordillo su secretaria general.

Sí. Y es una de las expectativas que está planteada en este cambio de dirigencia del PRD, que sus líderes estén confrontándose en posiciones, opiniones, acciones, y en el alegato de si se alían o no se alían, etcétera. Es algo que tenemos que esperar, y no mucho, porque vienen confrontaciones fuertes. Este año, por ejemplo, habrá cuatro elecciones. En dos de ellas, Coahuila y Nayarit, ya está pactada la alianza PAN-PRD. ¡Todavía no hay candidatos, pero ya está pactada la alianza! Específicamente en Coahuila, el PRD va a apoyar al candidato del PAN. Esto, claro, está mal visto por una de las dos corrientes que están en la dirigencia del PRD, que es la que encabeza Dolores Padierna.

La mayor confrontación será en el Estado de México.

Es el estado más poderoso, más grande, más industrial, más poblado, donde, además, se pone sobre relieve un posible candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, don Enrique Peña Nieto, el actual gobernador, que concluye su gestión. ¡Vamos a tener ahí una confrontación mayúscula!

Ave bicéfala

Primero, se debatirá este domingo si el PRD va o no en coalición con el PAN a esa elección.

La elección será el 3 de julio y este domingo vamos a saber si hay candidatos de coalición o no, en qué condiciones se da, y hacia dónde va el PRD en términos de su integración o desintegración, o escisión final, que es algo que muchos han apuntado, pero que, finalmente, no se ha dado. Va a ser muy difícil que se muevan en forma coordinada los dos dirigentes del partido. El PRD es ahora como un ave bicéfala. Una cabeza es más concertadora y razonable, mientras que la otra es más guerrera, más depredadora. Es decir, por un lado, está la corriente de Los Chuchos, que antes encabezaba Jesús Ortega y ahora Jesús Zambrano, y por la otra parte el movimiento social de René Bejarano y Dolores Padierna, que es el de Andrés Manuel López Obrador. Así que esta circunstancia puede precipitar una escisión definitiva del PRD. Y no le conviene al partido la escisión. En la medida en que se escinda, van a perder todos.

Sería casi un milagro que no se produzca esa división.

Pero el poder es un cemento que puede unir…

Claro, pero usted dice que en el PRD hay un ave depredadora. ¿Si hay una división, que escenario nos plantea esto para la elección del Estado de México?

Es muy claro que van a llegar con diferencias fuertes, pero no hay nada absolutamente seguro. Si la consulta del domingo concluye que no haya alianza, o bien, si está muy apretada la diferencia, aunque sea a favor de la alianza, ¿quiénes serán los candidatos en una u otra posibilidad? Quienes asuman esto van a estar tironeados, con una cuadriga romana en cada brazo y cada pierna y los van a abrir y destazar…

Aún no hay definiciones sobre candidatos.

Lo más probable, tal como se van viendo las cosas, es que Alejandro Encinas, que sí reúne o sí puede reunir a las dos agrupaciones dentro del PRD, sea el candidato de ese partido, y que el PAN tenga su propio abanderado, que posiblemente será Luis Felipe Bravo. Si se da la decisión de no unirse, de todas formas ya una encuesta de un periódico nacional muy importante dijo esta semana que con o sin alianza de la izquierda-PAN, ganaría el PRI. A la coalición PAN-PRD le conceden el 24 por ciento de los votos y, sin alianza, a cada uno de estos partidos le dan el once por ciento. Del PRI creen que tendrá más del 40 por ciento. Es lo previsible, que, primero, será muy difícil que haya alianza. Aunque la encuesta que se publicó en el periódico estableció que la mayor parte de los miembros del PAN y del PRD sí quieren una alianza, ¿dónde está el candidato? Encinas ya dijo: “Yo no voy. De ninguna manera voy con el PAN”. Y el PAN, por su parte, afirmó: “Nosotros no vamos con Encinas”.

El Congreso, otra posibilidad

Lo que estaría muy claro entonces, doctor, es que rumbo a las elecciones del Estado de México, es muy probable que gane el PRI, haya o no alianza PRD-PAN.

Eso dice la encuesta que se publicó el miércoles y yo creo que así es. Me parece que está bien fundada y bien hecha esa encuesta y que el PRI ganará de cualquier manera. No obstante, es probable que haya una consecuencia interesante si se logra la alianza PAN-PRD. Aunque es difícil que vaya a ganar el gobierno del Estado de México, podría obtener posiciones importantes en el Congreso local y representar ahí un balance y un equilibrio con el gobierno priísta. No digo que así vaya a ser, pero sería una probabilidad y un estímulo para la alianza PAN-PRD.

¿Hoy por hoy sigue siendo Enrique Peña Nieto el candidato más fuerte para la elección presidencial?

Sí, aparentemente, a juzgar por los sondeos, sigue siendo no sólo el más fuerte, sino el que está, de calle, más adelante. Esto puede variar sustantivamente. Recuerde que hace seis años el que ganaba de calle era López Obrador. Es más, Felipe Calderón tenía el cuatro o cinco por ciento de las preferencias. Ni siquiera se consideraba que iba a ser el candidato presidencial del PAN, porque se pensaba que el predilecto era don Santiago Creel. Y hay que recordar también cómo López Obrador se negó a ir al debate y dijo: “Debatan entre ustedes. Cuando haya alguno que tenga más vigor, más piernas de jinete, llámenme y a lo mejor acepto ir”. Fue uno de los varios errores que cometió López Obrador. Lo estoy diciendo en términos muy coloquiales, pero así fue. Ahora Peña Nieto tiene esa enorme ventaja, que se puede ir acortando si comete errores. No menciono a nadie, pero hay varios posibles candidatos dentro del PRI que están esperando que haya un traspié de Peña Nieto o que, de alguna forma, crezcan su propia figura y candidatura. Esto no ha ocurrido, pero el suelo político se mueve y hasta trepida con gran fuerza, de tal manera que podría haber cambios importantes.

Como decía Fidel Velázquez: “el que se mueve, no sale en la foto”.

Sí, el suelo no se mueve necesariamente porque uno quiera bailar, sino porque puede haber un terremoto en el 2012. Para seguir con la metáfora, en el suelo político puede haber un movimiento oscilatorio y trepidatorio a la vez, y entonces no sabemos quién quedaría en pie.