El asunto de las encuestas
José Fonseca
Oponerse directamente a las opiniones es el
medio de echarlo todo a perder.
Jean Baptiste Molière
Desde un sector del panismo, el disgusto porque las encuestas de tendencias electorales lo muestran en desventaja, y ha decidido cobrarle la factura a las empresas encuestadoras. En México, las encuestas son utilizadas desde hace mucho tiempo por las empresas comerciales, como una herramienta adicional para sus procesos de toma de decisiones de negocios.
Hace apenas quince años que han empezado a ser utilizadas para pulsar la opinión de los ciudadanos sobre políticas públicas, sobre los políticos, sobre los partidos y para intentar conocer cuál es, en el momento de levantar la encuesta, la tendencia de los votantes para cualquier elección.
Los especialistas en el tema me explican que una encuesta sobre tendencias electorales es apenas una fotografía del momento en que se recogen los datos. La precisión con que reflejan la opinión de los ciudadanos depende mucho del rigor científico del método empleado.
Así pues, una encuesta refleja la opinión ciudadana en un espacio determinado de tiempo. Sus estadísticas no son conclusiones definitivas, pues la opinión puede cambiar por circunstancias no previstas por nadie.
La desafortunada tragedia sufrida en 1992 por Francisco Barrio Terrazas, ocurrida a pocas semanas de la elección de gobernador de Chihuahua, dio un vuelco a las preferencias electorales y Barrio ganó la gubernatura.
Como ese hay muchos ejemplos de candidatos con gran desventaja, la cual han superado porque alguna tragedia, a veces personal, a veces social, a veces institucional, modifica la tendencia del voto, el cual refleja una reacción puramente emocional de los electores.
Al reflejar una tendencia electoral en determinado momento, quienes aparezcan con desventaja pueden modificarla, con un cambio radical de su estrategia de campaña.
Así ocurrió en la elección presidencial de 2006. El candidato panista Felipe Calderón aparecía hasta principios de marzo con desventaja en las preferencias electorales de casi todas las encuestas.
Decidió hacer un cambio radical en su estrategia. Así lo anunció en el noticiero radiofónico de Joaquín López Dóriga. Y poco a poco empezó a remontar la desventaja hasta conseguir un apretado triunfo sobre su principal adversario, Andrés Manuel López Obrador.
Más recientemente, algunos han llegado a considerar las encuestas de tendencias electorales como oráculos infalibles, como predicciones a cumplirse, casi proféticas.
Quizá por eso un sector del panismo está sumamente nervioso porque las encuestas de tendencias electorales no le favorecen, muestran un deterioro en la imagen del partido.
Al ser fotografías de un determinado momento, los resultados de las encuestas pueden modificarse con una inteligente estrategia de comunicación, con acciones que incidan sobre la opinión ciudadana.
La realidad no se modifica a martillazos, se modifica con talento político.
La satanización de las empresas encuestadoras resultará contraproducente, pues la realidad de una fotografía no se modifica matando al fotógrafo.
jfonseca@cafepolitico.com