Por lo de Japón

Energía: un tema central para México

Julio A. Millán B.

El terremoto económico global que comenzó el pasado viernes 11 de marzo en Japón tendrá importantes efectos, tanto en la economía como en el paradigma energético internacional.

Si bien el costo para Japón será muy alto, la recuperación tendrá efectos importantes sobre los referentes internacionales de commodities por lo menos durante los próximos cinco años, tiempo que se estima tomará la recuperación de dicha economía. Uno de los principales afectados será el precio del petróleo, pues se verá impulsado por un incremento en la demanda de hidrocarburos por parte de la economía nipona.

La situación actual pone sobre la mesa el debate sobre la energía nuclear, lo que cambia por completo el paradigma energético global. La discusión podría defender el uso de fuentes renovables, sin embargo la decisión sobre el dilema nuclear tardará por lo menos 48 meses, los cuales impactarán en 10 años de producción. Por ende, durante este periodo se incrementará la demanda de fuentes fósiles, de hidrocarburos y petrolíferos, no sólo en Japón sino en la economía global.

Si bien México como productor de hidrocarburos podría beneficiarse tanto de los altos precios del petróleo (que se traducirían en mayores ingresos fiscales) como por una mayor demanda externa, existen ciertos obstáculos para que podamos internalizar dichas oportunidades.

Por un lado, un incremento en precios del crudo generaría costos, tanto fiscales (por subsidios a gasolinas) como inflacionarios, los cuales deberían ser menores a los beneficios generados por los excedentes petroleros. A pesar de que los recursos extraordinarios en la última década fueron 521 mil millones de pesos, estos no han sido utilizados para fortalecer la infraestructura de exploración y producción de la paraestatal. Lejos de esto, más de una tercera parte de dichos recursos sirve para financiar el gasto corriente de estados y municipios, los cuales incluso pueden ser utilizados con fines electorales, pues no existen mecanismos que transparenten su gasto.

Por otra parte, para que México pueda aprovechar la situación actual debe mantener un saldo positivo en la balanza comercial energética, lo que requiere de una sólida capacidad productiva que le permita abastecer al mercado externo sin descuidar al interno. No obstante, la situación actual muestra una contracción importante en la producción de crudo, pues hoy en día se generan tan sólo 2.5 millones de barriles diarios (mbd), frente a los 3.3 mbd de la década pasada. Más aún, Pemex presentó pérdidas cercanas a los 47 mil millones de pesos (mmp) en 2010. Lo anterior se explica tanto por la caída en productividad que resulta de la baja inversión en infraestructura y en nuevas tecnologías, como por la alta carga fiscal impuesta a la paraestatal. En este sentido, cabe destacar que sus gravámenes a la utilidad en 2010 fueron de 654,140 mmp, cifra superior a la referente a utilidad antes de impuestos (606,678 mmp).

Ante la coyuntura internacional y la difícil situación del sector energético, es indispensable impulsar medidas en dos vertientes principales. Desde la perspectiva de México como consumidor de energía, es necesario revisar los cálculos de producción y demanda, lo que obliga a la generación de nuevas plantas carboeléctricas (clean coal) e hidroeléctricas, tanto grandes como minihidros. Desde la perspectiva del productor, se requieren cambios urgentes para promover la exploración en aguas profundas y la inversión privada (tanto en energías renovables como en Pemex), de manera que aumente la capacidad productiva del sector. Así mismo, es indispensable trabajar en una Reforma Hacendaria que reduzca la carga fiscal a la paraestatal.

La situación actual no requiere de una posición de espectador, en la que México espere aprovechar los shocks externos; por el contrario, debe verse como una oportunidad para tomar medidas que incrementen nuestro potencial de crecimiento. La conmemoración de los 73 años de la expropiación petrolera debe celebrarse con una actitud patriótica moderna que, lejos de obstaculizar el progreso, impulse proyectos que fomenten el desarrollo económico del país. A México le urge replantear su política energética, principalmente se deben encaminar esfuerzos a generar una reforma integral de Pemex.

jmillanb@grupocoraza.com