Nora Rodríguez Aceves

No hay condiciones para ir a una competencia en el 2012 con candidatos independientes. Jurídicamente no existen las reglas hoy en día, vigentes, para estas candidaturas; no solamente para las reglas de la competencia, sino probablemente también para las reglas de gobierno. ¿Qué pasaría con un candidato a la Presidencia que eventualmente ganara y no tuviera un respaldo de fuerzas políticas representadas en el Congreso para aprobar las leyes, para aprobar el presupuesto, para echar adelante un plan de gobierno? Este es un problema serio.“Aunque nos convoca también a una reflexión de fondo sobre el sentido de la democracia mexicana, como construir coaliciones; porque también es cierto que quienes van a ganar en las próximas contiendas electoras avalados o postulados por partidos políticos probablemente tampoco obtengan mayorías absolutas como en el pasado. Eso obliga a los partidos a ponerse de acuerdo, a dialogar para establecer puntos comunes en las agendas. Eso es una reflexión que también tenemos que hacer para los candidatos independientes, por supuesto” afirma Miguel Carbonell, profesor-investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM).Ante la convocatoria de Felipe Calderón a los integrantes del Consejo Nacional del PAN, el pasado 4 marzo, para buscar al mejor candidato o candidata para la Presidencia de la República “sea militante o no” de Acción Nacional, “porque lo que está en juego es nada menos que el futuro del país, y no sólo el futuro en el gobierno de Acción Nacional”, nuevamente se pone sobre la mesa de debate la figura de las candidaturas independientes o ciudadanas.El ex Presidente de la República, Vicente Fox, se pronunció a favor de la propuesta presidencial y fue más allá: “Es válido que el PAN lance a un ciudadano como candidato a la Presidencia de la República, como propuso Calderón, e incluso se debe legislar la creación de candidaturas ciudadanas”, para que “el candidato no se vea precisado u obligado a hacerse miembro de ese partido o ser presentado como candidato de un partido político”. Para que no haya confusión alguna, el especialista en derecho constitucional explica que la petición del mandatario a los panistas nada tiene que ver con la figura de las candidaturas independientes o ciudadanas. “La propuesta del presidente Calderón es que, en su caso, el partido político en el cual él milita, que es el PAN, tomara a candidatos externos e hiciera la postulación correspondiente, por la vía ya prevista en la legislación electoral. Eso está previsto, se puede postular a cualquier persona que cumpla los requisitos para ocupar el cargo; pero en ese sentido el ser militante de un partido no es un requisito, los partidos pueden —y con frecuencia lo hacen— tomar candidatos externos en la medida en que lo juzguen oportuno”.Pero “cuando hablamos de candidaturas independientes hablamos de ciudadanos que no militan en partidos y que no son postulados por un partido político, sino que ellos mismos en su nombre, con el aval simplemente de que la gente los conozca dicen: yo quiero optar a un cargo de representación popular. Eso es lo que llamamos candidatura independiente; otra cosa son las candidaturas externas que sí son vehiculadas, digamos, transmitidas a través de los canales de postulación de los partidos políticos y que compiten finalmente bajo la insignia del propio partido, porque lo que el ciudadano ve cuando va a votar, cuando está frente a la boleta, es el nombre del candidato, pero también el logotipo o la insignia o la imagen del partido político. En este caso, insisto, estamos frente a una candidatura de esas que llamamos externa no propiamente ciudadana o independiente”.
Una democracia representativa
Carbonell explica a Siempre! que “la discusión sobre candidaturas independientes no se puede hacer en el vacío, hay un contexto cultural, social y político también que hay que tomar en cuenta. Las encuestas más recientes nos demuestran que aproximadamente entre un 30 y un 35 por ciento de los ciudadanos en México no se sienten identificados con ninguno de los partidos políticos que tienen registro actualmente; es decir, prácticamente uno de cada tres ciudadanos no siente que los partidos políticos que actualmente tenemos los representantes, no sienten que las propuestas, que la agenda de temas, que los partidos políticos que proponen tengan que ver con sus propias preocupaciones ciudadanas y, en este sentido, es en el que se da el marco de la discusión sobre candidaturas independientes”.“Es muy importante que pensemos en una democracia representativa en donde todos los sectores de la sociedad puedan tener la opción de llegar a ser representados en nuestras cámaras o en nuestros poderes ejecutivos, sea a nivel federal o a nivel local y, en este contexto, añadir mayor competencia, añadir mayores posibilidades para que los ciudadanos decidan su voto es algo bueno, digamos, en el mercado político, el darle a los ciudadanos más opciones para que valoren a quién tienen que votar es algo que puede alentar una mayor presentación y una pluralidad de propuestas más enriquecedora para el país”.Sin embargo, el investigador del IIJ-UNAM advierte sobre las desventajas de estas candidaturas independientes, ya que “tal como está diseñado el marco de competencia electoral está pensado para los partidos políticos; por ejemplo, en temas como financiamiento, se ha preguntado cuando se debate sobre candidaturas independientes, si los candidatos independientes que compitan en una elección tendrán también financiamiento público o no; ante quién deberán rendir cuentas; qué pasará con el patrimonio que eventualmente aporten; cómo estarán controlados en el acceso a los medios de comunicación, hay una serie de cosas que evidentemente se tienen que discutir, analizar y regular; ¿qué pasaría si de repente, se preguntan algunos, se registran 200 candidatos independientes para el Senado?, pues efectivamente supondría ciertas dificultades de orden técnico que abría que abordar con toda presión, pero la idea misma de la candidatura independiente que además está reflejada en la Reforma Electoral a la Constitución de noviembre de 2007, porque ahí ya la Constitución al ser modificada quitó el monopolio de los partidos para la postulación de cargos y ya dejó que fuera la ley electoral, el Cofipe, a nivel federal o las leyes electorales locales las que decidieran si contemplaban la figura de la candidatura independiente o no”.Cabe recordar que el 15 de diciembre de 2009, el Presidente de la República envió al Senado de la República una iniciativa de Reforma Política que busca “fortalecer el poder directamente en manos de la ciudadanía al ofrecer nuevas formas de participación, así como mecanismos de sanción al desempeño de los funcionarios y representantes públicos”. En 2010 diputados y senadores del PRD, PT, y Convergencia, por un lado, así como senadores del PRI, por otro, dieron a conocer sus propias iniciativas de reforma política que desde sus respectivos ópticas también abordan asuntos relevantes para un nuevo diseño institucional.No obstante, esta iniciativa de Reforma Política que contempla la figura de las candidaturas independientes, sigue detenida en la Cámara Alta, a pesar de que existe ya consenso entre los grupos parlamentarios en algunos temas. Ante este escenario, ¿qué posibilidades hay de que sea aprobada la Reforma Política antes de que inicie el proceso de sucesión presidencial del 2012?, o ¿cuál es el futuro de estas candidaturas ciudadanas?“El futuro que los ciudadanos les queramos dar. La verdad es que los diputados, senadores, nos representan a nosotros, si nosotros exigimos que haya candidaturas independientes, si nosotros exigimos que haya más competencia electoral, que haya más pluralidad de opciones, estoy cierto de que esto se podría dar. Ahora para el 2012, prácticamente no hay tiempo, porque la Constitución señala en el artículo 105 que no podrá haber modificaciones sustanciales o de fondo a las reglas de la competencia electoral hasta tres meses antes de que se inicie el proceso de que se trate. En este caso estaremos pensando, digamos en términos muy prácticos para ser muy realista. El 30 de abril de 2011 es el plazo final, porque esa es la fecha en la que termina el periodo ordinario de sesiones del Congreso. Claro que dicen: se puede convocar a un periodo extraordinario, se puede conforme a la Constitución, pero prácticamente en los últimos años no se ha hecho. Entonces, no veo ninguna circunstancia que obligará a nuestros legisladores a sesionar de manera extraordinario en los meses que siguen, y no veo las condiciones para ir a una competencia en el 2012 con candidatos independientes”.
Prever injerencia del narco
Carbonell asegura que la clase política se niega a aprobar la figura de las candidaturas independientes o ciudadanas, porque “es muy cómodo siempre tener el monopolio de algo. Si uno es el único competidor, si es el único que puede postular candidatos. Es muy cómodo y es muy fácil y se presta para juegos de camarillas, de élite. El hecho de competir con otras propuestas, el hecho de añadir más ideas y más competencia a la contienda electoral incomodaría a varios partidos, pero si se establecen las reglas adecuadas, si el marco jurídico se perfecciona en ese sentido para que haya rendición de cuentas, claridad en el financiamiento, generaría que los ciudadanos pudiéramos salir beneficiados”.“Yo le vería ciertas ventajas con el marco jurídico, claro y preciso; porque ciertamente se ha señalado que se corre el riesgo de que se infiltre dinero ilícito, recursos del narcotráfico. En fin, es una amenaza real, no hay que tomárselo a la ligera. Sería muy peligroso, pero también hay que añadir que no es algo a lo que estén ajenos los propios partidos políticos. También a lo mejor los partidos políticos pueden tener fenómenos de presión o de injerencia del narcotráfico en las campañas. Entonces, es algo que se tiene que prever y se tiene que establecer con claridad en el sistema jurídico mexicano; pero de lo cual tenemos que hacernos cargo”.
Una clase política mediocre
Ante este contexto, el doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, España, considera que aun cuando “la reflexión del presidente Calderón tendrá que ser analizada al interior de su propio partido. A mí la parte que me gustó del discurso de Calderón, independientemente de la aceptación del PAN, es que está convocando a que reflexionemos sobre que lleguen los mejores a cargos de representación popular. Esto es muy importante, porque de pronto parece que nuestra clase política no ha estado a la altura de los retos que está generando el mundo del siglo XXI”.“Me refiero a retos que tienen que ver con el desarrollo económico, con el combate a la pobreza, con la generación de infraestructuras, con el combate a la delincuencia, si nosotros revisamos las cifras ya no comparándonos con Europa o con Estados Unidos simplemente comparándonos con América Latina, con Brasil, con el crecimiento de Colombia, con el gran despegue en el combate a la pobreza que está emprendiendo el presidente Piñera en Chile por ejemplo. El presidente Barack Obama en un discurso de hace unos meses señaló que desarrollarán el ferrocarril de alta velocidad para cubrir el territorio nacional norteamericano. Esas son las discusiones que nos estamos perdiendo, porque tenemos una clase política mediocre, enfrascada en esta lucha de poder, enfrascada en estos debates diminutos que no están abordando el fondo de las cuestiones que nos interesan a los ciudadanos”.“Los ciudadanos queremos un México con mayor crecimiento económico, con más empleo bien remunerado para todos, con educación de calidad. Ese es un tema que también tenemos que discutir a fondo, qué tipo de educación le estamos dando a nuestros hijos, y en donde podamos salir a la calle en paz, con tranquilidad. Que sepamos que no nos van a asaltar, amenazar, extorsionar, secuestrar. Esos son los grandes debates de fondo que este país merece y que la ciudadanía está exigiendo. Infortunadamente nuestra clase política ha demostrado una y otra vez que no está a la altura de estos grandes desafíos”.“Hace falta que discutamos como sociedad, como mexicanos, el país que queremos para el futuro. No veo tampoco una discusión intelectual o en los medios de comunicación abordando estos asuntos. Sería muy fácil echarle toda la culpa a los políticos, pero también los ciudadanos tenemos que aportar, también los ciudadanos en cada uno de los ámbitos en los que nos desempeñamos tenemos la responsabilidad de ir construyendo este país. Este país es demasiado importante para dejarlo solamente en manos de los políticos”.