México, urgido desimplificación fiscal

Antonio Cerda Ardura

El coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, presentó el 10 de marzo una propuesta de reforma hacendaria integral, que establece, entre otras medidas, una reducción del 16 al 13 por ciento en la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA), con el objetivo de aumentar los ingresos federales.Esta propuesta le ha abierto al tricolor un amplio frente de ataques, recriminaciones y críticas por parte del PRD y el PAN, no con el fin de mejorar esa iniciativa e intentar con ella remontar el atraso fiscal de México, sino para demostrar que la alianza que pretende frenar el triunfo priísta en el Estado de México ya está, desde ahora, vivita y coleando.En entrevista con Siempre!, el reconocido abogado fiscalista, Víctor Hugo González Martínez, director de defensatributaria.com, indica que la propuesta del PRI definitivamente sí tendría un impacto en los precios, pero es perfectible y busca que quienes ganan más paguen más impuestos.También asegura que sí propiciará una mayor recaudación y cierta simplificación fiscal, asunto del que está bastante urgido México.Mayor recaudaciónLa propuesta del PRI sobre la reducción del IVA es para recaudar más. Sin embargo, se ha desatado una avalancha de críticas en el sentido de que la iniciativa es engañosa. ¿Hasta dónde es viable o no?En realidad hablamos de dos puntos importantes con relación al IVA. Primero, se propone una tasa generalizada del 16 por ciento, con la excepción de una canasta básica. Hay distintos alimentos esenciales o básicos que no estarían gravados. De forma paralela, también se plantea una reducción de un 3 por ciento, que se le devolvería al consumidor final a través de un depósito en su cuenta bancaria. Evidentemente, en el momento en que se aplique una tasa generalizada de IVA, se obtendría una mayor recaudación. Eso es en automático. Sin embargo, yo no estoy tan seguro de que esa devolución de 3 por ciento tenga eficacia o les llegue a todos, como, se supone, debería ser, y tal vez el gobierno se quede con esos recursos. Pensemos en algunas personas que tal vez tengan derecho a devoluciones de 20, 30, 50, 100, 500 pesos. ¿Cuánto en realidad significaría? Es decir, el esquema se mira muy complicado.Hay países en donde uno, como viajero, compra productos y al llegar al aeropuerto, por ejemplo, se le devuelven los impuestos. Son sistemas bien estructurados desde hace muchos años. ¿Qué significaría aquí establecer algo similar?Implicaría un gran trabajo administrativo poder llegar a esa etapa en la que las devoluciones fueran automáticas. Como usted comenta, en otros países, con un ticket, se solicita la devolución de impuestos y, en ese momento, se los dan. Sin embargo, conozco gente que por flojera o lo que sea en ocasiones no solicita esos recursos o no quiere formarse en una fila. Así que el esquema en México tendrá que ser muy ágil para que realmente cumpla con ese objetivo. Pensemos en cuántos miles de gentes querrían obtener aquí esa devolución de impuestos y todo lo que implicaría en el aspecto administrativo.Esta propuesta incluye tasa cero a alimentos y medicinas. ¿En qué sentido podría ser engañosa, como indican Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard? ¿Pagaría más impuestos la gente que menos tiene?Lo que pasa es que estamos hablando de un impuesto de carácter indirecto, así se le conoce, y, al ser indirecto, evidentemente sí se pagaría más. Creo que lo engañoso a lo que ellos se refieren es cuando se está promoviendo que no habría un impacto. Sin embargo, creo que sí, que definitivamente sí habría un impacto en los precios, en los productos. Todo el mundo va a pagar más y no necesariamente, o no exclusivamente, se impactaría al comercio informal, que es al sector que siempre se ha dicho que se busca atacar. Si se pretende que también los informales paguen el IVA, esto no es del todo cierto porque nos afecta a todos.El boqueteLa economía informal siempre se está escapando, siempre se escabulle del pago de impuestos.En el comercio informal es donde a mí me parece que está el boquete importante. No es necesariamente a través del IVA como se puede atacar la evasión en ese sector.Se propone el aumento del Impuesto sobre la Renta de 30 a 35 por ciento, en caso de un salario, ya muy elevado, de más de 450 mil pesos. Para un salario de 32 mil pesos se tendría una tasa de 25 por ciento. ¿Esto qué tanto impactaría en realidad a los trabajadores? Parece que ahora sí se aplicaría un mayor impuesto a quien gane más.Definitivamente no resultarían afectados quienes tengan un menor salario, porque, precisamente, lo que se busca es el llamado concepto de progresividad. La progresividad significa que el que gana más es el que va a pagar más impuestos. De acuerdo a esta propuesta, se estaría respetando a quienes reciben un equivalente a cuatro veces el salario mínimo y los impuestos irían aumentando gradualmente, de tal manera que quienes ganen, por ejemplo, hasta 20 mil pesos, estarían todavía conservando su capacidad económica. Es decir, en realidad lo que se persigue es pegarle a los que ganan arriba de 200 mil o 300 mil pesos.También se propone la desaparición del Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU) y la reducción de la carga fiscal sobre Pemex. ¿Qué tan difícil sería lograrlo?Creo que es necesario eliminar el IETU. Cuando hablamos de materia impositiva, no solamente nos deberíamos referir a los porcentajes de impuestos o a las deducciones para efectos de los cálculos, sino también a la simplificación administrativa, a la simplificación fiscal, lo cual impulsa el pago de los impuestos. En la medida en que tengamos una ley más simple, evidentemente hay mejor recaudación. Eso está demostrado. ¿Esto qué quiere decir? Que cuando se elimine ese impuesto conocido como el IETU y algunas figuras se incorporen al Impuesto Sobre la Renta, creo que los beneficios vendrán por la simplificación. Esto, repito, facilita el cumplimiento del pago de los impuestos.En cuanto a Pemex, ¿qué tanto sanearía sus finanzas esta propuesta?Como todo, creo que la propuesta aún es perfectible. Pero, definitivamente Pemex tendría una mejoría.Reinversión¿Qué tan electorera podría ser esta propuesta, como indican algunos sectores políticos?La propuesta del PRI tiene algunos aspectos interesantes, como la reducción gradual de la tasa del Impuesto Sobre la Renta a las empresas. Se pretende bajar de un 30 por ciento, progresivamente, hasta llegar a un 25 por ciento para el año 2015, pero con la condición de que las empresas reinviertan las utilidades que generen. Esto me parece muy atractivo. Ya con anterioridad se había aplicado en México y era bastante positivo porque se obligaba al empresario, con el beneficio de pagar una tasa menor de impuestos, a reinvertir las ganancias. Por otra parte, México necesita, definitivamente, una simplificación. Esto se traduciría en eliminar las declaraciones mensuales, que significan una carga administrativa muy importante en las empresas. En algún tiempo, en los años ochenta y noventa, se manejó el concepto de empresas de mediana capacidad administrativa, que era un modelo dentro del cual existía la facilidad de presentar las declaraciones de impuestos en forma trimestral, lo cual redundaba en un gran beneficio. Por ejemplo, las empresas que no ganaban en aquella época más de cuatro millones de pesos anuales, pagaban trimestralmente. Si hoy se impusiera un esquema similar para aquellas empresas que no facturen más de 10 millones de pesos al año, y se les dijera: “Te doy la facilidad para que pagues trimestralmente tus impuestos”, también tendríamos un buen avance. Si a algunas empresas les es muy difícil contratar a un contador, les sería muy útil esa posibilidad de no cumplir mensualmente con una serie de cargas tan complicadas.En términos generales, ¿esta propuesta beneficia al ciudadano?La verdad es que hay puntos muy respetables. Número uno: la eliminación del IETU es importante, porque nos evita hacer dos cálculos paralelos. Hoy en día se hace un cálculo para el Impuesto Sobre la Renta y otro para el IETU. Ahí ya habría una ventaja. Otro beneficio es la disminución de las tasas del Impuesto Sobre la Renta corporativas, es decir, para las empresas. Hay puntos rescatables. Sin embargo, donde no queda del todo claro es en la parte del IVA, sobre todo respecto al manejo del porcentaje de devolución, que se ve complicado.Esa parte se tendría que aclarar.Sería perfectible. Habría que hacer algunas modificaciones para ofrecer mayor transparencia y claridad a los contribuyentes. Ojalá que verdaderamente se discuta esa propuesta. Pero lo urgente en México es la simplificación fiscal, en términos de que hoy tenemos que presentar un sinnúmero de declaraciones, lo que no le facilita la vida a ninguna empresa.