Marco Antonio Flota
Hubo un tiempo en que los de la Semana Santa eran días de guardar. Pero eso habrá sido allá por el año 34 o 35 después de Cristo. Porque de entonces a la actualidad las fechas de la también llamada Semana Mayor son días de derrochar. México todavía no está de pie; sin embargo, a partir del próximo miércoles se paralizará. Ningún mexicano dará golpe de trabajo. Ni golpe político, que ya es decir.
Ya nadie se preocupará respecto a cuándo se va de México el embajador Pascual, por cierto a últimas fechas demasiado amigable con México. Declaró que Genaro García Luna es uno de los mejores policías del mundo y que muchas ciudades norteamericanas son más peligrosas que las nuestras. Pero no hay marcha atrás: Felipe Calderón ya le sacó tarjeta encarnada y no decimos Roja por respeto a su novia mexicana de ese apellido (la hija de Paco).
El PRD no le hizo honor a su palabra de una alianza con el PAN en el Estado de México. ¿Pero a quién podrá importarle en las playas atestadas? Ni Jesús ni los Chuchos, ni el Mesías ni el Peje estarán en la mente de los vacacionistas.
¿La crisis? ¿Cuál crisis? Lo importante será llegar a Acapulco para conseguir si no hotel con vista a la playa, cuando menos playa con vista al hotel. Y después tomarse unas helodias, de ser posible con Heladio Aguirre, quien traicionó al PRI, pero no cobró 30 monedas más IVA, como el otro Judas.
¿La guerra… perdón, la lucha contra el narco que Calderón sostiene con toda su investidura …digo, embestidura? Que se preocupe la nueva procuradora Marisela que es Morales, como Lechuga, tiene más Gracia que Lozano y está bien centrada: ella no perderá el Carpizo.
Todo problema, pues, pasará a segundo plano.
Porque estos días de asueto hay que disfrutarlos hasta el último segundo. Y ya después veremos. Para todo hay salida.
En la primera Semana Santa, Jesús fue sacrificado en el Monte Calvario. El mexicano lo será la próxima semana en el Monte de Piedad.
Tumbagrillos
¡ACA, PULQUE!: Dirán los marginados que no puedan viajar a Acapulco.
CANCUNNABIS: Yerba que les ofrecerán a los que vayan a Cancún.
CRHISTERIA: La de los que no puedan salir la Semana Santa.
HUATURCO: Playa oaxaqueña que visitará Pepe Murat.
ICACOS: Playa acapulqueña que disfrutarán los priístas.
IXTAPADO: Playa que podría visitar Peña Nieto.
IXTAPALAPA: Playa a donde no dejarán entrar a Juanito.
QUEBRADA: Playa a donde nos manda la Secretaría de Hacienda.
QUEBRARDA: Playa artificial de Marcelo en el DF.
REVOLCADERO: Playa de Acapulco preferida por los perredistas.
Tumbagrillos
170 millones
cuesta equipo del Senado
Y un senador ha opinado:
“¡No me involucres, Beltrones.
sólo sé que no he cenado”.
Gran edificio, de noble
arquitectura prolija.
Si estuvo ahí el cine Roble,
buena sombra los cobija.
Pero que no haya despiste:
edificio del Senado
debió quedar ubicado
junto a Arbol de Noche Triste.
Mintió Peña Nieto, estimo,
cuando dijo en pleno grito:
“¡Atlacomulco es un mito!”
Debió decir “es un timo”.
El Góber, como se nota,
es listo. (Van comentando:
“Más que pájaros volando
vale, en mano, una Gaviota”.)
Iztapalapa ya fragua
La Pasión, pero qué ingratos:
lavar no podrá Pilatos
sus manos, porque no hay agua.
Y aún hacen bromas pesadas:
que Noroña hará —¿quien más?—
el papel de Barrabás
(experto en barrabasadas).