Ahora que se celebró el Centenario de la Revolución Mexicana, los festejos se orientaron a ponderar haberes y deberes de ese que fue el primer gran movimiento social del siglo XX. Pero ese enfoque se quedó muy corto, porque la Revolución Mexicana fue, en esencia, la síntesis cultural y nacionalista que México no había logrado ni con la Independencia ni con la Reforma en el siglo XIX. La Revolución Mexicana fue una vuelta a los orígenes de la nación, de ahí la singularidad del movimiento social.
La Revolución Mexicana hizo posible una literatura, un arte —pintura muralista—, radio y sobre todo una industria del cine. Y más todavía: fue un vasto movimiento cultural sin estar al servicio de un partido y su secretario general.
México tuvo rostro y presencia mundiales por la Revolución Mexicana.
En la imagen, el Charro Cantor, Jorge Negrete, con la singular María Félix, en una escena de la película “El peñón de las ánimas”. En julio, se conmemoran 100 años del natalicio de don Jorge con el Festival Internacional de Cine Guanajuato, Expresión en Corto.
Agencia EL UNIVERSAL

