Alexander Serikov

Apenas se logró detener la fuga del agua radiactiva en la averiada central nuclear de Fukushima cuando la enfurecida naturaleza asestó otro golpe al archipiélago japonés. Fue el 7 de abril cuando el sismo de 7.4 grados en la escala Richter sacudió Japón. Su epicentro se registró cerca de las costas nororientales aproximadamente en la misma zona de el sismo del 11 de marzo, es decir a 116 kilómetros de la central nuclear de Fukushima y a unos 50 kilómetros de profundidad. Fue el segundo sismo por su fuerza destructiva después de aquel del 11 de marzo.

Inicialmente las autoridades esperaban con miedo el posible tsunami que para los japoneses representa un peligro más grande que el mismo terremoto, por lo que se recomendó a la población abandonar las zonas de posibles inundaciones. Por suerte, no hubo ningún maremoto.

Sin embargo el sismo trajo consecuencias. Se informó sobre algunas destrucciones y la interrupción del suministro de energía eléctrica prácticamente en todas las prefecturas situadas al norte de la isla de Honshu. Según datos proporcionados por las autoridades, se quedaron sin luz cuatro millones de personas, fue cortado el suministro de agua y se interrumpió el funcionamiento del transporte ferroviario. Lamentablemente, falleció una ciudadana de 63 años de la prefectura de Yamagata  ya que su aparato de respiración artificial dejó de funcionar por falta de luz. En otra prefectura –Miyagi– fallecieron otras tres personas de edad avanzada. Conforme al reporte de la policía local, 132 personas resultaron lesionadas de las cuales 17 se encuentran en estado grave.

El problema que causa la mayor preocupación es la seguridad de las centrales nucleares que pudo haber sido afectada por el último sismo. Inicialmente el gobierno japonés anunció que la situación en las centrales nucleares averiadas a consecuencia del sismo del 11 de marzo no se había empeorado a raíz del sismo del 7 de abril. En algunas centrales hubo problemas con el suministro de la energía eléctrica pero fueron resueltos rápidamente. Pero luego apareció una nueva amenaza de radiactividad: en la central nuclear de Onagawa situada en la prefectura de Miyaga en los tres reactores fue detectada una fuga de agua contaminada desde las piscinas  con el combustible desgastado, pero no hubo noticias sobre dónde había sido vertida el agua radiactiva.

Los representantes de la empresa operadora de esta central nuclear Tohoku Electric Power Co. se apresuraron a anunciar que la situación en esta central está bajo total control. Dijeron que se filtraron solamente unos quince litros y aunque fue registrado el pequeño aumento de radiactividad dentro de los reactores, no hubo ningún aumento de ella fuera de los reactores. Dijeron también que pronto se localizaría el lugar de la fuga y que las barras del material radiactivo se enfrían como es debido. Por lo que, aseguró la empresa operadora, no se esperarían acontecimientos como los sucedidos en la averiada central de Fukushima.

Cabe recordar, que la central nuclear de Onagawa fue una de aquellas que sufrieron daños a raíz del terremoto del 11 de marzo. En aquel entonces  hubo que parar todas las turbinas. En una de ellas sucedió un incendio. Ya en aquel momento se registró el aumento del nivel de radiactividad en las cercanías de la central.

Los investigadores de la Universidad de Tokio informaron que los sismos de hasta 7 grados Richter pueden seguir sacudiendo el país durante un año puesto que el sismo del 11 de marzo tuvo una enorme magnitud  provocando un desplazamiento de la corteza terrestre de grandes proporciones. Confirmando el pronóstico de los investigadores japoneses, un nuevo sismo de 5.1 grados cuyo epicentro se ubicó casi en el mismo lugar que el anterior, sacudió el país el lunes 11 de marzo. Le siguió otro -de 7.1 grados- el mismo lunes. Según últimos datos, el número de muertos superó 13 mil personas, y alcanzó más de 14 mil el número de personas desaparecidas. Fue el 11 de abril cuando los japoneses honraron con un  minuto de silencio la memoria de las víctimas del sismo sucedido hace un mes.