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La luz al final del camino
Ubléster Damián
No hace mucho conversaba con unos amigos sobre la situación que se vive en nuestro país, al final del día nuestro semblante reflejaba el diagnostico que hacíamos, y es que nuestro México se ha convertido en un territorio golpeado por la violencia y la desesperanza. Muertes, secuestros, robos, corrupción, pobreza se han vuelto términos con los que vivimos a diario y lo que es peor han dejado de alarmarnos pues se han vuelto parte de nuestra rutina.
Ante tal panorama el desaliento es un sentimiento que llega naturalmente, sin embargo después de un poco de reflexión es alentador darse cuenta que no todo se encuentra perdido puesto que el poder para enmendar el camino está en nosotros mismos y es que día a día nuestras mismas acciones fomentan aquello de lo que tanto nos quejamos, así pues los cambios radicales deben empezar dentro de nosotros mismos. Desde luego esta transformación requerirá esfuerzo de nosotros y es que es mucho más fácil ser un mal ciudadano que uno bueno, así pues si de verdad deseamos un mejor futuro necesitamos por ejemplo darnos cuenta de que al consumir piratería no hacemos más que inyectar capital a las mafias que tienen secuestrado a nuestra nación, para transformar nuestra realidad requerimos en primer lugar ejercer nuestro derecho de voto y en segundo exigir a las autoridades transparencia al momento de contabilizarlo una mejor calidad de vida requiere ciudadanos que sepan hacer uso de la información y que se respalden en ella para exigir resultados a sus gobernantes. En síntesis si queremos un mejor mañana debemos dejar de tomar el camino más sencillo para comenzar a transitar el camino del deber ser; ello implica esfuerzo y no es bajo ningún punto sencillo de lograr, sin embargo resulta esperanzador darse cuenta que la luz al final del túnel son los ciudadanos y por tanto esta en nosotros convertir estos ideales en realidades.
Fotografía: Agencia ElUniversal