OCDE: una de cada dos personas tiene sobrepeso



Julio A. Millán B.

En las últimas décadas, la obesidad ha crecido radicalmente al grado de ser considerada la epidemia del siglo XXI. De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), hasta 1980 menos del 10% de las personas eran obesas. Sin embargo, en 2010 en muchos países y en casi la mitad de los países de la OCDE una de cada dos personas tiene sobrepeso u obesidad.

En México, la obesidad es un tema de suma importancia y no sólo afecta de manera individual, sino que tienen un gran impacto de manera social. Nuestro país es el primer lugar con niños obesos y el segundo lugar en adultos. El 30% de la población padece obesidad y, de acuerdo con la Secretaría de Salud, al considerar el sobrepeso la cifra de adultos con dichos problemas asciende a 70%, los cuales vivirán enfermos un promedio de 14.5 años.

En el ámbito personal, la obesidad y el sobrepeso conllevan a un detrimento físico, psicológico y financiero. Aumenta el riesgo de contraer enfermedades, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares; de acuerdo con la Secretaría de Salud, la obesidad y el sobrepeso son responsables de entre el 5 y 10% de las muertes prematuras, lo que reduce la esperanza de vida en cerca de 7 años. Psicológicamente afecta la autoestima de las personas, lo cual en algunos casos puede generar otros problemas de salud como la depresión. La afectación financiera se origina porque disminuyen la productividad laboral y provocan grandes gastos personales por la atención a enfermedades crónicas. De hecho, la OCDE identificó que las personas obesas ganan 18% menos que las personas de peso normal.

En el ámbito social, la obesidad y sobrepeso afectan el presupuesto público y la productividad de las empresas. Los altos costos de tratar enfermedades generadas por la obesidad y el sobrepeso fuerzan a destinar altas cantidades de recursos públicos.

De acuerdo con recientes declaraciones del secretario de Salud, el combate a dichas enfermedades requiere 10 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Salud, mientras que la inversión en la atención de las complicaciones o enfermedades secundarias ocupa la tercera parte de los recursos.

Además, los costos indirectos en productividad relacionados con sobrepeso y obesidad representan alrededor de 23 mil millones de pesos anuales y se espera que en diez años más esa cifra supere los 150 mil millones de pesos, equivalente al presupuesto actual en salud para todas las entidades federativas.

Las estrategias de combate deben ser realizadas de manera holística involucrando al sector privado, a la sociedad civil y al gobierno. Las acciones proactivas que deben seguirse son en el ámbito legal, de comunicación, educativas y de presupuesto para atender este problema.

Se deben tomar acciones legales para implementar una norma encaminada a informar de manera clara, precisa, oportuna y referencial sobre los contenidos nutrimentales de los alimentos. En este punto es importante la participación de la sociedad civil como órgano de vigilancia del cumplimiento de la normatividad relacionada al sobrepeso y obesidad.

En el área de la comunicación y educación es indispensable que las campañas publicitarias se desarrollen entre el gobierno y la industria con el objeto de informar de manera correcta sobre las porciones adecuadas de consumo de los alimentos. Así como, reforzar dicha información en los empaques de los productos.

En términos de presupuesto se debe instrumentar un plan estratégico de cooperación entre la industria y el gobierno, para realizar investigaciones que conlleven a generar productos más saludables de tal forma que se esté preparado para los retos del futuro.

Es indispensable continuar y ampliar los esfuerzos de la esfera pública, privada y social para implementar un proceso holístico mediante acciones legales, de comunicación y educativas.

 

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