Raúl Cremoux

Enrique Conrado Rébsamen nació en Kreuzlingen, Suiza, el 8 de febrero de 1857. Fue el primogénito del matrimonio formado por  Juan Ulrich Rébsamen, educador y director de la escuela normalista de esa localidad por 43 años, y de Catalina Egloff.

La formación principal de Rébsamen fue en el área de la pedagogía, obteniendo diplomas de profesor de primaria y de escuelas secundarias. Además, tuvo amplia preparación en comercio, idiomas, botánica, geología y en paleontología.

Desde su época de estudiante, Rébsamen realizó aportaciones literarias que abarcaban diversos temas tanto científicos como culturales. Al egresar desempeñó el puesto de director y jefe de profesores en la escuela recién fundada de la población de Lichtenfels en Alemania, durando cinco y medio años en este cargo.

En ese tiempo desarrollo amistad con diversos intelectuales de la época. Uno de ellos, Carlos Von Gagern (de quien leyó el ensayo “Quetzalcoatl” que lo impactó profundamente), tuvo gran influencia en la decisión de Rébsamen de venir a México.

En 1901 fue nombrado director general de la Enseñanza Normal en el Distrito Federal por el Presidente de la República. Durante toda su vida Rébsamen realizó incontables publicaciones. En 1888 adaptó para México el Atlas Geográfico de Volckmar. En 1889 fundó la revista pedagógica, científica y literaria México Intelectual. En 1899 publicó el Método de escritura y lectura, conocido como método Rébsamen, libro que hasta 1929 había alcanzado los cuatro millones de ejemplares vendidos. En 1900 publicó la guía para la enseñanza de la escritura y lectura en el primer año escolar.

Este hombre, cuya vida fue un ejemplo de servicio a nuestro país, acaba de ser mutilado por el Gobierno del DF. La calle en la colonia Del Valle que, para honrarlo y recordarlo lleva su nombre, ahora será atravesada por un estacionamiento y más tarde por un centro comercial propiedad de la Comer, empresa dedicada a comerciar con alimentos y los llamados productos para el hogar.
Esta amputación tuvo el precio de 18 millones de pesos para, que el gobierno capitalino tenga más recursos y presumiblemente pueda “servir mejor a la capital”. El antecedente ya está dado.

En breve podremos esperar que el Angel de la Independencia sea vendido, con todo y glorieta a la embajada de los Estados Unidos que está ahí cerquita y pueda ser utilizado ese espacio como oficinas de migración que tanta falta hacen en esa legación.

Reforma, Insurgentes, Revolución y hasta el Periférico tienen espacios, unos grandes y otros ciertamente pequeños, que podrían ser vendidos a modestos comerciantes y las calles circundantes a Palacio Nacional o a la Catedral, rentados o vendidos en condominio a ejecutivos de las grandes trasnacionales.

El espacio público convertido en rentables negocios privados es la tendencia que el jefe de Gobierno ya nos ha mostrado en la supervía y la cual aportará grandes beneficios junto a la Comer para la campaña electoral que ya ha comenzado. ¡Las finanzas, primero; el candidato, después!.

cremouxra@hotmail.com