Elena Vega De la Mora
Al Triángulo de las Bermudas suele llamársele también como el Limbo de los Desaparecidos. Con los años, cientos de barcos, pilotos y aviones se han perdido en esta zona del Atlántico sin dejar la menor huella de su paradero o destino final. Algo similar ocurre en distintas zonas de México en las que personas, camiones y autobuses de pasajeros desaparecen sin motivo aparente. Tal es el caso del municipio de San Fernando, una zona peligrosa y misteriosa del estado de Tamaulipas; una zona en la que cientos de migrantes mexicanos y extranjeros desaparecen para luego ser encontrados muertos y con graves señales de tortura y de muerte violenta.
El pasado 6 de abril, un grupo de agentes ministeriales y comandos militares recorrieron el municipio de San Fernando, con el propósito de dar con el paradero de dos autobuses y más de cien pasajeros que desaparecieron el pasado mes de marzo cuando viajaban rumbo a la frontera con Estados Unidos. Cuál sería la sorpresa y conmoción de aquel grupo que practicaba la investigación cuando en el ejido de La Joya hallaron las primeras ocho fosas clandestinas con 59 cadáveres, cifra que no deja de aumentar ya que hasta el momento se han encontrado 28 fosas clandestinas con 145 muertos, 60 de ellos identificados con los pasajeros reportados como desaparecidos el pasado 25 de marzo ante autoridades locales.
El hallazgo de estos 145 cadáveres es un hecho muy grave, especialmente porque estas personas viajaban en carreteras nacionales. Según fuentes gubernamentales, pasajeros de al menos nueve camiones han desaparecido en las carreteras de Tamaulipas en los últimos diez meses y, en lo que va del año, el número de desaparecidos entre todas las líneas de autotransporte en México superaría los 2 mil 500, de acuerdo con el periodista Eduardo Ruiz Healy, quien encabeza un equipo de analistas que investiga la desaparición de pasajeros en autobuses de México.
Sin embargo, las líneas de autobuses que sufrieron el secuestro de las dos unidades en el municipio de San Fernando, no presentaron la denuncia ni informaron qué pasó con el equipaje de los pasajeros plagiados, información que resultaría clave para las autoridades que investigan el caso. En diferentes centrales camioneras de las ciudades fronterizas de Tamaulipas, la procuraduría estatal despliega un operativo de investigación para determinar si existe equipaje de supuestas víctimas de la violencia. Sólo en Reynosa se encontraron 50 maletas que no han sido reclamadas por ningún pasajero. La procuraduría estatal cree que estas piezas de equipaje pueden estar vinculadas con los hechos denunciados de privación de la libertad a pasajeros de autobuses en San Fernando.
El Triángulo de San Fernando, un punto rojo de la geografía del país en el que desaparecen migrantes, traileros, camiones y autobuses de pasajeros para luego aparecer muertos, confirma la ausencia del gobierno estatal y federal ante una nueva modalidad de la violencia criminal que día tras día socava el ya de por sí frágil tejido social. Para muchas voces, lo sucedido en San Fernando asume los rasgos de un auténtico caso de genocidio. El gobierno federal y la Procuraduría General de la República tendrán que desmentirlo.