Cuando el pozo petrolero de British Petroleum (BP) explotó y se hundió en el Golfo de México en abril del 2010, en un accidente en el que murieron 11 trabajadores, las autoridades primero dijeron que no había una pérdida de petróleo en el océano. Se equivocaron.

El desastre que cautivó la atención del mundo entero durante más de ocho meses estalló cuando una ola de gas metano inició una explosión en la plataforma Deepwater Horizon en momentos en que estaba perforando  un pozo en la costa del estado de Louisiana. Dos días después, la plataforma se hundió.

Un año después, el petróleo del peor derrame en la historia de Estados Unidos anegó los pantanos, contaminó el océano y puso en peligro el ecosistema, sin mencionar el coste para las economías costeras de Florida, Missisipi, Alabama y Louisiana. Fue, además, el peor accidente petrolero en los océanos.

Impacto económico: duradero y sustancial

Controlar el daño originado por el derrame petrolero y la tarea por devolver a las costas afectadas su condición original, ocuparon los primeros lugares en la agenda gubernamental de Barack Obama durante más de ocho meses. No obstante, el mandatario estadounidense afirmó que el impacto económico del desastre sería “duradero y sustancial”.

Una víctima corporativa del derrame fue el presidente ejecutivo de BP, Tony Hayward, quien perdió el empleo en julio por una tormenta de críticas por su insensibilidad hacia residentes del Golfo de México.

El gigante petrolero gastó más 16 mil millones de dólares en proyectos de restauración, mientras que el gasto total por el derrame ascendió a 40 mil 900 millones de dólares.

Sin embargo, no hay estimaciones claras sobre el daño económico debido al amplio rango de sectores que afectó, desde la pesca hasta el turismo, las finanzas municipales, inmobiliaras, banca y servicios.

Bajo la insistencia del presidente Barack Obama, BP creó un fondo por 20 mil millones de dólares para compensar a las más de 500 mil personas que solicitaron compensaciones tras el derrame petrolero. Sin embargo, los pescadores siguen temiendo que ha petróleo en el Golfo de México.

Se esperaba un Apocalipsis ecológico y no fue así

A un año del desastre, el daño al medio ambiente por la ruptura del pozo que derramó más de 4 millones de barriles de petróleo en el Golfo de México durante 90 días, parece no ser tan grave como varios pronosticaron; se esperaba un Apocalipsis ecológico, y no fue así. Sin embargo, La Federación Nacional de Vida Silvestre (NWF por sus siglas en inglés) describe un sistema ecológico mutilado por el derrame que podría tardar mucho tiempo en recuperarse. Miles de pájaros, tortugas marinas y oras especies murieron.

Hoy, 20 de abril, diversas ceremonias solemnes conmemoran un año del peor desastre petrolero en la historia de Estados Unidos, a la vez que tratan de llamar la atención por una delicada recuperación que apenas comienza. “Los eventos que se desarrollaron el 20 de abril de 2010 y el derrame petrolero que siguió pusieron en evidencia el crítico nexo entre el medio ambiente y la salud económica del Golfo de México”, dijo el presidente Barack Obama en una declaración emtida este miércoles por la Casa Blanca.

Redacción Siempre!

Checa este video. Telesur reporta los daños que más de 500 mil residentes todavía sufren por los efectos del derrame