Estamos hartos, saturados, cansados, rebasados, desesperados
Guadalupe Loaeza
Nunca había estado tan de acuerdo con una expresión tan popular, la cual, aceptémoslo en boca de una mujer (de una “dama”, dirían los cursis), se escucha particularmente osada. Sí, estamos ¡¡¡hasta la madre!!! Estamos hartos, saturados, cansados, rebasados, desesperados, pero sobre todo, la mayoría de las y los mexicanos, estamos ¡¡¡hasta la madre!!!
He allí un título que envidiaría el mismo autor de Picardía mexicana, obra del maestro Armando Jímenez, fundamental para entender nuestro habla especialmente cuando estamos muy enchilados. Lo que resulta muy llamativo respecto a esta expresión es que viene de un poeta; de un poeta a quien le asesinaron a su hijo, Juan Francisco, junto con sus amigos de toda la vida, Julio César Romero Jaime, Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera.
Por eso, el padre escribió una carta abierta porque a la muerte de su hijo y de sus amigos, “se suma —dice la misiva— a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor”.
El poeta, dolido hasta la médula de los huesos, nos habla del pudrimiento del corazón. ¿Quiere decir, entonces, que el corazón del país está podrido? ¿Acaso no es ésta una expresión todavía aún más fuerte que la primera?
Porque es cierto que siempre hemos estado ¡¡¡hasta la madre!!!, pero que yo recuerde, la República Mexicana no tenía el corazón podrido. ¿A partir de cuándo se empezó a podrir? ¿Se podrirá todavía más? ¿Qué se hace con un corazón podrido? ¿Quién lo podrá curar, sanear y quitarle toda la podredumbre? Afortunadamente, contamos en nuestro país con un poeta, cuya sabiduría le permite ponerle nombre y apellido a las cosas.
Javier Sicilia nos da la fórmula. El no nada más protesta y le grita ¡¡¡madres!!! a todos los políticos, sino que nos dice cómo hay que evitar que el corazón del país se sigua pudriendo: “Esa frase —dice Sicilia— debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, «señores» políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, «señores» criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generado nos llevará a un camino de horror sin retorno”.
Como sociedad civil que está ¡¡¡hasta la madre!!! les suplico de lo más encarecidamente, que hagamos lo imposible para evitar dirigirnos hacia el camino de horror sin retorno… del que nos hablar nuestro queridísimo poeta cuyo dolor como padre no se puede describir ni con la poesía.