Susana Hernández Espíndola

Luego de cinco años de ausencia, el esperado regreso de U2 a México es una realidad. Bono, The Edge, Larry Muller y Adam Clayton llegaron el lunes a la ciudad de México, a bordo de un avión privado, para ofrecer tres conciertos en el Estadio Azteca, como parte de su gira 360° World Tour.

Es bien sabido que el grupo irlandés gusta de convivir con sus seguidores y esta ocasión no podía ser la excepción: el martes, Bono cumplió 51 años de edad, fecha que no podían desperdiciar los fans mexicanos para cantarle las tradicionales Mañanitas, a las afueras del hotel donde se hospeda.

En el transcurso del día, el cantante saludó a sus seguidores y salió a degustar comida mexicana, en compañía de su esposa y amigos.

 A su regreso, la prensa nacional le regaló un pastel, con el propósito de que Bono saliera de su habitación para convivir con los fans.

Ante este entusiasta gesto, el cantante salió de su hotel con dos botellas de champagne y varias copas que llenó con la bebida y repartió entre la gente reunida.

Sin duda, parte de la innovación escenográfica que presenta U2 en esta ocasión es “La garra”, una gigantesca estructura de acero, con un sistema cilíndrico de video y otro de audio, que da una visibilidad de 360 grados a los asistentes, sin importar el lugar en el que se encuentren.

La banda escocesa Snow Patrol será la encargada de abrirle las presentaciones a U2 en territorio azteca. En las redes sociales se ha propuesto, desde hace semanas, llevar las banderas de México e Irlanda con globos verdes, blancos, rojos y naranjas.