Beatrz Pagés

 

Ante la proximidad de las elecciones en el Estado de México, Nayarit, Coahuila, Michoacán y los comicios presidenciales en el 2012, las encuestas vuelven a ocupar las primeras planas y espacios de los medios de comunicación.

 

Sin embargo, hay mediciones y cruce de datos que no se hacen y que deberían formar parte también de la cultura morbosa de los medios de comunicación.

 

Los encuestólogos podrían, por ejemplo, medir la relación que existe entre el incremento de la pobreza y el aumento o agravamiento de la violencia; los índices de desempleo y la incorporación de los jóvenes al crimen organizado; el estancamiento de la economía, la falta de desarrollo y el fortalecimiento de los cárteles del narcotráfico.

 

Después de la mala extrapolación que hizo el Presidente de la República para compararse con Winston Churchill y establecer una especie de paralelismo entre la Segunda Guerra Mundial, el nazismo y la guerra que hoy aquí se libra contra el crimen organizado, aparecieron una serie de indicadores económicos que explican, por sí mismos, el fracaso de la estrategia gubernamental.

 

Digamos que, a diferencia de Churchill, quien tenía claro los objetivos, Calderón está viendo a través de una mira equivocada.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía encontró que el número de personas que labora en actividades informales es superior, en proporción, al que trabaja en algún sector formal de la economía. Medición que, por cierto, no toma en cuenta el número de jóvenes y mujeres que hoy se dedican a la prostitución, trasiego de drogas o trata de personas. (La Jornada, 14 de mayo, 2011.)

 

El reporte Horizontes de desarrollo global 2011 del Banco Mundial, publica un listado de las economías emergentes que crecerán en los próximos 15 años a una tasa anual de 4.7 por ciento. En esa lista se encuentran China, India, Rusia, Brasil, Corea del Sur e Indonesia, excepto México. (Reforma, 18 de mayo, 2011.)

 

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe indica que cuatro de cada diez niños en México viven en situación de pobreza. “5.8 millones de personas entre cero y 17 años no tienen acceso a la satisfacción de sus derechos básicos fundamentales”. (La Jornada, 18 de mayo, 2011.)

 

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación convocó a un concurso de fotografía y video para que la comunidad escolar mostrara las condiciones en las que se encuentran los inmuebles de las escuelas públicas. En la exposición se mostraron imágenes de casuchas-escuela a punto de caerse, con baños que bien podrían pertenecer a alguna cárcel o campo de concentración.

 

Si los indicadores arriba mencionados fueran contrastados con el número imparable de víctimas, cadáveres en narcofosas, casos de extorsión y secuestro que hay a diario en el país, se encontraría una relación obvia entre el deterioro de la economía, la cancelación del ascenso social, la mediocridad de la educación y el progreso del crimen organizado.

 

Las autoridades hacendarias siempre presumen de la estabilidad macroeconómica, de que las arcas de la nación están más llenas que nunca; sin embargo, México tiene uno de los niveles de desarrollo más regresivos de la región latinoamericana.

¿Qué hace el gobierno con el dinero?

 

El gabinete tecnocrático sigue metido en la cuadrícula neoliberal del 2 más 2 dan 10, mientras las calles se llenan de miserables. Como bien lo dijeron miles de ciudadanos que salieron el pasado 15 de mayo a manifestarse en las calles de Madrid: “La clase política sólo escucha los dictados del poder económico”.

 

Más que a Churchill, Calderón debe recurrir a la voz de la realidad para combatir de raíz el narcotráfico. La sangre, el sudor y las lágrimas del discurso churchilliano no están en Los Pinos, sino en la vida cotidiana de 50 millones de mexicanos pobres.