El estudio se publicó en la revista electrónica PLoS Pathogens

René Anaya

Aunque en los últimos años se han generado nuevos conocimientos sobre el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), aún se desconocen todos los factores que influyen en la presentación del síndrome en pacientes portadores del VIH.

En particular, se ignora por qué algunas personas enferman y otras no, a pesar de tener el VIH. Inclusive, algunos pacientes en quienes se desarrolla resistencia a los medicamentos antirretrovirales (en contra del VIH) presentan cierta mejora en su función inmunitaria, por lo que se recuperan de las infecciones oportunistas, lo que mejora su pronóstico de vida.

Los cambios del VIH

Se conoce que el VIH ataca y elimina de manera progresiva los linfocitos T CD4, encargados de dirigir la respuesta celular del organismo en contra de agentes patógenos como virus y bacterias. La disminución de estas células del sistema inmunitario vuelve a los portadores de VIH susceptibles de sufrir numerosas infecciones; de tal forma que un simple resfriado que en condiciones normales no causaría mayores problemas, puede complicarse, pues se carece de defensas para combatir el virus. De la misma manera, los portadores de VIH pueden presentar tipos de cánceres poco comunes.

Ante esta situación, además de las medidas preventivas como la utilización del condón y la transfusión de sangre proveniente de donadores sanos, se han realizado avances en el tratamiento de la enfermedad, gracias a la creación de medicamentos antirretrovirales como zidovudina, didanosina, zalcibatina, estavudina, lamivudina, abacavir, zialgen, nevirapina, delavirdina, efavirenz, indinavir, ritonavir, saquinavir y nelfinavir.

De esta manera, los investigadores han logrado obstaculizar la reproducción del VIH, lo que permite que la población de células T CD4 se recupere. En ocasiones, el virus se vuelve resistente al medicamento, gracias a su gran capacidad de mutar o sufrir cambios en su información genética. En esas circunstancias, los médicos prueban con otro antirretroviral.

El tratamiento con varios antirretrovirales puede dar buenos resultados en algunas ocasiones. Pero también se ha observado, en un número reducido de pacientes, que a pesar de que el VIH cree resistencia a los antirretrovirales, se presenta una mejoría en la función inmunitaria; es decir que se recupera la población de células T CD4.

En un trabajo recientemente publicado en la revista electrónica PLoS Pathogens, un grupo de investigadores informó que no todos los VIH son igual de nocivos para el sistema inmunitario. Los doctores Sekar Natesampillai, Andrew Badley, Zilin Nie Nathan Cummins y Gary Bren, de la Clínica Mayo; el doctor Dirk Jochmans de Tibotec BVBA, una compañía de investigación y desarrollo especializada en virología; y el doctor Jonathan Angel, del Hospital Ottawa, de Canadá, realizaron el estudio que abre nuevas perspectivas en el tratamiento del sida.

Cambios benéficos

De acuerdo con un comunicado de prensa de la Clínica Mayo, en un tipo de muerte celular que es única al VIH está implicada la enzima proteasa. Esa enzima tiene como función despedazar las proteínas virales para poder utilizarlas. Al mismo tiempo, crea una proteína llamada Casp8p41, la cual sólo se produce ante una infección por VIH; esta proteína, a su vez, causa la muerte de muchas de las células infectadas.

Sin embargo, los científicos descubrieron que las células infectadas con VIH, que también contienen las mutaciones, produjeron menos Casp8p41, por lo que fue menor la cantidad de células infectadas que murió. Por tanto, aunque hubiese resistencia al antirretroviral, los cambios en el VIH disminuyen su capacidad de eliminar las células del sistema inmunitario.

“Los resultados del estudio actual plantean que, cuando el paciente no responde al tratamiento vigente ni existe disponibilidad de otros fármacos eficaces, lo mejor sería aprovechar que el virus tiene disminuida su capacidad de eliminar a las células T CD4 y continuar con el mismo medicamento”, acota el Dr. Badley.

“Se empezó ya a estudiar —agregó— si el mejor abordaje es el de controlar los niveles Casp8p41, en lugar de medir los niveles virales, y dependiendo de eso, determinar si se cambia o no el tratamiento”.

Además, se informa que los investigadores ya desarrollaron una forma de medir la Casp8p41 en la sangre de los pacientes, por lo que pronto se podría contar con un novedoso método de diagnóstico para el tratamiento del VIH, basado en la predicción de si el virus del paciente disminuirá o no a las células T CD4.

reneanayas@yahoo.com.mx