Luego del accidente nuclear el 11 de marzo en Japón, cuando el terremoto de 9 grados en la escala de Richter y el tsunami provocaron severos daños, entre otros, a la planta nuclear de Fukushima, las autoridades niponas aseguraban que no pasaría a mayores. Sin embargo, las secuelas de la radiactividad comienzan a salir a la luz pública.

En Namie Tsushima, una ciudad ubicada a 30 kilómetros de la zona de evacuación obligatoria, nació un conejo sin orejas.

Cientos de personas han acusado a la empresa nuclear Tepco y al gobierno japonés de ocultar información sobre los reales efectos que podrían ocurrir en consecuencia a las fugas radioactivas en la planta siniestrada.

En YouTube circula el video “Conejito nacido sin orejas después de la explosión de la planta de energía nuclear de Fukushima de Tokio”, en el que se muestra al animal de ojos rojos comiendo en un corral junto a otros pequeños mamíferos.

Tal vez el conejo de YouTube sea algo que despierta curiosidad y, en apariencia, un hecho inocente. Sin embargo recordando los trágicos sucesos en Hiroshima y Nagasaki (1945), se estima que durante los 40 años siguientes fallecieron alrededor de 150 mil personas, víctimas de leucemia y diferentes tipos de cánceres que ocasionaron los posteriores efectos de la radiación.

Hasta el momento ni las autoridades japonesas ni Tepco han aclarado los posibles efectos a posteriori de la radiación en humanos luego de la fuga en la planta de Fukushima.

El video del conejo sin orejas:

 

http://www.youtube.com/watch?v=ScAPOWxVLeE&feature=player_embedded