Nora Rodríguez Aceves

En el cambio del título de concesión de Teléfonos de México (Telmex) para poder ofrecer el servicio de televisión de paga, el gobierno de Felipe Calderón no se confrontará con Televisa, por la actual coyuntura político-electoral del país. Creo que están asumiendo los riesgos de los pros y contras y por la manera en cómo ha actuado el gobierno, particularmente en los últimos años, por las encuestas que reflejan que el PAN estaría muy atrás del PRI en las próximas elecciones del 2012 y considerando que para ellos sería fundamental mantener una buena relación con las televisoras, no pensaría que le dieran el sí a Telmex a pesar de las implicaciones que ello tuviera; finalmente para ellos es mucho más benéfico estar bien con Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego que con Carlos Slim, afirma Gabriel Sosa Plata, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco.

En el marco de la guerra desatada entre los gigantes de las telecomunicaciones en México, el pasado 13 de mayo, Telmex obtuvo una orden del sexto juzgado de distrito en materia administrativa del Distrito Federal para que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) responda de forma “congruente, completa, fundada y motivada” su solicitud para ofrecer servicios de televisión y audio restringido.

De acuerdo a la información publicada por el diario La Jornada, “esta es la segunda orden judicial que la empresa de Carlos Slim obtiene para que el gobierno federal defina el cambio de título de concesión y su entrada al negocio del triple play, en el que podrá vender los servicios de televisión, teléfono e Internet, y entrar a competir con las empresas de televisión restringida que ya tiene esa opción”.

Los escenarios

En espera de la autorización del secretario de la SCT, Dionisio Pérez-Jácome, Sosa Plata expone a Siempre! los distintos escenarios que se podrían dar en esta guerra de las telecomunicaciones, aun cuando hay voces que afirman la inminente entrada de Telmex a la televisión de paga, así como ha trascendido una posible negociación entre Slim y Azcárraga; lo que no significa que se dé una pronta resolución, aunque “puede ser, si se ha llegado, como ha trascendido, a algún acuerdo con Telmex y Televisa y con Televisión Azteca. Un acuerdo finalmente discrecional como se ha dicho allá en la Presidencia de la República. Eso todavía no lo sabemos; pero yo sinceramente no lo veo cercanamente, creo que se puede alargar artificialmente esta decisión hasta el fin del sexenio”.

“Lo cierto es que en las últimas dos semanas han sido muy cautelosas las empresas. Se han quitado las campañas de Telmex que criticaba al duopolio y no se han visto estos spots que criticaban al monopolio de, particularmente, Telcel en la televisión abierta; quizá forme parte de los acuerdos previos. Es decir, sentar a la mesa a los actores, pero quitando estos elementos de controversia que ante la opinión pública se ven más bien como diferencias no necesariamente en beneficio de los consumidores, sino más bien diferencias en cuanto a los negocios y acaparamiento de mercados. De todas maneras, insisto, yo no veo todavía muy claro que esta prohibición a Telmex se le quite de manera inmediata”.

No hay tiempos fatales. “Así, de alguna manera, se ha manifestado en las propias declaraciones. Sí puede haber quizá una respuesta. A la mejor le digan: sí Telmex, se te dará oportunidad para que entres a televisión, pero tienes que cumplir estas condiciones adicionales. Es un sí con un no de fondo. Ese es el doble juego que podríamos estar viendo”.

“Lo otro —continúa Sosa Plata— es que definitivamente digan no, por tales y tales razones que de alguna manera tampoco conviene, porque tendría que justificarse muy ampliamente, documentarse muy ampliamente, una respuesta de esta naturaleza. Más bien se buscará alargar, alargar, esta decisión, estirarla lo más posible, para obtener los beneficios políticos o en todo caso los beneficios en materia de competencia. Si vemos con nobleza esta decisión que esperaría el gobierno con respecto de Telmex”.

El especialista en medios de comunicación y telecomunicaciones advierte que no hay que olvidar que en esta guerra entre gigantes lo que está en juego “es el mercado convergente de las telecomunicaciones en los próximos años. Uno de los negocios que se espera tenga mayor rentabilidad, dado la estabilidad económica en nuestro país y el crecimiento que ha tenido la televisión de paga en México e Internet”.

“Por ello, se convierte en una disputa muy importante de dos colosos que si bien tienen diferencias importantes en cuanto a sus recursos financieros, lo cierto es que son dos colosos en México, uno con una influencia política y cultural muy importante que es el caso de Televisa, y Telmex que tiene una influencia también política, quizá no de las dimensiones que tiene Televisa pero sí económica, por lo que representa Telmex y en general Grupo Carso dentro de lo que es el empresariado mexicano y las empresas que tiene en nuestro país”.

En ese mismo tenor, precisa el investigador de la UAM-Xochimilco, “las dos tienen un peso importante, pero en la actual coyuntura política del país, evidentemente, que pesa mucho más el factor político que tiene, sobre todo, Televisa, en cuanto a la relación que ha tenido esta televisora con la clase política en nuestro país y lo que ha implicado para muchos de estos políticos su presencia cotidiana en las pantallas de televisión, la posibilidad o no de salir en televisión sigue representando hoy en día un aspecto fundamental para la carrera política de cualquier personaje que le interese tener una trayectoria en este ámbito”.

Intereses políticos

Siendo así, los intereses políticos pueden ser un factor importante. “Todavía no sabemos si es definitivo, pero es un factor muy importante porque finalmente el Poder Ejecutivo está evaluando las consecuencias políticas si otorga a Telmex esta posibilidad o se lo niega. En todo caso, y eso es parte de mi planteamiento, tendrá consecuencias. Si deciden otorgarle el sí a Telmex seguramente se confrontarán con Televisa y con Televisión Azteca; sobre todo con Televisa, que a través de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por cable ha sido muy reacia a que Telmex incursione en este nuevo mercado, porque hoy día para Televisa la televisión satelital y la televisión por cable representan ya su segunda fuente de ingresos después de la televisión abierta. Entonces, no es algo que estén dispuestos a aceptar de la noche a la mañana; porque lo que implica Telmex en materia de interconexión, en materia de presencia en telefonía fija, en telefonía móvil, en otros negocios, es un competidor muy fuerte que pondría en riesgo esta generosa fuente de ingresos que Televisa ha tenido particularmente en los últimos años”.

“Si deciden no otorgarle en este caso el permiso podría tener, como se ha visto, implicaciones de carácter jurídico que todavía no sabemos hasta dónde será su alcance; porque lo que ahora existe es una resolución de un juez para que la SCT dé una respuesta a Telmex para saber si es factible o no ofrecer la televisión restringida o de paga; pero también de alguna manera se le está otorgando esta llamada afirmativa que implica que en términos jurídicos para la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) Telmex ya cumplió las condiciones que se le habían impuesto en el acuerdo de convergencia que son portabilidad numérica, interoperabilidad e interconexión y, por lo tanto, estaría en condiciones ya de ofrecer televisión restringida. Sin embargo, la SCT de todas maneras tendrá que dar su opinión”.

Esta respuesta que tendrá que dar el gobierno a través de la SCT, “tendrá que ser una argumentación lo suficientemente sólida para negarle a Telmex esta posibilidad y digo que tendría que ser así; porque parte del debate que se está dando en el sector es de que hay algunos operadores que consideran que realmente Telmex no ha cumplido con la interconexión, mientras que algunos especialistas han dicho: sí ha cumplido y ya está en condiciones; pero se ha sugerido también que dado que se puede hacer una revisión del título de concesión otorgado a Telmex le impongan otro tipo de condiciones y al imponerle otro tipo de condiciones, por ejemplo en materia tarifaria o en una facilitación más amplia de interconexión, no sé, algún otro tipo de condiciones que ya no estarían incluidas en lo que originalmente se había pactado en el acuerdo de convergencia de 2006, lo que tendría implicaciones legales. Entonces, será una batalla jurídica muy importante que dará Telmex en caso de que le nieguen esa posibilidad y quizá para el gobierno sea la manera más sencilla de afrontar la situación, porque no creo que el gobierno de Calderón se quiera confrontar en las actuales condiciones con Televisa y sí como ha mantenido de alguna manera una posición muy acrítica respecto al monopolio de la telefonía fija y de la telefonía móvil”.

Aunque en este escenario también saldría perdiendo el gobierno federal, agrega Sosa, “y podría tener implicaciones jurídicas e incluso podría tener implicaciones políticas. Pero yo creo que están asumiendo los riesgos de los pros y contras y por la manera en cómo ha actuado el gobierno particularmente en los últimos años, por las encuestas que reflejan que el PAN estaría muy atrás del PRI en las próximas elecciones del 2012 y considerando que para ellos sería fundamental mantener una buena relación con las televisoras. No pensaría, por lo tanto, que le dieran el sí a Telmex a pesar de las implicaciones que ello tuviera. Finalmente, para ellos es mucho más benéfico estar bien con Azcárraga y Salinas Pliego que con Slim”.

En este litigio de Telmex sobre el proceso para permitirle la entrada al mercado de la televisión, la mayor responsabilidad es del gobierno, quien ha sido “un factor preponderante. Las empresas finalmente actúan bajo la lógica de sus intereses empresariales, de expansión y de mercado. Parte del desorden que tenemos en el sector se ha debido al gobierno federal, por supuesto incluida la SCT, la Comisión Federal de Telecomunicaciones, la misma Comisión Federal de Competencia, la Secretaría de Hacienda, son algunos de los que están involucrados con este tema y con otros también del sector de las telecomunicaciones; pero también parte de la responsabilidad la tiene el Poder Legislativo que, desde el tema de la ley Televisa, no se ha actualizado el marco jurídico de los medios de comunicación y de las telecomunicaciones ni tampoco se le ha dado la fortaleza suficiente al órgano regulador tal como lo recomiendan los organismos internacionales”.

Un capítulo más

Por lo tanto, “es una responsabilidad compartida y es el gobierno quien controla el mercado. Es el gobierno el que establece las políticas públicas, las directrices. Las empresas actúan conforme a lo que está; es decir, si el sistema jurídico permite suspensiones de decisiones de Cofetel, si el sistema jurídico permite los amparos, no es culpa de los operados. Finalmente ellos, insisto, actúan bajo su propia lógica. La responsabilidad mayor es de quien debe poner orden en todo ello y en crear las condiciones a favor de la competencia y no sólo en beneficio de algunas empresas en particular”.

Por eso, para Gabriel Sosa este es sólo un capítulo más de la guerra entre los gigantes de las telecomunicaciones. “Es una historia todavía no escrita. Se seguirán generando diversas controversias político-jurídicas y dado el entorno preelectoral, porque sabemos que será una batalla muy importante las elecciones en el 2012. Todo esto contamina, porque los legisladores no están pensando en una reforma integral de los medios de comunicación y buscar soluciones viables para crear un entorno mucho más competitivo y equilibrado en el sector de las telecomunicaciones, sino más bien en la posibilidad de mantenerse: el PAN en el poder y el PRI de aspirar a la Presidencia de la República. Entonces, muchas de estas decisiones responde más a esa lógica de coyuntura política que a una lógica realmente en beneficio de los consumidores, como en muchos otros aspectos desafortunadamente”.

Por eso, Sosa dice: “Hay que estar al pendiente si finalmente se da algún acuerdo cupular entre los actores en conflicto y el Presidente de la República o al menos el secretario de la SCT que, obviamente, va con el aval del Presidente. Que todo esto se solucione o que parte del reacomodo de mercados se solucione con decisiones meramente discrecionales desde el Poder Ejecutivo y no sobre verdaderas políticas públicas de largo alcance. Ese es uno de los grandes riesgos de todo esto”.