Susana Hernández Espíndola
Lo que parecía un futuro prometedor para Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional (FMI), ahora parece irse a la borda.
Ante el asombro mundial, Strauss-Kahn, de 62 años de edad, fue detenido el pasado 14 de mayo, en el aeropuerto JFK de Nueva York, acusado de agresión sexual a una trabajadora del Sofitiel New York Hotel, de Manhattan.
Ha sido un personaje controversial del ámbito político francés. En su desempeño como ministro del Comercio Exterior (mayo de 1991 a marzo de 1993) ganó prominencia como uno de los artífices de la recuperación económica gala en la década de los años 90. Recortó el déficit fiscal y facilitó la ruta para la entrada de Francia a la Unión Europea, que unificó su moneda al euro.
De 1997 a noviembre de 1999 desempeñó el cargo de ministro de Economía, puesto que dejó en medio de denuncias de corrupción. Por supuesto, fue absuelto de dichos cargos.
En 2007 intentó ser candidato de los socialistas franceses a la elección presidencial, pero perdió ante Ségolene Royal.
Fue nombrado director gerente del FMI en 2007. En su pasado ya había llamado la atención por tropiezos en su vida personal. En 2008, poco tiempo después de haber ingresado el FMI, lo acusaron de haber tenido una relación sentimental con una economista del FMI, que abandonó la institución al acogerse a un programa de bajas incentivadas. Posteriormente, él se disculpó calificando el asunto como “un grave error de juicio”.
En su gestión al frente del FMI se le acredita el haber ayudado a promover las economía en desarrollo.
Está casado, en terceras nupcias, con la periodista de televisión Anne Sinclair y es padre de 4 hijas.
Strauss-Kahn compareció este lunes ante la juez del caso, quien le negó la solicitud de libertad bajo fianza de dos millones de dólares que presentaron sus abogados defensores, y ordenó que fuera enviado a la célebre prisión neoyorquina de Rike Island, al menos hasta la próxima audiencia fijada para el viernes 20 de mayo.
Desde una celda, y ya no atrás de un escritorio, tendrá que hacer frente a dos cargos de acto sexual criminal en primer grado (término empleado para los casos de sexo oral), intento de violación en primer grado, abuso sexual en primer grado, encarcelamiento ilegal en segundo grado, abuso sexual en tercer grado y tocamientos forzados. Para la comprobación de estos tres últimos delitos, a Strauss-Kahn le tomaron muestras de ADN este lunes.
Los siete cargos que se imputan al economista podrían acarrearle una condena de hasta 74 años de cárcel.