Irma Ortiz

Para Edgardo Buscaglia, especialista internacional en seguridad internacional, la muerte de Osama Bin Laden es una victoria estratégica de Estados Unidos.

Sin embargo, expresa su preocupación por la forma en que el gobierno norteamericano manejó, custodió y dispuso del cuerpo del terrorista ya que, advierte, sólo fomenta la especulación y alimenta teorías conspiratorias  que al final, resultan malignas.

No es un hecho aislado

¿Su opinión sobre el operativo para eliminar a Bin Laden?
La detención de personas vinculadas a Al Qaeda, en este caso la eliminación de Osama Bin Laden en territorio paquistaní, se realiza a través de un operativo sin conocimiento del gobierno de Pakistán, aunque ciertos elementos del ejército paquistaní tuvieron que haber estado al tanto. Esos operativos son muy frecuentes en territorio paquistaní, en Afganistán y otros países del mundo.

Estados Unidos está realizando operativos encubiertos y ya no tan encubiertos en contra de esta gente. El haber eliminado a Bin Laden representa una victoria estratégica luego de que este hombre se fugó de la justicia por más de una década. Estamos hablando de 1993 y luego el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. El presidente Bill Clinton, en su momento, intentó eliminar a Bin Laden cuando estaba éste en Afganistán en los años 90.

No lo vería yo como un hecho aislado. Clinton intentó eliminarlo a través de misiles que lanzaron desde buques de guerra en el Golfo Pérsico, pero un operativo quirúrgico donde lo localizan en una mansión en Pakistán es una importante victoria estratégica.

Sin embargo, no podemos decir que Al Qaeda se ha debilitado desde el punto de vista ideológico. Seguramente va a convertir a Bin Laden en mártir, venerado por cientos de miles de jóvenes alrededor del mundo. Operativamente hablando, las células de Al Qaeda continúan pujantes.

Puede argumentarse que la muerte de Bin Laden va a energizar el flujo de reclutamiento de jóvenes hacia Al Qaeda y los cientos de células durmientes, algunas conocidas.

Jóvenes, materia prima de Al Qaeda

Desde Indonesia hasta Estados Unidos y Europa, van a seguir operando a través de jovencitos menores de 18 años, mujeres y jóvenes que se incorporan a las células, se atan explosivos alrededor de su cuerpo y se hacen explotar, que para uno que está fuera de este tipo de marco ideológico representa un acto de fanatismo extremo.

Si estudias los perfiles de estos jóvenes que se incorporan a estas células y se adhieren a la ideología de Al Qaeda, son jóvenes que surgen de ámbitos sociales donde existe mucha discriminación, conflictos bélicos, pobreza, ausencia de oportunidades, falta de educación y de oportunidades de trabajo. Jóvenes que se incorporan a estas células como producto de un gran resentimiento hacia los Estados Unidos y que están convencidos de que el mundo está contra ellos.

Para este tipo de jóvenes integrantes de Al Qaeda, hay políticas de prevención social muy importantes, que hoy en día están ausentes en la mayor parte de los países islámicos y que hay que ofrecer con mucha rapidez para neutralizar, para que los ataques suicidas cesen.

Estas células con jóvenes menores de 18 años contrastan con los ideólogos de  Al Qaeda que son muchas veces personajes como Alzawahiri, el segundo de Bin Laden, un personaje con estudios universitarios, con un perfil de clase media alta. Bin Laden es el perfil que pertenecía a la clase alta, si bien no formaba parte de la realeza saudita, sus padres tenían un control patrimonial sobre enormes fortunas.

Los ideólogos de Al Qaeda, que están en un círculo más cercano a Bin Laden, siguen activos y van a seguir operando de manera adecuada, con efectividad. Esa gente no va a desaparecer simplemente porque Bin Laden haya sido eliminado el domingo pasado.

Hay que atacar a esta organización amorfa con una gran cooperación internacional para bloquear el financiamiento de operaciones terroristas, que son de muy baja escala, células aisladas, sin un comando central.

Es importante la victoria desde el punto de vista estratégico haber eliminado a Osama, pero estamos lejos de eliminar o contener a Al Qaeda y a sus franquicias de grupos terroristas que tiene alrededor del mundo.

¿Podríamos esperar pronto ataques terroristas?
Es probable que ataquen objetivos blandos, que son más fáciles de penetrar como son las mezquitas, las iglesias. Esos objetivos son normalmente los favoritos porque estos grupos terroristas normalmente no se lanzan contra bases militares. Atacan objetivos blandos, con mucha gente, donde pueden causar mayor cantidad de víctimas.

Sin embargo, se puede acelerar la frecuencia de ataques en diferentes países, esperemos que no sea así y que los órganos de inteligencia logren contener estos ataques que están planificando.

Vendrán las especulaciones

Se criticó mucho el operativo donde matan a Bin Laden y luego su inhumación en el mar.
El manejo del cadáver de Bin Laden respondió a la necesidad de Estados Unidos de pretender neutralizar el impacto social de su muerte. Ciertamente dejar rastros físicos o un lugar físico donde el cadáver pudiese estar enterrado —como indica la religión islámica— hubiese generado flujos descontrolados de personas que querrían tener acceso a su tumba y eso generaría factores de inestabilidad sea donde sea que está enterrado.

¿Por qué no le dieron acceso al cuerpo en Pakistán? Por obvias razones, Pakistán está sufriendo en estos periodos muy altos niveles de fanatismo religioso, una enorme proporción del pueblo paquistaní está acuñando ataques terroristas contra Estados Unidos y si se hubiese conocido que el cuerpo de Bin Laden estaba en algún lado de ese país, se generarían hordas indescriptibles de personas.

Se trató de neutralizar de manera muy torpe la reacción social por la eliminación de Bin Laden. Al parecer se llevan el cuerpo en un buque de guerra y lo lanzan al mar, luego de haber realizado los ritos básicos de la religión islámica, pero lamentablemente no se hizo de manera adecuada. Va a existir mucha especulación sobre cómo realmente murió este hombre.

Hay una tendencia generalizada a no creerle al gobierno norteamericano, luego de los diferentes episodios donde se aseguró que existían armas de destrucción masiva en Irak y no existían. Hay un descreimiento generalizado de las  aseveraciones del gobierno americano. Lo que sí es cierto es que Bin Laden ha sido eliminado, el presidente Obama jamás se hubiese atrevido a asegurarlo, si no hubiese sido así.

La forma en que se manejó, en que se custodió y se dispuso de ese cuerpo, obliga a la especulación. Se generó especulación que obviamente alimenta teorías conspiratorias y son malignas.

Hay que actuar ante este tipo de situaciones con respeto a la dignidad de las diferentes culturas. Los Estados tienen que actuar por encima de las reacciones naturales de venganza que un ser humano promedio pueda tener en el caso de Bin Laden. El Estado norteamericano, en este caso el gobierno, debe elevarse por encima de las bajas pasiones populares y evitar denigrar la figura de Osama.

Sin embargo, es importante que la población en general del mundo conozca la forma en que se eliminó a esta persona, no hay razón para no conocer los detalles de cómo fue eliminado. La mejor política es la transparencia, es decir, cómo se llegó a localizarlo —sin revelar los canales de inteligencia—, pero conocer si se intercambió fuego y hasta qué punto este hombre opuso resistencia.

El caso Bin Laden genera efectos de masas importantes en las poblaciones de países islámicos que se alimentan de antiamericanismo, que generan inestabilidad a los gobiernos que colaboran con la Unión Europea y Estados Unidos. El antiamericanismo se ve exacerbado por la manera en que se trata la figura de Bin Laden después de su muerte, por la ausencia de transparencia de cómo fue eliminado o es alimentada por teorías conspiratorias de diferentes grupos que lo único que pretenden es enaltecer la figura de un terrorista.

No hay que olvidar que Osama fue el principal autor intelectual de los ataques del 11 de septiembre y que eso de alguna manera justificó la invasión a Afganistán y muchas de las políticas antiterroristas, erradas o no, que se implementaron en los últimos 10 años.

El caso de Bin Laden hay que tratarlo con mucho cuidado, evitar que se cometan excesos, lo que no significa que no se conozcan los detalles de cómo se dio el operativo, pero tampoco que se intente inclusive humillar a toda esa gente que pretende hacer figurar a este hombre como un héroe popular, cuando es un terrorista.

Hubo una reacción popular, pero el gobierno se tiene que elevar muy por encima de eso y es una preocupación que tenemos todos.

No es sólo una lucha popular contra estos grupos terroristas, hay una lucha ideológica, no hay que bajar la guardia. No hay que cometer errores, como creo, que están cometiendo por la forma en que se manejó el cuerpo de este hombre.