Susana Hernández Espíndola

De recibir el beneplácito del gobierno mexicano, Earl Anthony Wayne —diplomático de carrera desde 1975— se convertirá en el embajador de Estados Unidos en México. Sustituirá al saliente Carlos Pascual, quien renunció el pasado 19 de marzo.

Visto como una personalidad respetada en la diplomacia estadounidense, a Wayne no se le considera un experto de la relación México-Estados Unidos.

Es embajador adjunto de Estados Unidos en Afganistán y ha servido antes como embajador en Argentina (2006) y subsecretario de Estado en funciones para Asuntos Económicos.

Durante una licencia diplomática, Wayne trabajó como corresponsal para el diario Christian Science Monitor en temas de Seguridad Nacional. Después regresó al servicio exterior como director de Asuntos Regionales para el embajador de acciones antiterrorismo entre 1989 y 1991.

Wayne, de 60 años, es originario de California. Posee una licenciatura en Ciencias Políticas de la Universidad de California, en Berkeley; una maestría en la misma disciplina de la Universidad de Stanford y de Princeton, así como una maestría en Administración Pública de la Universidad de Harvard. Es casado y tiene dos hijos.

De 2006 a junio de 2009 su paso por Argentina provocó una de las etapas más críticas entre Estados Unidos y el país sudamericano, derivado de las maniobras de inteligencia de Wayne, ya que su gobierno atacó duramente al ex presidente Néstor Kirchner y luego a su esposa Cristina Fernández.

Uno de los puntos más álgidos como embajador en el país sudamericano fue cuando en la aduana argentina fue detenido el empresario estadunidense-venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, a quien se le incautó una maleta con 800 mil dólares. Todo empeoró cuando un fiscal estadunidense afirmó que ese dinero estaría destinado a la campaña electoral de Cristina Fernández y era enviado por el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Posteriormente se comprobó que en ese suceso estuvo involucrada la CIA y que el gobierno estadunidense nunca extraditó a Antonini para ser juzgado por contrabando y lavado de dinero.

Desde el año 2009 hasta hoy, Wayne es el segundo mando a cargo de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos en Afganistán. Y dada su procedencia, algunos políticos mexicanos, como Porfirio Muñoz  Ledo, ven al futuro embajador norteamericano como el propulsor de un abierto proceso de ocupación militar.

Se comenta en la esfera diplomática que tendrá que conducirse como un “diplomático consumado”, porque llegará a México en medio del ambiente electoral rumbo a las presidenciales de 2012. Cuando hay campañas presidenciales hay una tendencia de los candidatos a atacar a los Estados Unidos o a sus enviados por interferir en los asuntos internos de México.