Esto apenas comienza
El buen juicio sin audacia es inútil.
Gustavo Le Bon
El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, ha sido forzado a salir a la pelea por la candidatura presidencial panista con la postulación pública hecha por un grupo de panistas, la mayoría afín al calderonismo. La reacción entre los otros aspirantes a la candidatura fue de confusión. Explicable, pues creyeron que la decantación de aspirantes panistas, sobre todo del gabinete presidencial, empezaría hasta después de las elecciones del próximo 3 de julio.
Más confusión aún entre los analistas y politólogos, cuyas conclusiones partieron de la premisa de que se trataba de “revivir la vieja práctica priísta del destape”. En este espacio no coincidimos con esa visión simplista de circunstancias muy complejas, como las que enfrenta el gobierno del presidente Felipe Calderón a 13 meses de las elecciones presidenciales.
Por ahora, el grupo gobernante ejerce su derecho a defender sus políticas públicas y su gestión. Considera que de los aspirantes panistas es Cordero quien mejor garantiza la continuidad de esas políticas públicas, las cuales están convencidos son benéficas para la nación.
Insistimos en el condicionante por ahora porque a pesar del entusiasmo de algunos, el secretario de Hacienda no tiene la candidatura en la bolsa. Nos explicamos.
El empuje de sus partidarios lo obliga a dejar la actitud cautelosa con que enfrentó la posibilidad de ser candidato presidencial. Es una posición que no admite tibiezas y sí exige inteligente audacia. Es apenas el primer impulso a su eventual candidatura. Dependerá de él y sus partidarios mantener y fortalecer cada vez más ese impulso inicial. Y sobre todo conseguir que ese impulso le alcance, primero para convencer a los militantes panistas, y segundo para convencer a los ciudadanos que habrán de votar en 2012.
Con este destape también podrá averiguar el grupo gobernante si los otros aspirantes tienen el temple que requiere enfrentar a un adversario que ha recibido el primer empujón desde Los Pinos.
En la medida que muestren temple, estarán en la lista corta, en previsión de que el carácter mismo de Cordero le impidiera mantener el impulso hasta el próximo otoño y alguno de ellos se convierta en el candidato del grupo gobernante.
En realidad la contienda se reduce a cuatro: Cordero, Alonso Lujambio, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, este último con menos posibilidades porque es visto con recelo por los calderonistas.
Y no, no es un proceso al estilo del PRI del siglo pasado. Primero, porque ya ni el PRI utiliza ese método, a pesar de las leyendas urbanas. Segundo, porque son las circunstancias las que han obligado al presidente Calderón a adelantar el proceso de selección interna en su partido, toda vez que el PAN era el único de los tres grandes partidos que no tenía claramente definido cuáles serían sus posibles contendientes para 2012.
Las circunstancias, no ningún estilo del pasado, han obligado al presidente Calderón a poner en marcha el proceso y a mostrar su primera carta. Esto apenas empieza.
jfonseca@cafepolitico.com