Haydée Rosovsky/Especialista en salud pública y adicciones

Nora Rodríguez Aceves

La estrategia de represión, de cero tolerancia, no ha demostrado virtudes, porque no ha disminuido el consumo y la disponibilidad de drogas y cuando se cree que se ha podido controlar un tipo de drogas, por ejemplo, los americanos estaban muy orgullosos de que había menos cocaína circulando, en un momento dado, lo que se vio es que eso fue a costa de un aumento enorme en la metanfetamina, es como un agujero que uno cree que está tapando y surge otro.
“Esta estrategia está costando demasiado en dinero en vidas y en una falta de respeto a los derechos humanos. Los consumidores de sustancias no necesariamente son criminales, son criminales porque los ponen en esa situación”, afirma Haydée Rosovsky, especialista en salud pública y adicciones.
No obstante, a cuatro décadas de Lucha contra las drogas, se han ejercido acciones que han sido semiexitosas, otra definitivamente han sido negativas. Entre los avances que se han dado en este tiempo podemos destacar que se ha hecho mucha investigación sobre los tipos de sustancia; que se han podido ensayar muchos tratamientos, y se ha podido avanzar sobre el conocimiento científico de las drogas”.
Frente a este panorama, Haydée Rosovsky se une a las voces que claman la legalización de la mariguana para uso medicinal: “Hay que cambiar el marco legal. Hay sustancias como la mariguana, que tienen que ser regularizadas, tener un marco regulatorio, en donde no se les vea como sustancias prohibidas sino que puedan estar muy controladas, pero al alcance de la población mayor de edad. Porque está demostrado que no causa los daños que ocasionan otras sustancias y esto lo está demostrando Estados Unidos”.
Asimismo, otras sustancias, otras drogas, también tienen que ser puestas en la mesa de discusión, “porque para mí el adicto a una droga es un enfermo, no es un criminal, por lo tanto si llegó a desarrollar una dependencia, una adicción, tiene que ser tratado por los mecanismos sociales y de salud mejores que ya se sabe cuáles funcionan y cuáles no. Eso tiene que ser puesto a su servicio, a servicio de la población, sin pensar que el haber tenido este problema sea una debilidad moral o un vicio o una carencia de algún tipo. Es muy importante ver al adicto como una persona que requiere ayuda, pero esa no la encontrará en la cárcel definitivamente”.
El combate se inició hace 40 años, cuando el presidente Richard Nixon declaró esta guerra contra las drogas, y desde luego como México siempre ha tenido una situación tan cercana y tan perversa muchas veces con Estados Unidos, se ha visto obligado o dependiente hasta cierto punto de las políticas que Estados Unidos tiene.
Muchos años de sube y baja
En ese sentido, quien fuera directora del Consejo Nacional Contra las Adicciones, durante la gestión del doctor Juan Ramón de la Fuente como Secretario de Salud, explica a Siempre! que “el propósito de tener esta guerra basada supuestamente en las tres convenciones que se realizaron en Naciones Unidas dirigidas al control tanto de la oferta como de la reducción de la demanda de drogas, era atacar los dos aspectos, de los cultivos, de la distribución, de la venta, y prevenir el consumo, dar estrategias de tratamiento, pero lo que nos tiene muy decepcionados es que el propositivo que era disminuir el consumo de drogas, disminuir la disponibilidad de drogas en la sociedad con este combate, no se ha logrado”.
“Ya son muchos años con sube y baja en cuanto a la intensidad. Ahora estamos en un momento de altísima intensidad con el gobierno del presidente Felipe Calderón, pero por más que se ha hecho un esfuerzo enorme muy costoso en términos de dinero y de vidas humanas, la disponibilidad de drogas sigue. Ahí no ha subido el precio como se esperaba, no ha disminuido la cantidad de drogas circulante. Entonces los chicos tienen acceso a las drogas de la misma manera como si no hubiera pasado nada”.
En ese sentido, “la estrategia no está funcionando, porque el objetivo era que se disminuyera la cantidad de drogas circulantes que llegaba a los consumidores y que por lo tanto disminuyera la frecuencia de consumo la cantidad que se consumía y eso desgraciadamente no está pasando”.
Además hay que señalar —dice—: “Existe una dicotomía entre lo que está pasando en Estados Unidos y lo que está pasando en México, es decir, Estados Unidos por un lado tiene una política de cero tolerancia al consumo de droga; sin embargo, ya la mayoría de sus estados han prácticamente legalizado la mariguana para uso medicinal; pero todo el mundo piensa que es la antesala de la total despenalización de las drogas. Muchos país han despenalizado la mariguana, países con los que nos podemos comparar en cuanto al nivel de desarrollo como Portugal, en donde si a una persona se le encuentra fumando mariguana no va a la cárcel”.
“El tema de la mariguana ha generado mucha controversia, porque está clasificada según las Naciones Unidas como una droga de alta peligrosidad. Está en el mismo nivel que la heroína y que la cocaína, y eso no es válido, porque los fundamentos científicos no lo sustentan. No se sabe de ninguna caso documentado de muerte por sobredosis de mariguana, en cambio de heroína, morfina, sí, incluso de cocaína, de volverse a dicto es una gran adicción física, pero la mariguana, no, no es que ésta no haga nada, desde luego nosotros sabemos que si una gente ha fumado mariguana tiene que evitar conducir vehículos, como con el alcohol. Es más, agregaría aquí que la droga que más mata es el tabaco y la que crea también más muertos y problemas sociales es el alcohol y sin embargo son dos drogas legales que tienen controles, que tiene regulación, no se le venden a menores de edad. Hay control sobre la venta de que en ciertos lugares no se vende, pero son legales, y eso es lo que se pretende cambiar, el enfoque que ahorita se tiene sobre el uso la mariguana”.
“Cuando se habla de legalización hay una fantasía, la gente en general primero se opone o se resiste, porque cree que se venderá en los puestitos de la calle y no es así, los países que han hecho un marco legal distinto lo que han hecho es hacer una regulación como la que tienen las bebidas alcohólicas y el tabaco. No existen pruebas, fundamentos científicos, para considerar a la mariguana como una droga tan dura, tan peligrosa, nadie está negando que tiene efectos sicotrópicos, es decir, te cambia el estado de ánimo si no sería una droga, pero finalmente está muy en cuestión si crea dependencia física o solamente psicológica. Entonces hay mucha controversia”.
“Desde luego Estados Unidos trata de imponer que tiene la misma peligrosidad que todas las demás drogas, peo en realidad nosotros sabemos que los niños que inhalan el cemento y todas estas sustancias químicas que se consiguen en una tlapalería o la gente que fuma tabaco o los que ahora consumen mucho metanfetamina, el éxtasis y todas esas cosas producen daños mucho más severos que la mariguana”.
De ahí que lo que se requiere en estos momentos es un debate científico, basado en pruebas científicas, no ideológicas, no en la mera política, sino que tenga esas características y hay ya muchos estudios. Lo que pasa es que hay también casos en donde por ejemplo la Organización Mundial de la Salud, mandó a hacer un estudio sobre el tema de drogas y cuando vieron que los resultados no coincidían con lo que esperaba Estados Unidos lo guardó en un cajón. Lo mismo sucedió con un estudio muy serio hecho por la Academia de Medicina estadounidense y que también los resultados demuestran que en el caso de la mariguana no hay motivos para tenerla clasificada como una droga de alta peligrosidad. Entonces, ese es un ejemplo de la irracionalidad que está privando ahorita”.
La maestra en salud pública comenta que conoce mucha gente que ocupa puestos públicos, que trabaja en el Congreso, que pueden tomar decisiones, y que en privado están de acuerdo en que se dé esta legalización, pero cuando están en sus funciones ya públicas no asumen esa posición, porque tienen miedo, cuidan su trabajo, cuidan no hacer olas como se dice, y cuidan no ponerse en contra de sus superiores o lo que sea, pero ya es el momento, ya hay demasiadas voces en el mundo, instituciones serias que se han manifestado de esta manera en todo el mundo. Entonces, no se trata de tirar a la basura todos los esfuerzos. Todos sabemos que la delincuencia organizada debe ser combatida, la gente que le vende a los niños, la gente que explota a los campesinos para que planten ciertas sustancias; en fin, hay muchas áreas en donde se tiene que seguir dando una lucha, pero lo que no se vale es que se criminalice a los consumidores”.
Debatir la efectividad de la actual política de prohibición “es el primer paso para contrarrestar el consumo y la disponibilidad de las droga. No tenerle miedo a un debate, no tenerle miedo a una discusión racional, aquí en México hay mucho miedo a discernir, al debate, a la confrontación, pero la confrontación no significa una pelea, no significa que tendrá que ir al área personal no, estamos hablando de temas sobre los cuales nadie puede decir que descubrió la verdad absoluta, todos tenemos pedazos de verdades, se trata de poder sentarse y discutir todos los sectores que están involucrado, educación, salud, justicia, sociedad, las asociaciones civiles, los que tratan temas de juventud, de derechos humanos, de mujeres”.
Derechos humanos
En ese sentido, Haydée Rosovsky comenta las propuesta que hace el Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas, del cual forma parte su asociación civil Centro de Respuestas Educativas y Comunitaria, “las propuestas se hacen en un sentido de defensa de los derechos humanos, los consumidores no son criminales, pero desde esta perspectiva vigente pareciera que sí. Proponemos un enfoque más de salud pública, no es que le digamos bravo o felicidades al que consume drogas, pero desde luego que sabemos perfectamente que existen distintos tipos de consumidores, ojo, porque conozco gente y en las encuestas salen también en los resultados gente que fuma mariguana por ejemplo el fin de semana o para relajarse como lo que pasa con el alcohol, no todos los que bebemos alcohol somos alcohólicos; entonces, eso pasa también con la gente que consume estas otras sustancias; hay algunos consumidores que son ocasionales, sociales o con fines de relajación, de sentirse mejor, de vivir un poco menos tensionado”.
Aunque, “sí hay gente que se ha clavado que ha desarrollado una dependencia a estas sustancias sobre todo a las que sí causan mayor adicción y esa gente requiere tratamiento porque su vida se ve completamente sumergida en el consumo de esta sustancia a la cual desarrollaron una adicción, pero no todos los consumidores les pasa eso. Lo importante aquí es que se puedan desarrollar buenas estrategias de tratamiento para que las personas que así lo requieran tengan a dónde acudir, incluso que haya buenas estrategias de prevención para señalar las verdades de las drogas no los mitos, porque hay mensajes que afirman que si fumas un cigarro de mariguana ya te hiciste adicto, y tu cerebro se convierte en un mole de olla, no es así, eso no va con la realidad, eso lo saben los chichos si tienen o un hermano que ya fuma, o conocen a alguien en su barrio o ellos mismos ya han experimentado se dan cuenta que lo que les están diciendo no es verdad o es una verdad a la que le agregaron demasiados ceros. Entonces, eso no crea confianza en los programas que se hacen para los jóvenes se les dice muchas cosas que no están fundamentadas”.
Además, asegura la cofundadora y directora técnica del Centro de Respuestas Educativas y Comunitarias, hay “muchos factores que conspiran para que un chico se meta en el mundo de las drogas, lo que nosotros realizamos en nuestra asociación y otros estudios que se han realizado aquí en México, señalan que un muchacho que a los 14, 15 años tiene un proyecto de vida, una motivación, un interés, una pasión por algo, puede ser futbolista profesional, músico o lo que fuera, no tiene que ser una ocupación o una pasión convencional necesariamente, siempre que tiene este interés por algo, esta curiosidad y este proyecto, ese es un factor preventivo del consumo de droga, además de la educación, y de que los padres estén educados sobre estos temas”.