Si se sospecha que una persona está ilegalmente en Estados Unidos, sólo si su aspecto no es anglosajón, será detenida por las autoridades estadounidenses por considerársele un “criminal”. Así está establecido en la nueva ley contra inmigrantes en Alabama, que fue aprobada este jueves.

No obstante la petición de las organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes, en el sentido de que no la autorizara, el gobernador Robert Bentley promulgó la Ley HB 56 que, al igual como lo hizo Arizona en 2010, criminalizó la estadía indocumentada.

La ley entrará en vigor  el 1 de septiembre y otorga poderes extraordinarios a las policías locales (estatal y municipal) para que sus agentes arresten a individuos si tienen la sospecha que se trata de indocumentados.

La HB 56, además de criminalizar la permanencia sin papeles, obliga a los comerciantes a verificar el estado migratorio de sus trabajadores. Convierte en delito estatal no llevar consigo documentos de identificación. Las empresas con más de 25 empleados están obligadas a inscribirse en el programa federal E-Verify. Convierte en delito estatal el transportar o dar albergue a un indocumentado y exige que las escuelas públicas determinen el estado migratorio de sus estudiantes matriculados.

Ante ello, el gobierno mexicano lamentó la promulgación en Alabama de la ley HB 56, “que criminaliza la migración y abre espacios para la posible aplicación indebida de la legislación por parte de autoridades locales”.

La cancillería considera que a partir de ahora, “tomando en cuenta los precedentes legales sentados” por cortes estadounidenses sobre la Ley SB 1070, de Arizona, y con la HB 497, de Utah —ambas restrictivas con los migrantes—, “se utilizarán todos los recursos disponibles para defender los derechos y la dignidad de los mexicanos en Alabama”.

En Alabama viven entre 50 mil y 70 mil inmigrantes indocumentados, la mayoría de ellos provenientes principalmente de México.