Fukushima: Los problemas no cesan
Alexander Serikov
¡Cómo me gustaría dejar de cubrir el tema del desastre ocurrido en la central nuclear japonesa de Fukushima! Y no es porque ya me sienta aburrido sino porque la central sigue siendo una llaga por el momento incurable que amenaza no sólo al pueblo japonés sino también a los pueblos de otros países.
Eso se debe en mucho a que TEPCO, empresa operadora de la central, no será capaz de liquidar para fines del año en curso –como fue anunciado anteriormente- las consecuencias del accidente ocurrido el 11 de marzo último. Según informó la agencia noticiosa japonesa Kiodo, la causa de esta tardanza es que se derritió el combustible en los tres reactores. La empresa planeó tomar bajo control la situación en la central durante seis, máximo nueve meses.
Pero otro accidente –la ya mencionada colicuación del combustible– rompió el orden del cumplimiento de los trabajos de reparaciones. Para perfeccionar el sistema de enfriamiento la empresa operadora decidió instalar un nuevo mecanismo de circulación del agua. Mientras tanto, según informó la agencia china Xinhua, el nuevo mecanismo del enfriamiento de la parte interior del reactor número 5 así como del tanque con el combustible gastado fallaron, lo que provocó el aumento de la temperatura dentro del reactor.
En lo que se refiere al impacto causado por la radiación al medio ambiente, las pruebas del suelo tomadas en los 11 puntos de la prefectura de Fukushima a la distancia de 22 a 62 kilómetros, indicaron la presencia del estroncio radiactivo. Y aunque las autoridades aseguraron que este elemento no era nocivo para la salud humana, tal noticia suscitó cierta preocupación.
La preocupación creció cuando la Agencia Japonesa de la Seguridad Nuclear e Industrial – NISA – publicó los resultados de las pesquisas conforme a los cuales la cantidad del material radiactivo lanzado a la atmósfera durante los primeros días seguidos al desastre ocurrido en la central nuclear de Fukushima, era dos veces más grande de lo que había sido anunciado en aquel entonces.
Los expertos de la NISA también publicaron los resultados de sus propias investigaciones del estado de las barras del combustible de los reactores número uno, dos y tres. Ellos aceptaron que el proceso de colicuación de las barras en estos reactores acaeció más rápido de lo estimado por los expertos de la empresa operadora TEPCO. Los datos publicados por la NISA serán de apoyo para el reporte que la delegación japonesa planea presentar en la conferencia que la Organización Internacional de Energía Atómica (AIEA) convocó para el 20 de junio en Viena.
En cuanto a la Agencia Internacional de Energía Atómica, este organismo mundial redactó un informe dedicado al accidente en Fukushima. El grupo de expertos de esta Agencia formado por 18 especialistas de 12 países, entre ellos los de EU, China y Rusia, realizó las investigaciones en las tres centrales nucleares japonesas y llegó a la conclusión de que estas centrales no están preparadas suficientemente para enfrentar los impactos destructivos de los tsunami.
La compañía de Radio y TV de Japón Nippon Hoso Kyokai – NHK – informó que el reporte de la AIEA contiene fuertes críticas dirigidas contra el gobierno japonés que había menospreciado las recomendaciones dadas por el organismo internacional a las autoridades niponas hace tres años, conforme a las cuales la agencia nacional japonesa de la energía nuclear debería dejar de formar parte del ministerio de economía, comercio e industria.
Mientras que los organismos nacionales e internacionales tratan de encontrar culpables y criticar el lento proceso de liquidación de las consecuencias del desastre, los japoneses ya se niegan a tomar el té. En las hojas de té que cultivan en la prefectura de Sidzuoka fueron encontradas elevadas dosis de radiación. El elemento radiactivo es cesio. La prefectura mencionada se encuentra a 360 kilómetros de la central nuclear de Fukushima.
Las autoridades japonesas dicen, como en muchos otros casos anteriores, que estas cantidades no representan peligro para la salud de la población.