Con la bendición del señor Blake
En la perspectiva de irse a casa, los panistas no ocultan su preocupación. A partir del año 2000 tuvieron la oportunidad de ocupar cargos muy bien remunerados y disponer de todos los privilegios del poder, pero saben que ya están en retirada y que sólo tienen año y medio para preparar sus maletas y hacerse de algún patrimonio para no sufrir los rigores del desempleo, y vaya que lo están aprovechando.
En la Secretaría de Gobernación que encabeza el bajacaliforniano Francisco Blake, algunos funcionarios han decidido convertir las oficinas de Bucareli en una especie de tianguis donde se hacen negocios al troche y moche. Un ejemplo de ese desparpajo administrativo, o de la ostentosa generosidad con que se manejan en esa dependencia, lo ofrecieron el lunes 20 de junio los reporteros Roberto Garduño y Enrique Méndez del diario La Jornada, según el cual Gobernación pagó a Javier Cordero Hernández y Asociados más de nueve millones de pesos por realizar un taller con el título de “Clima laboral. Un enfoque de autoevaluación y aprendizaje”.
Es normal que se realicen talleres y se impartan cursos en las dependencias públicas, pero resulta excesivo, o más bien punible, que se paguen más de nueve millones de pesos por un taller de ¡dos días! sin que se sepa cuántas personas participaron. Para colmo, el contrato se asignó de manera directa, pese a que el monto rebasa los 300 mil pesos, lo que obligaba a abrir una convocatoria.
Otro negocito ha beneficiado a Credenz Servicios Financieros, empresa con sede (je, je) en Baja California, la que presta dinero a los empleados de la Secretaría de Gobernación, lo que no tendría nada de irregular si no fuera porque del cobro se encarga la misma secretaría, que hace los descuentos por nómina y entrega ese dinero a los vivales de Credenz.
Los créditos tienen ribetes de agio, pues si el deudor no puede pagar uno solo de los abonos, el prestamista puede exigirle el pago del saldo insoluto, esto es, de toda la deuda. Lo mismo ocurre por “el incumplimiento del acreditado (deudor) a cualquier obligación que, en términos del contrato, se encuentre establecida a su cargo” o si a juicio del prestamista cae en “estado de insolvencia el acreditado” (por ejemplo si lo corren del empleo). Y como esas clásulas hay varias más, y todas cuentan con la bendición del señor Francisco Blake.
¿Cuánto y a quiénes pagó Credenz Servicios Financieros para poder explotar a los empleados de Gobernación? ¿Cuánto y a quiénes por disponer del aparato administrativo de la misma secretaría? Ojalá lo sepamos.