¿Quién es el bueno?


Leyendo la columna del maestro Jacobo Zabludovsky, en donde convoca a los cibernautas a que revelen el perfil de aquel (o aquella) que podría ocupar Los Pinos para el próximo sexenio, me he puesto a pensar que la idea no es mala, por lo que como mujer quiero lanzar mi propuesta en este espacio.

1. ¿Que buscamos? ¿Personalidad, inteligencia, gallardía, galanura, experiencia, sagacidad, populista, burgués, de derecha, de centro, de izquierda, maduro, joven, diestro, zurdo, ambidiestro, deportista, intelectual, proyanqui?

2. ¿Cómo encontrarlo? ¿En encuestas, en debates, en concursos de popularidad, en las secretarías de Estado, entre los gobernadores, en las dirigencias partidistas, en el clóset… o tal vez en el refrigerador?

3. ¿Quién va a decidir quién es el bueno? ¿La sociedad, la cúpula empresarial, el clero, los dirigentes partidistas, el presidente, el electorado?

4. ¿Qué esperamos de él (o ella)? ¿Que mande el ejército a los cuarteles, que trabaje por la seguridad y la paz, que haga que recuperemos el poder adquisitivo, que mejore la educación, que disminuya la pobreza, que ganemos el mundial?

De verdad que es difícil encontrar un hombre o una mujer que pueda ostentar las cualidades que requiere nuestro país y que resuelva los pendientes y rezagos que cada día son mayores.

A lo mejor Zabludovsky, a través de su convocatoria, logra construir el perfil del hombre adecuado o quizás de algún lado salga una propuesta de cuál de los que hasta ahora se están candidateando posee las características necesarias para responder al perfil adecuado.

Entre los pre-precandidatos hay de todo: galanes, experimentados, sagaces, de derecha y de ultraderecha, de centro, de izquierda, maduritos, jóvenes, diestros, zurdos, populistas, burgueses, alguno que otro medio intelectual y hasta uno que otro pro-yanqui descarado.

Pero… ¿cuál es el bueno? Al favorito de las encuestas ya lo conocemos, aunque, ¿será lo adecuado regresar a las políticas anteriores que, de acuerdo a alguno, nunca fueron tan malas? ¿Darle chance a la izquierda? ¡Desde luego no! O quizá sí, pero no con el “mesías de Tabasco”, pero tampoco con un ex derechista recientemente declarado al izquierdismo.

O, en el mejor de los casos, aceptar que ahora sí (después de tanto experimento) los blanquiazules por fin ya encontraron la solución para dirigir mejor el país y de entre su “decena trágica” saldrá el elegido.

Mientras son peras o son manzanas, al igual que el maestro Zabludovsky, yo convoco a mis lectores a que nos ayuden a fabricar al hombre o a la mujer adecuados.