Ambos, muy mal

 

La pugna PRI-PAN es larga. Hablamos de los dos partidos más antiguos del país. Pocas veces han tenido coincidencias y sí multitud de desencuentros. El PAN fue de todos los partidos con registro el mayor crítico del priismo. A la derecha nada le gustaba, todo le parecía que el tricolor nos llevaba directo al comunismo. No sólo era un problema de ignorancia sino asimismo de conservadurismo ramplón.

La derecha mexicana no se ha caracterizado por sus pensadores e intelectuales. Las dificultades desde que el PAN se adueñó de la casona presidencial son otros y menos sencillos o elementales. Uno de los discursos de Calderón fue para calificar al pasado como un sistema autocrático. Y es verdad, lo era. Pero el presente es distinto y ambos partidos han sufrido modificaciones.

El PAN para gobernar no hizo más que utilizar exactamente las instituciones que fueron creadas y modificadas por el PRI. Pero todavía, los usos y costumbres, el lenguaje inventado por los priistas, sus frases, sus lugares comunes, absolutamente todo lo imitan y siguen fielmente los panistas de hoy. Vistas desde lejos, no parece que los priistas tengan muchas diferencias con los panistas. Ambos grupos mandan a sus hijos a costosas escuelas particulares, todos resultan tarde o temprano empresarios, suelen citar a Dios dejando de lado que vivimos bajo un gobierno laico, en fin, no hay tantas diferencias y aquí podemos incorporar a más de un perredista, especialmente en el gusto por la corrupción y el dinero ajeno.

Los panistas por décadas nos hablaron de su honestidad y nos ofrecieron eficacia en el estilo de gobernar. Cuando Fox llegó al poder, los panistas exageraban pensando que la administración pública era priista por completo y se deshicieron de lo más que pudieron para poner en su lugar a derechistas, empresarios y oficinistas de escaso nivel. Lo asombroso es que asimismo resultaron pillos. Fox, para empezar mejoró notablemente su estatus económico, igual que sus familiares. Recuerdo el caso del senador Alberto Cárdenas quien puso a sus amigas sentimentales en sitios privilegiados para obtener dinero. La lista es larga y obvia.

Pero lo más evidente es que el PAN sólo hizo a un lado a los priistas, destruyó la administración pública (allí están, en manos del calderonismo, los resultados), ha provocado miles de muertes, el país está en crisis económica y moral y todo ello sobre las instituciones creadas por sus enemigos mortales, los priistas. No deja de ser una extraña paradoja. Por ello, Enrique Peña Nieto, respondiendo críticas de Cordero, recordó que fueron ellos quienes edificaron las instituciones sobre las cuales gobierna el PAN. Por cierto, muy mal.

Como otros colegas, pienso que la pugna por el Estado de México nos dará una idea de cómo será la batalla por la Pesidencia de la República. Y allí, el PAN pasa por muchos apuros, Bravo Mena conmueve no tanto por su simpleza e ingenuidad sino porque marcha en soledad. Es muy probable, en consecuencia, que el PAN pierda la presidencia. El optimismo se acabó cuando López Obrador dio la orden de no más alianzas con la derecha. Lo más sensato para el PAN es acabar con el viejo discurso que a nadie convence ya, luego de su desastroso paso por el gobierno. Lo mejor para sus aspirantes y para el propio Calderón es no atacar el pasado del PRI sino ofrecer un proyecto distinto sobre el que los mexicanos podamos respirar con certeza de mejoras materiales y morales.

 

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