¿Será Carstens su director?

 

Es de lujo, envidiable, el puesto de gobernador del Banco de México y ningún financiero se negaría a ocuparlo, incluidos los más encumbrados. ¿Por qué quiere dejarlo, ¡el doctor!, Agustín Carstens, quien cobró fama internacional al pronosticar que la crisis del 2010 sería un catarrito para México?

En el mundo del dinero causó sorpresa que el rechoncho funcionario fuese premiado, después de sus fallidos manejos en Hacienda, al frente del Banco de México, institución que entre otras responsabilidades tiene el control del circulante nacional y más de 125 mil millones de dólares de reservas.

El economista Ernesto Cordero asumió el mando de la Secretaría de Hacienda, en lugar de Carstens, y en días recientes lo propuso para dirigir al Fondo Monetario Internacional (FMI), tras el escándalo del francés Dominique Strauss-Kahn, quien correteó y manoseó a la camarera de un hotel de Nueva York.

Viste la conducción del FMI, pero por mucho que se pretenda el brillo internacional no procede menospreciar al banco central de México. Cierto, nuestro prestigio internacional está por los suelos en manos del gobierno panista, pero tampoco debemos tirarnos al piso ante una institución que esquilma a naciones pobres.

En cuanto Cordero hizo la propuesta de dicho cambio, el presidente Felipe Calderón se pronunció a favor del mismo y Carstens aceptó dirigir al FMI y hasta presumió su experiencia porque dos veces ha sido empleado del mismo.

Es tanto el deseo oficial porque deje Carstens al Banco de México que el primer mandatario planteó ese asunto a la presidente de Argentina, Cristina Fernández. Según Calderón, esa propuesta “se sustenta en la convicción de los países en desarrollo”. La visitante debió sorprenderse por la mención de un nombramiento que poco o nada le importa.

A su vez, el titular de Banxico viajó España en busca del apoyo de esa nación. La ministra de economía del país ibero, Elena Salgado, dijo que sí se pronunciaría por Carstens, pero prefiere a la francesa Christine Lagarde.

Sucede que México y España comparten una plaza del FMI, junto con Venezuela así como “cuatro pequeños países de Centroamérica”. Si uno de los mismos apoya a algún prospecto para director, los otros se obligan a secundarlo. Así se explica por qué España votaría por el mexicano, sin ser de su predilección.

Como se advierte, el régimen calderonista ha armado todo un despliegue para que el peso completo del Banco de México se vaya. ¿Acaso estorba en este final de sexenio?

Carstens ingresó a Banxico el 10 de diciembre del 2009, es decir, todavía no cumple año y medio y ya se quiere ir o lo están yendo. ¿Será porque la inflación se le dispara y puede ser peor en los próximos meses?

¿Acaso Cordero requiere ese puesto para ubicar a un incondicional, hoy que 134 incondicionales de Los Pinos lo proclaman precandidato presidencial y proyecta manejar a placer las finanzas y reservas del país?

Tener al alcance más de 125 mil millones de dólares de las reservas no es poca cosa y la Cámara de Diputados debiera estar muy atenta al manejo y destino de tanto dinero, justo cuando se aproxima el año de Hidalgo.

 

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