Susana Hernández Espíndola

El ciudadano noruego Anders Behring Breivik, de 32 años de edad, quien se asume a sí mismo como un “Caballero Templario” (sin nada qué ver con la organización criminal que opera en México), se declaró el domingo autor del atentado del viernes en el centro de Oslo, Noruega, y de la posterior matanza en un campamento juvenil en la isla de Utoya, que tuvieron un saldo de 76 personas muertas.

El ataque en la isla, ubicada a unos 40 kilómetros al noroeste de Oslo, ocurrió dos horas después de la explosión de un coche bomba en el complejo gubernamental de la capital noruega, en el que murieron siete personas. En Utoya, la masacre iniciada por este sujeto, quien finalmente fue detenido con un fusil semiautomático en las manos, cobró la vida de otras 68 personas.

La policía cree que Anders había activado el coche bomba que estalló en la capital para luego seguir hacia la isla, a unos 20 kilómetros al noroeste, donde el primer ministro, Jens Stoltenberg, tenía previsto arribar el sábado al campamento de las juventudes socialdemócratas (UAF), donde estaban concentradas para esperarlo unas 560 personas, la mayoría jóvenes de entre 14 y 17 años de edad.

Breivik, que cruzó en lancha hacia Utoya, llegó al lugar de la reunión socialdemócrata vestido con un uniforme de policía, dijo que iba a supervisar la seguridad e informar sobre las bombas de Oslo, pero en vez de eso sacó dos armas y empezó a disparar indiscriminadamente mientras gritaba: “¡Todos tienen que morir!”, haciendo que los presentes entraran en pánico.

Stine Renate Haheim, miembro del Parlamento noruego, quien se encontraba en la isla, relató: “Los jóvenes empezaron a reunirse en pequeños grupos para hablar del atentado en Oslo cuando escucharon a alguien que decía que venía la policía, por lo que pensaron que ellos estarían protegidos”. Esto hizo que las víctimas no huyeran del agresor.

 “Al hombre armado se le veía muy seguro, tranquilo y bajo control. Parecía que sabía lo que estaba haciendo. Nos dijo a gritos que todos moriríamos. Todos empezamos a correr hacia el agua, la gente ya se había desvestido y empezaba a nadar. En un momento el atacante  me miró a mí, pero no disparó”, narró otro testigo, Adrian Pracon.

Las personas que se habían salvado de los primeros disparos se escondieron entre los árboles y las rocas, pero el hombre volvió una hora después y empezó a disparar nuevamente. “Los disparos empezaron otra vez, con la gente cayendo en el agua. Ahí es cuando la gente moría”, añadió Pracon.

 

Balas expansivas

Durante una hora y media el tirador pudo recorrer la isla libremente, hasta que llegaron las auténticas  fuerzas policiales a la isla, tanto en helicóptero como en lancha. El agua es el lugar hacia el que todo el mundo intentó huir, pero según los testigos, Breivik los siguió hasta la orilla. Los nadadores intentaron salvar la distancia que separa la isla de la costa –aproximadamente un kilómetro-. Muchos fueron los que tuvieron que volver ya que el agua estaba demasiado fría y con su ropa y calzado les resultó difícil nadar. Otros intentaron esconderse entre los arbusto o incluso subir a los árboles.

El número dos de la Policía de Oslo, Sveinung Sponheim, dio a conocer que sus agentes tardaron 20 minutos en reducir al terrorista, aún armado, en Utoya.

Sponheim añadió que los agentes llegaron a la isla poco después de las seis, cuando el asesino ya llevaba más de media hora acribillando a los jóvenes, y su arresto demoró otros veintisiete minutos.

El jefe de operaciones policiales de la región de Oslo, Erik Berga sostuvo que cuando los agentes estaban ya a bordo de un barco para ir a la isla, éste resultó ser demasiado pequeño por lo que la embarcación estuvo a punto de zozobrar. La decisión de esperar a una unidad de elite procedente de Oslo retrasó aún más el asalto policial a la isla.

En una entrevista en la edición digital VG, Colin Poole, cirujano en jefe del hospital Ringerike, que atendió a 16 de los heridos en el tiroteo, aseguró que Breivik empleó balas expansivas conocidas como “dum-dum”, que están prohibida en las guerras porque tiene los dos extremos huecos para que el núcleo se fragmente al impactar con un cuerpo.

“Esas balas explotaban dentro de los cuerpo de las víctimas y las heridas internas que causaban eran absolutamente terribles”, explicó Poole.

Las primeras informaciones sobre lo ocurrido en la isla se produjeron mientras las televisoras noruegas difundían imágenes del atentado en la capital, con escenas de personas ensangrentadas y heridas tendidas en las aceras, entre ambulancias y equipos de rescate.

“Fue un ataque al paraíso de mi juventud, convertido ahora en un infierno”, describió Stoltenberg ante la tragedia, ocurrida en el lugar donde él mismo había participado en campamentos juveniles. Es la “peor tragedia (en Noruega) desde la II Guerra Mundial”, asentó.

Se trata de una “tragedia inconmensurable”, indicó, a su vez, el rey Harald de Noruega.

La autoría del atentado en Oslo fue inicialmente reclamada por el grupo Ansar al-Yihad al-Alami, pero la propia organización islamista se retractó más tarde en un foro en la Internet. No obstante, durante el interrogatorio al que fue sometido por la policía tras los hechos en la isla, Breivik indicó haber sido también el autor del atentado en Oslo y que su carnicería fue “terrible, pero necesaria”.

 

Compleja personalidad

Anders, de pelo rubio y ojos verdes, nacido el 13 de febrero de 1979, vive en un piso en la zona occidental de Oslo, en un edificio de cuatro pisos y se sabe que tiene permiso para portar armas, además de que posee una pistola Glock, una fusil y una escopeta. En 2001 ya había sido detenido por posesión ilegal de armas y explosivos.

A finales de junio o principios de julio, Breivik estuvo en la pequeña ciudad rural de Rena en Åmot, condado Hedmark, a 140 kilómetros al noreste de Oslo, donde operaba una empresa de cultivo de vegetales con el nombre de “Breivik Geofarm”.

Breivik estudió en la Escuela de Comercio de Oslo, y según el diario Verdens Gang se considera a sí mismo como un nacionalista conservador. También es un ex miembro del Partido del Progreso (FRP) y su ala juvenil FpU. De acuerdo con el actual líder de la FpU, Ove Vanebo, Breivik estuvo activo a principios de la década de 2000, pero dejó el partido cuando sus puntos de vista se hicieron más extremos.

En un registro efectuado en su domicilio tras los ataques, la policía encontró varios mensajes colgados en la Internet con contenidos ultraderechistas y antimusulmanes, según declaraciones de los propios agentes a la cadena pública NRK. En su supuesto perfil de Facebook, Anders asegura ser soltero, conservador y cristiano. Además, la policía halló un perfil de Twitter con su nombre y un solo tuit, del 17 de julio, en el que cita al filósofo John Stuart Mill: «Una persona con una creencia es igual de fuerte que cien mil que sólo tengan intereses». Esa cuenta, ilustrada aquí tiene más de 900 seguidores.

Según decía el sospechoso en su página en Facebook, estudió economía, micro y macrofinanzas, y administración de negocios. Es admirador del ex primer ministro británico, Winston Churchill, y del teniente Max Manus, noruego que luchó contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, así como del político holandés Geert Wilders También está obsesionado con la cacería, el culturismo, la música chill y la masonería.

En Facebook indicaba que le gusta la música clásica y las películas bélicas como 300 y Gladiator; la serie romántica de vampiros True blood, y la del psicópata justiciero Dexter. Igual es aficionado a los videojuegos en línea, como World of Warcraft y Modern Warfar, y entre sus libros favoritos cita 1984, de George Orwell, y El Príncipe, de Maquiavelo.

La policía no considera que este hombre esté vinculado con ninguna organización terrorista internacional. Incluso, califica sus atentados como “la obra de un loco”, pero indicó que Breivik adquirió hace unas semanas seis toneladas de fertilizantes químicos que le pudieron haber servido para manufacturar la bomba que estalló en Oslo.

Según dio a conocer el canal noruego TV 2, unas horas antes de perpetrar el atentado en el centro Oslo, Breivik colgó en la Internet un extenso manifiesto y un video de 12 minutos en los que describía con lujo de detalles sus futuros ataques. Tanto este documento, como sus cuentas en Facebook y Twitter fueron bloqueados tras los atentados.

En la grabación Breivik se compara a sí mismo con un caballero de la Orden de los  Templarios e incita a iniciar una larga guerra contra los marxistas e islamistas. Este mismo llamamiento lo hizo en el texto que publicó en la Internet, bajo el seudónimo de ‘Knight Commander Justicia’.

En el documento de mil 550 páginas, titulado ‘Declaración de Independencia de Europa de 2083’, el asesino reflexiona sobre sus convicciones políticas, extremadamente radicales, salpicadas de numerosas alusiones a la historia de los Templarios y hasta critica al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de quien dice que se “rindió a los musulmanes” y “llegó al poder gracias a Al Qaeda”.

Aparte de llamar al mandatario español “comadreja apaciguada”, Breivik considera que su gobierno se ha reído de las fuerzas armadas, por nombrar al frente a una mujer, Carme Chacón. La palabra España aparece más de 90 veces en el texto y el asesino acusa a esa nación de haber “olvidado su pasado de reconquista”.

También describe en el texto, paso a paso, cómo serían los ataques que planeaba perpetrar. Señala, por ejemplo, las etapas de la fabricación de la bomba de Oslo, de la cual hizo una prueba que estalló el 13 de junio. Así lo explicó: “He hecho una prueba del artefacto en un sitio muy solitario… Encendí la mecha y esperé. Fueron quizá los 10 segundos más interminables… BOOM! La detonación fue un éxito!!!”.

Breivik apunta datos sobre el modelo de coche que explotaría y el tipo de armas que usaría para acribillar a sus víctimas en la isla. Todo lo calculó y lo expuso fría y meticulosamente en este diario, en el que explica que tardó mucho tiempo en prepararse (alrededor de 80 días), y se reprocha que no lo hiciera en un solo mes, ya que mucha gente lo hubiera organizado en un plazo más corto.

En el minuto 12 de su panfleto, Breivik aparece armado con un rifle automático, vestido con un traje de neopreno y con un parche en el brazo en el que pone “Cazador de Marxistas”. Esa fotografía aparece al inicio de este perfil.

A pesar de que en el texto no dice su nombre, la policía lo considera como obra suya. “Hay muchísimo material publicado en la Red”, señaló un miembro de la investigación. “Se trata de documentos auténticos”, agregó.

“Creo que ésta será mi última nota. Hoy es 22 de julio. Son las 12:51”, indicó el viernes en su diario Breivik.

 “Tengo material para 20 explosiones. Será un escenario de todo o nada. Imagina si la policía visitara mi casa en los próximos días. Probablemente llegarían a la conclusión equivocada y pensarían que soy terrorista”. Con esta frase finalizó el viernes el plan de acción de Breivik, firmando con la abreviatura lol. (laugh and loud, -risa y fuerte- en inglés). A las 15:30 de ese día sobrevino la explosión en el centro de Oslo.

En el portal madrileño www.viadeo.com se analiza este lunes la personalidad del agresor Breivik, a partir de las fotografías puestas por el sujeto en sus cuentas de la Internet:

1. LA MASONERÍA. En una de estas imágenes, Breivik aparece ataviado con un mandil que indica su posible pertenencia a una logia masónica. La televisión noruega TV2 ha publicado una lista de una logia en la que aparece su nombre, aunque este dato no se ha confirmado.

2. EL ‘PIONERO’. El fanático, que se retrató con un mono y una máscara y simulando algún tipo de experimento, preparó minuciosamente el atentado probando diferentes explosivos durante meses. Al asesino le gustaba considerarse un pionero, cuyos métodos para fabricar la bomba que explotó en Oslo serviría de ejemplo a otros ‘caballeros’ como él.

3. EL TEMPLARIO. Dentro de su obsesión por las sociedades secretas y por la ‘cristiandad’ europea, se fotografió con un uniforme de gala plagado de condecoraciones como la cruz Pate, el emblema de la Orden de los Templarios.

4. EL FRANCOTIRADOR. Breivik se retrató por último con un rifle de precisión, para el que tenía permiso. Las armas eran un instrumento fundamental para la labor sagrada de la que se creía imbuido.

Repudio mundial

Aunque Breivik está acusado de “terrorismo y actividad terrorística” y todavía no ha sido declarado culpable por un tribunal (ante el que compareció este lunes), ya es el blanco del odio de millones de personas usuarias de las  redes sociales, como Facebook, donde han empezado a crearse grupos “AntiBreivik” y los ciudadanos de todo el mundo dejan sus condenas de la masacre y expresan sus condolencias al pueblo noruego.

“Eres un monstruo, eres una vergüenza de la religión cristiana”, “Muera quemado, Anders Breivik”. “Odiamos a Anders Behring Breivik”. “A Anders Breivik deben dictarle la pena de muerte”, son sólo algunas de las sentencias que han aparecido en tan solo unas horas.

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