El director en funciones de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF), Kenneth Melson, denunció que agentes del Buró Federal de Investigación (FBI) y de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) le habrían ocultado su participación directa en la operación Rápido y furioso, que se llevó a cabo en México entre el 2009 y el 2010.
De acuerdo con una carta que el comité investigador del Senado envió este miércoles al abogado general estadunidense, Eric Holder —y que es publicada por el diario San Francisco Chronicle—, el representante Darrell Issa y el senador Charles Grassley explican que “la evidencia que hemos recogido plantea la inquietante posibilidad de que el Departamento de Justicia no sólo permitió el contrabando de armas, sino que el dinero de los contribuyentes, a través de otras agencias financió tales actividades”.
Los republicanos señalan que el dinero fue usado para pagar a los contrabandistas que hicieron pasar las armas a México y que éstos sirvieran como informantes.
La misiva también establece que el director de la ATF, Kenneth Melson, no fue notificado de las actividades del FBI y la DEA.