Beatriz Pagés

El ex presidente de España Felipe González criticó, desde la Universidad Complutense de Madrid, la estrategia que sigue el gobierno mexicano para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.

El ex mandatario español sintetizó el problema de la siguiente manera: “En esa lucha se debe ponderar la inteligencia por encima de la operatividad, pero en México ocurre lo contrario”. Señaló, incluso, que la proporción correcta debería ser: 85 por ciento de inteligencia y 15 por ciento de operatividad y no a la inversa, como actualmente sucede.

Los comentarios de Felipe González fueron casualmente confirmados por el nuevo escándalo que envuelve a la Secretaría de Seguridad Pública y a su titular, Genaro García Luna, quien ordenó pagar a Televisa 118 millones de pesos por la producción de la serie El equipo.

Ese solo hecho demuestra que, efectivamente, la guerra contra el narcotráfico ha arrojado más muertos y violencia que resultados. Pero, además, que ha dado pie a un gasto millonario incalculable y al más oscuro desvío de recursos.

Los porcentajes 85-15 del político español corresponden a una estrategia con visión de Estado. Entre más eficaz sea un servicio de inteligencia, los objetivos de la policía y del ejército serán más precisos, menos anárquicos, menos costosos y afectarán menos el desarrollo, la vida, la seguridad del país y de la población.

García Luna, en cambio, decidió regar balas por todas partes y convenció al presidente Felipe Calderón de que la policía federal debería convertirse en una maquinaria sofisticada, mejor armada, más capacitada, pero sobre todo más poderosa y con más privilegios que el ejército mexicano.

Después de conocer lo que la Secretaría de Seguridad Pública gastó en un proyecto frívolo como, el de El equipo, el Congreso debe exigir a su titular que demuestre la relación que existe entre el millonario presupuesto, del cual goza hoy esa dependencia, y la efectividad que ha tenido para combatir el narcotráfico.

Hay preguntas que deben comenzar a hacerse: ¿cuánto han costado los juguetes de García Luna? ¿Cuántas escuelas, hospitales o carreteras han tenido que dejar de construirse para pagar pistolas y ametralladoras?

¿Cuánto le ha costado a México una guerra que no tiene pies ni cabeza?

La serie El equipo, dirían los jóvenes, es “la mejor jalada” que se le ha visto a García Luna. Seguramente soñó con exportarla. En ese caso, el director de la CIA o del MOSAD (Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel) no hubieran tenido reparos en decir  que se trataba  de un telenovela digna de país bananero.

No podrían entender cómo un gobierno que dice estar en guerra contra el narcotráfico, y cuyo presidente compara su situación política con la que vivió Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial, puede desperdiciar recursos estratégicos en banalidades de ese tipo.

Contrario a lo que indica el convenio firmado entre Televisa y la Secretaría de Seguridad Pública, el producto televisivo estuvo lejos de  tener una función educativa.

Pretendió ser una apología de García Luna, de su proyecto político, de su ambición, y eso es algo que respiró rápidamente la audiencia. De ahí su fracaso y rápida salida del aire. De haber tenido otra suerte, ¡claro!, que la hubieran comercializado.

Si Calderón hubiera aplicado los porcentajes de González —85 por ciento de inteligencia, 15 por ciento de operatividad—, los resultados serían diferentes.

Por ejemplo, no habría un padrón in crescendo —en crecimiento— de 50 o 60 mil muertos; el acotamiento de la guerra habría impedido que la violencia se diera a cielo abierto con los costos institucionales y de imagen internacional que ha tenido la violación de derechos humanos.

El impacto en el producto interno bruto no habría llegado, como ya llegó, al uno por ciento. Pero, sobre todo, se habría impedido que el Estado perdiera autoridad y  control sobre importantes extensiones de territorio.

Más inteligencia y menos operatividad, parecería decirle González a Calderón. Aunque tal vez lo que en realidad quisiera decirle es: más inteligencia y menos show.